Foto de portada por gemafv85
Hace apenas 400 años, Galileo Galilei tenía un pensamiento discordante con los postulados de la iglesia, la cual aseguraba que el movimiento de la tierra contradecía a las sagradas escrituras, y por lo tanto se le obligaba a no impartir sus enseñanzas ni las heredadas de Copérnico, y luego se le condenó a cadena perpetua. La fe y los dogmatismos impedían a los cardenales de la época -como sucede hoy día- entender la magnitud del pensamiento de Galileo, y la importancia de su obra para toda la ciencia.
Luego vino Newton, y los teólogos pretendían que él trabajara a la manera como combatían algunos gladiadores de los primeros tiempos cristianos: Con los ojos vendados. Sin embargo, Newton hizo lo contrario, abrió muy bien los ojos y como consecuencia inventó el cálculo que se llama del infinito; descubrió y demostró el principio nuevo que hace mover toda la Naturaleza. No se conocia nada acerca de la luz antes de que él la estudiara; sólo se tenían de ella ideas confusas y falsas. También vinieron otros científicos pero -igual que hoy- la religión no los entendió.
Cuando consideramos que Newton, Locke, Clarke y Leibniz hubieran sido perseguidos en Francia, encarcelados en Roma y quemados en Lisboa, ¿qué idea debemos formar de la razón humana? Los que castigaron a Galileo se equivocaron hasta el infinito, y todo inquisidor debía avergonzarse cada vez que veía una esfera de Copérnico. Si Newton hubiera nacido en Portugal y un dominico hubiera creído que era una herejía la razón inversa del cuadrado de las distancias, hubieran revestido con un «sambenito» en un «auto de fe» al caballero Isaac Newton. Si la tierra gira alrededor del Sol, como los demás planetas, no por eso los inquisidores iban a perder sus rentas, sus asignaciones ni su dignidad. Hasta el dogma permanece seguro cuando sólo lo combaten los filósofos, y todas las academias del universo no conseguirán cambiar las creencias del pueblo.
Después viene Einstein, quizás la mente más brillante de los tiempos modernos, y nos deja clara su posición al respecto: "La palabra Dios para mí no es más que la expresión y el producto de la debilidad humana; la Biblia es una colección honorable, pero primitiva, de leyendas no obstante bastante infantiles. Ninguna interpretación, por sutil que sea, puede (para mí) cambiar eso". Y no es que fuera ateo, simplemente, llega a la conclusión de que el hombre en esencia es un ser débil e ignorante y por eso acude a dioses y a religiones que den respuesta a sus angustias y a sus dudas, mientras que los hombres de ciencia pueden prescindir de ello ya que carecen de ese velo que al común de la humanidad le impide ver con claridad lo que sucede en el mundo. Stephen Hawking nos confirma hoy que la física moderna excluye la posibilidad de un dios creador para el universo, sería simplemente algo redundante.
Aprendemos y evolucionamos es verdad, pero poco a poco. En los países subdesarrollados casi no hay ateos, mientras que los paises desarrollados se alejan cada vez más de las religiones. Europa en general tiene la cuestión dividida a la mitad, más o menos un 50% de ateos; África no llega al 1%, y España casi un 10%. Pobreza y religiosidad van de la mano. Ignorancia y religiosidad hermanas gemelas. Me atrevería a asegurar que los hombres más ricos y poderosos del mundo son ateos aunque aseguren ser creyentes, su vida contradictoria los delata. Ruiz Mateos, con sus altares y su devoción no se diferencia mucho de los traficantes de droga latinoamericanos en cuanto a fe. España, Grecia, Portugal, Italia tienen en común el ser mucho más religiosos que el resto de Europa, quizás no sea la religión la causa de nuestras penas, pero mucho tiene que ver con nuestra ignorancia y sometimiento, nuestra resignación y pasividad. A la iglesia destinamos el doble de dinero de lo que damos a la ciencia, y sin embargo cuando tenemos un cáncer confiamos más en la quimioterapia que en las oraciones. Nuestras contradicciones son las que nos tienen como estamos, pidiendo a dios que aleje de nosotros a esos políticos y banqueros corruptos en lugar de ir nosotros mismos y expulsarlos para que entren otros menos religiosos pero con más humanidad.
Aquí tenemos un mapa con el PIB per capita en paridad del poder adquisitivo
Y aquí el nivel de religiosidad de los países según una encuesta de Gallup
Y aquí se muestra claramente la correlación negativa entre renta y religiosidad
En los suburbios del mundo, los jefes de Estado venden los saldos y retazos de sus países, a precio de liquidación por fin de temporada, como en los suburbios de las ciudades los delincuentes venden, a precio vil, el botín de sus asaltos.