Revista Espiritualidad

Criar malvas

Por ArÍstides

CRIAR MALVAS
CRIAR MALVAS
¿QUIÉN VIGILA A LOS VIGILANTES?

El Sol saldrá a las 18h. y se pondrá a las 18,07h.

Parece que los muertos también reclaman acomodo en su parcelita del cementerio. La pluralidad religiosa hace que los “campos santos” para unos o el “lugar de descanso eterno” para otros se vayan adecuando al gusto de sus moradores. Así, nos encontramos reivindicaciones budistas que hacen hincapié en el buen morir y en el respeto al muerto en los primeros días de su fallecimiento con los protestantes, evangélicos o cristianos a quienes les da lo mismo el enterramiento o la cremación, con tal de que haya unas oraciones de por medio.

Los judíos y musulmanes son más sibaritas y disponen de una serie de consideraciones muy precisas y de obligado cumplimiento. Vamos, que la agenda de los políticos se tiene que poner las pilas, porque la urbanización debe proyectar barrios en función de los gustos de cada cual. Y así, junto a los ya tradicionales cementerios históricos y con caché como eran los denominados “ingleses”, fechados en el siglo XIX, también sobrevive, desde 1881, una parcelita junto al cementerio municipal de Huelva conformando uno de los primeros cementerios evangélicos de este solar.

Los judíos también tienen presencia, como es el caso en el cementerio de Sevilla que data de 1923 y se debe a la mano de santo que algún médico de esta religión ejerció sobre las dolencias del rey Alfonso XIII. Los musulmanes le deben a Franco la creación de alguno de ellos durante la Guerra Civil y que ahora han sido recuperados. Estos son los casos de Sevilla o el de “Ar-Rauda” que se asienta en terrenos del Patronato de la Alhambra y del Generalife.

A su vez, los hindúes disponen en la ciudad de Ceuta de un crematorio que incinera siguiendo la tradición de la India; esto es, al aire libre y con madera. En fin, que parece que a las distintas confesiones religiosas les importa, por aquello de la diversidad religiosa, hacer las cosas como Dios manda por aquello de vaya usted a saber, que nunca se sabe.


Volver a la Portada de Logo Paperblog