'Crematorio' la serie que cuenta como el cáncer de la corrupción se convierte en metástasis

Vídeo: Trailer de “Crematorio” con comentarios de su creador y protagonistas

“Crematorio”, la serie de ocho capítulos de una hora que esta noche estrena “La Sexta” a las 22:25 horas sorprende incluso antes de aparecer los títulos de crédito que nos hacen intuir la extraordinaria calidad de la serie. Entre las entidades que aparecen como patrocinadoras de la misma al principio, está la Generalitat Valenciana. Podría ser otra muestra más de cómo el gobierno de Francisco Camps repartió el dinero sin mirar siquiera donde lo estaba haciendo, porque un vistazo al guión por encima hubiese sido suficiente para darse cuenta de que podría ser una radiografía de la historia de la Comunidad Valenciana desde que cayó en manos del Partido Popular.
Puede que se quede corta en los excesos de los corruptos, concejales, mafiosos, alcaldes, empresarios, y arquitectos: en la novela a ningún cacique provincial le construyen una estatua en un aeropuerto sin aviones. Pero muestra de forma descarnada cómo el cáncer de la corrupción se puede convertir en metástasis en una ladronera.
Por ejemplo, podemos ver en la serie -gracias a la amarga confesión de la mujer de uno de los concejales detenidos y conocedora de sus chanchullos- como  igual que en la Italia de Berlusconi, quienes apoyan que los corruptos se perpetúen en el poder lo hacen negando la evidencia -que incluso se benefician de ello mediante empleos y puestos otorgados por el cacique-  y poniendo a funcionar el “ventilador de mierda” con el pretexto de que “todos son iguales” a sabiendas de que a su partido esas cuestiones no le afectan electoralmente y a la vez consiguen que el resto de la población se desmotive y no opte por el cambio.  O como los mismos corruptos del régimen franquista o sus herederos -la conversación durante la escena del incencio provocado en el bosque para construir en el terreno después en el primer capítulo- se perpetúan en sus ladroneras sin problemas mediante conversión paulina a la democracia.
Atención a los soberbios trabajos de Pepe Sancho y Alicia Borrachero

Misent, una ciudad que no aparece en el mapa pero podríamos situar en varios puntos de la costa levantina. Año 2008, Rubén Bertomeu (José Sancho) ha creado un complejo entramado de intereses económicos en el que están involucrados todos los poderes fácticos de la comarca. Arquitecto, promotor y constructor, su poder para modelar el paisaje y hacerse inmensamente rico parece no tener límites.
Basada en la novela de Rafael Chirbes (Premio Nacional de la Crítica 2008), la serie de ocho capítulos de una hora CREMATORIO, es el retrato de una España en la que la voracidad desmedida y la manera de entender el progreso lo calcinan todo. Protagonizada por José Sancho (Tarancón, Carne Trémula) junto a Alicia Borrachero (Periodistas, Las crónicas de Narnia) y Juana Acosta (Hospital Central, Una hora más en Canarias), la serie está dirigida por Jorge Sánchez-Cabezudo (La noche de los girasoles).
A diferencia de otras producciones televisivas nacionales, prácticamente no se ha rodado en estudio. Para captar toda la luz del Mediterráneo se han utilizado cámaras digitales especiales. El resultado es muy cinematográfico gracias la posibilidad de respetar los colores y luces originales de las localizaciones naturales es una ventaja poco frecuente en producción de televisión.
En esa atmósfera narrativa y visual cinematográfica se inscribe también la banda sonora de la serie, y la canción elegida para la cabecera, “Cruzando el paraíso” del álbum Balmoral de Loquillo, se adapta perfectamente a la temática de la serie.