Por Ileana Medina Hernández
Creo que por fin he dado con un término que me gusta.
En realidad, debería llamarse "crianza" sin más, pero dado que es una nueva sensibilidad en auge, y algún nombre hay que poner para que sepamos de qué estamos hablando, el de "crianza corporal" me gusta.
El "attachment parenting" pasó al castellano como "crianza con apego". La palabra apego, aunque bonita, tiene la desventaja de que para algunas personas cobra la connotación de que los padres estarían "encima" de los hijos todo el día, imponiéndoles una presencia o sobreprotección no deseada por el niño. Además, puede ser conflictivo, porque en todas las corrientes de sabiduría ancestral la felicidad se relaciona con el "desapego", aunque curiosamente, es el apego en la infancia lo que hará más fácil el desapego en la edad adulta, como expliqué hace un tiempo por aquí.
Crianza con apego, crianza con vínculo, crianza amorosa, crianza con respeto... Son términos además muy relativos, porque todos los padres creen que crían a sus hijos con amor y respeto, independientemente del estilo de crianza que elijan.
Bajo cualquiera de esas "etiquetas" no se guarda un catecismo, ni un dogma, ni siquiera un método. No se trata de unas instrucciones que nadie deba seguir. No es preceptivo.
Se trata de un concepto "descriptivo", de utilidad teórica, para resumir una serie de prácticas en la crianza que van en notorio ascenso en la sociedad occidental postmoderna, necesitada de una vuelta a los afectos, a la naturaleza, a las raíces.
En realidad, me ha gustado hoy el concepto de "crianza corporal". Porque de eso se trata. De ofrecer CUERPO a nuestros bebés. Teta, porteo y colecho: todo el día ofreciendo nuestro cuerpo como SOSTÉN a nuestro bebé.
Se habla de "vínculo", de no romper el "continuum", de permanecer como si el bebé continuara aún en el vientre materno, porque en realidad el bebé humano, como consecuencia de la bipedestación, nace muy inmaduro y necesita una "exterogestación" de otros 9 meses para terminar de madurar.
Todo eso está muy bien, pero se trata de algo todavía más íntimo, irracional, intuitivo, mamífero, placentero: se trata de disfrutar del CONTACTO FÍSICO, del goce, del calorcito humano, del piel con piel.
Se trata de recuperar la corporalidad, de tocar, oler, lamer, chupar. Se trata de vivir la fusión de los cuerpos, de ser libres, de abandonar los prejuicios y los tabúes, de disfrutar la desnudez de los cuerpos, de compartir, reír, estar abiertos y disponibles.
Se trata de proteger, amar, cuidar, nutrir, gozar, jugar, reír, revolcarse, mezclarse, fundirse, derretirse, amalgamarse, ablandarse, engolosinarse, desmerengarse, enamorarse, perder la compostura, aceptar la locura, perder los límites, abandonar la racionalidad y la rigidez, olvidarse del tiempo y los relojes y las normas sociales, desbocarse, abandonarse, dejarse ir, fluir, estar alerta, aprender, crecer, abrirse, desnudarse, rendirse, desarmarse.
Esto es amor. Quien lo probó lo sabe.