Apuntad el dato para vuestros hijos: 7 de abril de 2010. Casi un mes después de la gesta conseguida por Bertrand Piccard, nieto del inventor del batiscafo, la repercusión mediática en España ha sido inversamente proporcional a la importancia de su hazaña.
Primer vuelo de los hermanos Wright (Wikipedia)
Porque el 7 de abril de 2010 -el tiempo lo dirá-, puede estar a la altura del 17 de diciembre de 1903, fecha en las que los hermanos Wright hicieron volar su Kitty Hawk. Bertrand, aventurero por afición, genética y estética, se atrevió a realizar un vuelo de hora y media a 1.200 metros de altitud; lo singular de la experiencia fue que el aeroplano, preparado para volar tanto de día como de noche, estaba impulsado únicamente con energía solar: 12.000 células fotovoltaicas y 400 kgs. de baterías de litio, alas de gran envergadura y el peso de un automóvil.
Este es un primer paso (aleteo, más bien) que puede abrir el camino hacia transportes aéreos híbridos y bajos en emisiones. “La más grande aventura de nuestro siglo no está en regresar a la luna, sino en dejar de depender de las energías fósiles”, afirmaba Bertrand con coherencia en la presentación previa al vuelo, en la que explicaba junto a su socio el proyecto para dar la vuelta al mundo con cero emisiones por las -siendo muy eficientes- más de cuatro toneladas que generaría una sola persona en un vuelo convencional… ¡una cantidad nada desdeñable; el peso de un elefante asiático! En cuanto a lo que los aviones convencionales se refiere, no solo se trataría de “los elefantes” de CO2… habría que sumar otros gases como el dióxido de nitrógeno, el óxido nítrico y las aparentemente inofensivas estelas de vapor, que son liberadas a gran altura y están estrechamente vinculadas con el efecto invernadero y el oscurecimiento global (ver interesantísimo e inquietante documental de la BBC).
Los hermanos Wright, entre dudas y sonrisas coetáneas, elevaron al hombre hacia el cielo. Si salvamos el esceptisimo y apostamos claramente por un futuro ecológico, las energías renovables nos ayudarán a contrarrestar el impacto climático -el efecto Ícaro de nuestra era-.
Si quieres saber más sobre la contaminación de los vuelos: Excelente (como casi siempre) artículo de Consumer Eroski.