Después de un día de trabajo intenso lo que menos ganas tienes de hacer es preparar la cena. Si es para ti solo pues improvisas algo sencillo que no ensucie mucho la cocina y que sea ligero para que no te siente pesado por la noche. Pero el problema viene cuando además de ti, tienen que cenar el resto de tu familia.
No te estires de los pelos en pensar cenas diferentes u originales y prepara algo sano, fácil y limpio en cuanto a su preparación.
Es ligera, saludable, light y además esta buenísima: Crema de calabacín light. Nosotros en casa preparamos uno de estos tuppers de 2 litros para líquidos bien lleno y nos sirve para unas cuantas cenas. Puedes prepararlo el fin de semana y se conserva perfectamente unos días en la nevera. Solo tendrás que calentarlo en el microondas unos minutos o servirlo como una crema fría de primer plato en una cena familiar.
Siempre se habla de comidas o cenas familiares en la mayoría de los blogs de cocina. Y hay mucha gente, que lo se de buena tinta, que consulta blogs de cocina porque se ha independizado o está estudiando fuera de casa y tiene que comer otras cosas que no sean frituras o comidas preparadas. Así que si te gusta el calabacín, toma nota de esta receta.
Para acompañar esta crema, aunque yo siempre la sirvo sin nada añadido, esta vez he preparado unos crostons caseros y por su puesto lights. Los buenos son los fritos, pero serían demasiado grasientos para la textura fina de la crema. Por es precalenté el horno con unas rebanadas de pan de molde tienes una complemento crujiente para la crema.
Si los quesitos no os gustan siempre podéis optar por la versión clásica, la nata, pero aportará más grasa a la crema que el quesito.
Crema de calabacín light
Preparación: 20 minutos
Cocción: 10 minutos, lo que tarde en cocerse el calabacín.Raciones: 6
Ingredientes
8 calabacines blancos
6 quesitos light
Pimienta blanca
Sal
2 rebanadas de pan de molde para los crostons, opcional
Elaboración
Ponemos a hervir una olla grande con agua y sal. Limpiamos y secamos los calabacines. Cortamos los extremos y a continuación los cortamos a trozos grandes. Procura que los trozos sean del mismo tamaño para que tarden lo mismo en cocerse. No hace falta cortarlos pequeños porque al fin y al cabo lo que haremos será triturarlo.
Una vez pinchemos el calabacín y este bien cocido, sobretodo en la parte de la piel (que es más dura que la del centro), apagamos el fuego. Con una espumadera vamos colando el calabacín vertiéndolo en una batidora de vaso o en un recipiente grande para triturarlo con el turmix. ¡El agua de cocción se guarda!
Trituramos todo el calabacín junto con los quesitos añadiendo el agua de cocción hasta conseguir la textura deseada, ni muy aguada ni muy puré. trituramos el conjunto hasta tener una crema suave y fina. Así no será necesario pasarlo por un colador fino. Salpimentamos al gusto, le damos la ultima vuelta en la batidora de vaso y servimos.
Si has preparado la crema para cenar otro día te recomiendo que dejes que se atempere en el taper donde lo vayas a guardar. Una vez atemperado ya puedes guardarlo en la nevera, así te aseguras que no te baja la temperatura de la nevera ni que se perjudiquen otros alimentos.
Para los crostons, precalentamos el horno a 180ºC. Cortamos las rebanadas de pan de molde en dados medianos, del tamaño que más os guste. En una bandeja de horno y sobre papel de horno esparcimos el pan. Horneamos hasta que se doren ligeramente y queden crujientes. Es mejor prepararlos al momento para que sean bien crujientes, sino con la humedad del ambiente se ablandarán. Añadimos unos cuantos encima de la crema de calabacín y listo para comer.
¡Un saludo! Y buen provecho.
Facebook:La cocina de Víctor FerrerTwitter: @cocinavictorf
Google+:Víctor FerrerInstagram:victorferrermas