Hemos sido desenmascarados. El invierno nos ha descubierto. Ya nada puede ser ocultado.
Yo soy uno de los dos tipos de humanos que pueblan el mundo. Ambos tipos somos capaces de vivir en paz y armonía, incluso de convivir entre nosotros en largos armisticios que duran lo que el calor.
Con los primeros fríos, uno de estos tipos de humano, el más perverso y malvado, se ve desenmascarado. Somos nosotros. Los acumuladores de manta.
Los acumuladores, también conocidos como tiradores de edredón, afanadores de colcha, o en definitiva ladrones de calor, comenzamos nuestra actividad nocturna en cuanto nos cae una colcha encima.
Os pareceremos seres ruines y retorcidos pero no, no lo somos en absoluto. Lo único que nos pasa es que tenemos frío. Y desplegamos las más sofisticadas tácticas para simplemente, dejar de tenerlo.
Por eso cuando dormimos hacemos todas esas cosas que tanto os molestan a los tiritadores desarropados, aquellos que no lucháis por el dominio del edredón con la suficiente fuerza:
- Tiramos de la colcha en pequeños golpes bruscos. Tres o cuatro tirones y toda la colcha cuelga de nuestro lado de la cama. Acumulamos reservas, somos gente muy de ahorrar.
- Cogemos el edredón por una esquina y nos vamos enrollando en él vuelta a vuelta hasta convertirnos en una croqueta roncadora de varias capas.
- Esperamos a que estéis dormidos y simplemente, ponemos toda la manta de nuestro lado.
Los acumuladores de manta somos muy cuidadosos eligiendo compañeros de cama. Sólo iniciamos relaciones serias en invierno, cuando podemos desenmascarar fácilmente a otro acumulador. Lo del verano son divertimentos pasajeros. Un acumulador no debe enamorarse jamás de otro acumulador. Eso es un grave problema que sólo puede acabar en divorcio, o en el sofá.
Los tiritadores desarropados además tenéis un carácter un poco agrio, os enfadáis, os levantáis gruñendo. Sois seres enfermizos y os vengáis de nosotros tosiendo cerca para contagiarnos vuestras gripes. Malvados rencorosos. Pero no nos rendiremos. No os vamos a devolver el edredón. No entregaremos las mantas. No pasaremos frío.
Somos buena gente. Os haremos café por la mañana, os prepararemos caldos y sopas y os daremos de comer guisos calentitos que harán que volváis a querernos. Incluso os dejaremos un rato las mantas por la mañana, mientras nos duchamos. Pero entregarlas... eso nunca.
No habrá rendición en invierno. Aunque podemos firmar una tregua con una sopa calentita... y negociar la noche más adelante.
Agua de coco*, 330 g [un envase]
MODUS OPERANDI [TRADICIONAL]Caldo verdura casero o agua, 800 g
Curry de Madras, 1 cucharadita colmada
Aceite, 1 cucharada
*El agua de coco se comercializa como refresco. Es mucho más ligera que la leche de coco, y tiene todo su sabor. Puedes usar leche de coco si lo prefieres.
Pelamos y picamos la cebolla y la zanahoria en trozos pequeños. Ponemos a calentar la cucharada de aceite en una olla alta [donde coceremos todo] y pochamos a fuego medio las dos verduras con una pizca de sal hasta que estén tiernas.
MODUS OPERANDI [THERMOMIX]Añadimos las lentejas [no necesitan remojo previo], el agua de coco, el caldo de verduras [o agua] y el curry. Subimos el fuego hasta que hierva, entonces lo bajamos a potencia media y dejamos cocer 20 minutos.
Pasado este tiempo, lo podemos triturar. Para tener la textura ideal, yo separo toda la verdura y las lentejas y las pongo en el vaso de un robot de cocina, reservando el caldo de cocción. Lo trituro con muy poco líquido y cuando está bien triturado, voy añadiendo caldo hasta tener la textura que quiero, y rectifico la sal tras la última adición de líquido. Así nunca me paso, sólo uso el caldo que necesito.
Pelamos la cebolla y la zanahoria. Las metemos en el vaso de la Thermomix cortadas en tres o cuatro trozos, y las picamos unos segundos a velocidad 5.
Añadimos el aceite, y programamos 7 minutos, Varoma, velocidad 3. Añadimos las lentejas, el agua de coco, el caldo o agua y el curry, y lo programamos 20 minutos, Varoma, velocidad 3.
Separamos una buena parte del caldo y reservamos. Trituramos todo, y vamos añadiendo el caldo reservado hasta tener la textura deseada. Rectificamos de sal.
Como el cestillo está libre durante los 20 minutos, no es mala idea aprovecharlo para cocer unos ramitos de brócoli o hacer un pescado al vapor al mismo tiempo...