Os transcribimos aquí unas reflexiones que está bonita pareja hace en su blog: Criando con amor. Nos parece que, más allá de la cuestión obstétrica, lo que dicen es trasladable a muchos otros ámbitos de nuestra vida:
Cuando viene un “otro” cargado de cierto saber, nos convertimos en “objetos” que parece que ni piensan, ni deciden, ni saben nada de nada. En cuestiones de salud también es importante querer saber sobre aquello que nos concierne. Es nuestra forma de responsabilizarnos!!
Aquí tenéis sus palabras que podéis leer en su blog haciendo click sobre la imagen o sobre este link.
“Deshumanizar e infantilizar”, será una materia en la facultad de medicina? Hace ya varios días que vengo enfrentándome con distintos casos de maltrato obstétrico, falta de información e infantilización del médico al paciente.
El primer caso fue hace un poco más de 2 semanas. Tuve la mala suerte de que Maite se cayera del huevito, donde la había puesto arriba de la mesa (sí, ya sé, tremendo descuido, pero así es como suceden los accidentes, cuando uno hace algo por “2 segundos” que pueden resultar fatales).
Cayó hacia atrás, de cabeza. Lloró muchísimo, pero por cómo había caído me asusté un poco, y la llevé a una guardia para que le hicieran una placa y la revisaran. Quedó en observación durante 6 horas. Hasta ahí, todo bien. La pediatra de guardia había dicho que la placa había salido bien, y habló con la pediatra de cabecera de Mai y acordaron que a las 6 hs. de observación, si todo estaba bien, me daban el alta… Pero entremedio hubo un cambio de guardia, y cuando llegó el momento del alta médica, la pediatra era otra. Nos dice que se quedaba más tranquila si antes de irnos le hacíamos una tomografía computada a Maite, para asegurarnos que no hubiera derrames, ya que al tener la mollera abierta, si había un derrame la presión era menor porque salía por la mollera, y podía no haber síntomas hasta que fuera tarde. Yo sabía que la beba estaba bien (intuición de madre), pero accedimos. Cuando pusimos a Maite dormida en el tomógrafo, la técnica nos pregunta si estábamos seguros de lo que estábamos haciendo. Empezamos a charlar con la técnica, y es así como nos desayunamos que una tomografía equivale a 100 RX DE TORAX!!! Eso en la cabecita de una bebé de 3 meses, que tiene todas sus neuronas en plena formación!! Evaluamos el costo-beneficio, y decidimos no hacer la tomo. Cuando se lo informamos a la pediatra, ésta empezó con todos los motivos médicos para hacer la tomo (que ganábamos horas preciosas en caso de que hubiera derrame, etc). Le preguntamos cuanta radiación significaba una tomo, se quedó media corta, y nos contestó lo mismo que la técnica: 100 RX. Más de las que yo me he hecho en toda mi vidaQue sí, que no… es difícil tomar una decisión así, con un médico que te dice que tenés que hacerla y una técnica que te dice que si fuera su hija, no se la hace ni loca… Finalmente decidimos seguir nuestro instinto, considerando que el riesgo de no hacer la tomo era menor en comparación a la radiación que le daríamos si se la hacíamos, y firmamos un alta voluntaria retirando a la gorda de la guardia bajo nuestra responsabilidad…
En un momento de la conversación con la técnica y la pediatra (que ojo, era amorosa, pero estaba empecinada en que hiciéramos la tomo), la médica le dijo a la técnica: hacemos tomos todo el tiempo sin dar tantas explicaciones a los padres y nunca tenemos problema… “Sin dar tantas explicaciones”!!! Eso es lo principal que deberían dar, para que pudiéramos dar una autorización realmente libre!! Y a qué punto hemos llegado, que como padres tomamos la palabra de los médicos como si fuera santa, y no indagamos sobre qué hacen a nuestros hijos, cuales son los riesgos/beneficios y si existen alternativas??!!
En otro contexto, en distintos ámbitos he escuchado varios casos de maltrato obstétrico. Algunos han sido en foros y grupos en los que participo, en otros casos cercanos, de personas conocidas. En algunos casos, los más aberrantes, donde la violencia ha sido más “palpable”, han sido en Hospitales Públicos. En otros casos, los más disimulados, donde el maltrato pasa por la infantilización, el “es por tu bebé”, a tal punto que en la mayoría de estos casos la madre sencillamente no registra el maltrato, ha sido en sanatorios privados.
Esta “violencia obstétrica” (y a veces hasta neonatológica) va desde el maltrato liso y llano, con gritos, insultos, falta de atención e incumplimiento de la ley de parto respetado por parte de los profesionales médicos y de enfermería, hasta el más solapado de separación precóz y persistente de madre y niño, poner chupete, dar mamadera o vacunar sin previa autorización de los progenitores, etc.
No puede dejar de asombrarme como en pocos años, hemos sido tan infantilizadas, de a poco nos han robado nuestros partos y ahora también la responsabilidad sobre la salud de nuestros hijos. No puede dejar de asombrarme como los padres delegan todo (y cada vez más) en la “ciencia médica”, que bienvenida sea en casos de enfermedad, pero siempre brindando información suficiente, entendible y veraz a los padres, para que sean estos los que tomen las decisiones que consideren mejor para sus hijos, de acuerdo a sus convicciones, estilo de vida y crianza.
No deja de asombrarme como la mayoría de la gente no registra el maltrato y se siente segura y tranquila si tiene la mayor cantidad de tecnología médica a su alrededor, cuando a veces solo hace falta mirar a nuestros hijos y mirarnos a nosotros mismos.
Después de todo, ser padres es una responsabilidad que asumimos para toda la vida, y como tal, viene acompañada de la toma de decisiones que no siempre son fáciles, pero que en todos los casos deberían ser nuestras y no de un equipo médico, que a mi criterio debería aconsejar y recomendar, ya sea en casos de estudios y tratamientos en los que es recomendable que los padres puedan tener un cabal conocimiento del costo/beneficio, como en otras situaciones directamente no deberían meterse y dejar en libertad de acción a los padres, por ejemplo en qué alimentos ofrecer a nuestros hijos, hasta cuando colechar, hasta cuando dar la teta, a qué edad escolarizar, cuando dejar los pañales, etc… Es increíble cuando, tratándose de nuestros hijos, pedimos muchas menos explicaciones al profesional que cuando se trata de nuestra propia salud (y a veces, si la pedimos, nos la niegan)y como permitimos que se metan en nuestra forma de crianza de maneras que jamás permitiríamos que un profesional de la salud se meta en otros aspectos de nuestra vida