Hoy vengo con un clásico, todos nos hemos comido alguna vez una tortilla o crêpe. Los podemos comer con chocolate y nata, con mermelada, rellenos de crema de setas o con espinacas...
Aquí en Noruega se comen para cenar, pero de una manera un tanto peculiar, una mezcla que os sonará rara, básicamente, por que lo es, jejeje. Se los comen con mermelada de arándanos, beicon y una mezcla de azúcar y canela. Así, todo enrollado en un crêpe. A los niños les encanta, pero a quien no ¿Quién no quiere comer postre de cena?
Yo os dejo la receta de como se hacen los crêpes y luego ya vosotros decidís con qué rellenarlos, pero como ya os he dicho es una receta muy versátil, que sirve para desayuno, merienda o cena, tanto dulce como saldado. Los ingredientes son básicos, seguro que los tenéis todos en casa.
Crêpes o tortitas:
Ingredientes:
2 huevos
800 ml de leche
50 gr de mantequilla
260 gr de harina
Pizca de sal
Derretimos la mantequilla y la mezclamos con el resto de los ingredientes. Una vez hecha la mezcla, la dejamos reposar un mínimo de 30 minutos en el frigorífico.
Para hacer los crêpes, lo mejor es tener una sartén que no se pegue, para que no se nos complique mucho la cosa.
Untamos con mantequilla la sartén y echamos un poco de mezcla con la ayuda de un cazo, según echamos la mezcla, movemos la sartén para que se esparza bien la masa por toda la sartén. Dejamos que se haga el crêpe al fuego. Para darle la vuelta, podéis hacerlo de dos formas, a modo chef, tirando el crêpe al aire (yo no lo hago) o con ayuda de una espátula. Lo dais la vuelta y cuando empiece a poder despegarse de la sartén, es que está hecho.
Hay que poner mantequilla en la sartén cada vez que hagas uno, y dejarlo que se tueste bien para que se pueda dar la vuelta sin problema.
Y a rellenar con lo que más os guste. Se pueden congelar y antes de comerlos, los metes en el microondas y listos.