Revista Espiritualidad

Creyendo con el corazón

Por Marmebe
Creyendo con el corazónY no se debilitó en la fe al considerar su cuerpo, que estaba ya como muerto (siendo de casi cien años), o la esterilidad de la matriz de Sara. Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios, plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido; por lo cual también su fe le fue contada por justicia. Y no solamente con respecto a él se escribió que le fue contada, sino también con respecto a nosotros a quienes ha de ser contada, esto es, a los que creemos en el que levantó de los muertos a Jesús, Señor nuestro, el cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación. Romanos 4:19-25


Creer es confiar plenamente, y saber de verdad en quien hemos creído y porque hemos creído. Si creemos en Dios pero tenemos dificultad para que sus promesas hagan rema en nuestro corazón, es porque aún no somos sensibles a la voz del Espíritu, en nuestro corazón hay duda, temor, e incredulidad, y contra esto, esta la fe; así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios. Romanos 10:17
Este oír, y el oír por la Palabra de Dios, es mediante el corazón dispuesto para que el Espíritu Santo obre en nosotros destruyendo toda dureza, duda y toda incredulidad; trayendo a nuestro corazón certeza y convicción de lo que esperamos de Dios en sus promesas. Al orar en el Espíritu mediante su Palabra y sus promesas, en el Nombre de Jesús recibiremos respuesta a nuestras peticiones. 
Es necesario meditar, aprender y memorizar la Palabra de Dios, bajo la dirección del Espíritu Santo; nuestro corazón debe estar lleno de la Palabra de Cristo (Colosenses 3:16), para que el Espíritu Santo tome de nuestro corazón esa Palabra para nuestra sanidad, liberación, y restauración de nuestra vida.
Es en las Sagradas Escrituras donde aprendemos a conocerle , y a entender su voluntad y si oramos en el conocimiento y voluntad de Dios tenemos lo que pedimos.

Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan. Hebreos 11:

Toda incredulidad detiene la mano de poder de Dios; precisamente en Nazaret, Jesús no hizo allí muchos milagros, a causa de la incredulidad de ellos ( Mateo 13:58).
Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo; antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado.
Hebreos 3:12-13


Bendiciones
 
 


 

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