Creer en Dios puede ayudar a bloquear o calmar la ansiedad, según un estudio de la Universidad de Toronto que muestra las diferencias entre el cerebro de los creyentes y el de los no creyentes.
El estudio, publicado online en Psychological Science, fue liderado por Michael Inzlicht y realizado sobre unos voluntarios. A éstos se le solicitó que efectuaran la prueba de Stroop, una prueba cognitiva estándar, mientras que unos electrodos recogían su actividad cerebral.
Comparados con los no creyentes la actividad cerebral de los creyentes era significativamente menor en el córtex cingular anterior (ACC, en sus siglas en inglés), una región del cerebro que ayuda a modificar el comportamiento cuando se necesita atención y control, generalmente como resultado de algún evento productor de ansiedad, como por ejemplo cometer un error.
Comprobaron además que cuanto más firmes eran sus convicciones religiosas menos respuesta había por parte de esta región cerebral a sus propios errores.
Según Inzlicht se podría decir que el ACC es como una “alarma que suena” cuando el individuo acaba de cometer un error o experimenta incertidumbre. Según sus hallazgos la gente religiosa o simplemente los que creen en Dios muestran una actividad cerebral menor en relación a sus propios errores. Tienen menos ansiedad y padecen menos estrés cuando cometen un error.
Esta correlación sigue siendo fuerte incluso después de haber controlado la personalidad y las habilidades cognitivas de los voluntarios.
Además los creyentes cometían menos errores cuando realizaban la prueba de Stroop que sus compañeros no creyentes.
El estudio apoyaría la idea de que las creencias religiosas tendrían un efecto calmante sobre los creyentes, que cometerían menos errores y sufrirían menos ansiedad al enfrentarse a lo desconocido.
No obstante Inzlicht advierte que la ansiedad es una espada de doble filo que a veces es necesaria y útil. La ansiedad puede ser negativa porque puede paralizar de miedo a la persona, pero además tiene una función útil de alerta cuando cometemos errores. Si uno no experimenta ansiedad cuando comete un error, dice Inzlicht, ¿qué le hará cambiar de comportamiento para no cometer el mismo error de nuevo?.
Esto explica muchas de las actuaciones de la gente que es tan propensa a la religiosidad, sobre todo en el aspecto de reincidir en sus errores. Que estemos tranquilos, calmados, sin ansiedad, que no cuestionemos nada, que traguemos entero, que sigamos con pasividad el transcurso de nuestras vidas, parece ser que eso logra la religiosidad, o ustedes que creen?.
Fuentes y referencias:
Noticia en la Universidad de Toronto
Foto cabecera: “uncertainty” por Meredith_Farmer, vía Flickr.