(semana 46 del #52RetosLiterup: Escribe una historia que incluya un personaje que tiene un cuervo como mascota)
«De ninguna manera pienso ceder en esto. Lo siento, pero me va a oír». Y, sin más, salió de la tienda dando un portazo.
Cuando entró en la taberna, casi no había gente, aún era temprano y María estaba empezando a preparar las mesas.
«¿Dónde está? Dile que salga, que tenemos que hablar». Ella no quiso hacerle caso, pero la insistencia de su mirada acabó por convencerle de que sería mejor que entrase a llamar a Ricardo.
«Te dije que no volvieras a visitar a mamá a escondidas. Me han llamado del Centro esta mañana por lo de la subida, y se le ha escapado a Ángela lo de tu recadito ayer. Me da lo mismo lo que me quieras contar, no vamos a vender la finca mientras ella viva, no te lo repito más». Y, como tenía por costumbre, se fue sin dar opción a réplica.
Ricardo estaba convencido de que si no se vendían pronto las propiedades, se iban a endeudar hasta la ruina, porque los gastos comenzaban a ser elevados, y la salud de su madre, de hierro. Pero eso era algo que su hermano no quería ver, siempre le resultaba más cómodo ignorar los problemas que afrontarlos. Y total, ya estaba Ricardo para resolver.
«María, por favor, mete al pajarraco en la jaula, que ya bastante cuervo he tenido por hoy. No sé en qué momento acepté que lo metieras en la familia, sería porque hacía juego».
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