Criatura...ser humano es un grado.

Es, en el lado más sutil donde se toca con claridad la forma para buscar el equilibrio. Afeminar las cosas como coincide en mi obra es un ejercicio de sincera expresión. La mujer, por su naturaleza comprendo, es lo mejor que puede habitar aquí en nuestro planeta. Y he de pensar que lo es, porque en su proceso evolutivo desarrolló una especie con aún más sensibilidad que las demás criaturas. Con el poder de captar los impulsos más vitales de lo que existe, más las vibraciones en las que no veo a ningún hombre de este siglo, ni venideros emular la hazaña de concebir la vida y mucho menos aceptar en su fuero más interno (sin que haga temblar sus decisiones de amor) que sus posibilidades tienen su origen allí y ese mundo es femenino por definición. Partiendo de la base que uno fue incubado en un vientre, recibiendo información que nos lleva a conducirnos individualmente por esos caminos que tomamos a la hora de llevar el control de nuestras vidas. Ese proceso es transformado o más bien alterado porque nuestra evolución no llega a ser "humana" como definición de especie, eso es un grado que aún no hemos alcanzado en nuestro proceso, aunque ellas estén más cerca... ¿Y si nuestra testosterona hubiese sido más "estrogenizada", menos básica, hoy seríamos menos primitivos, los hombres, no? Las xenofobias, las religiones, la sexualidad y la educación de convenio, han convertido el mundo donde vivo en lo que es, un lugar donde realmente no reina ni el amor ni la paz.Resumiendo lo que he vivido, en mi mente solo está fija la determinación de no aceptar los resultados obtenidos que aún no proceso. Hay que hacerle una pausa a esos segundos momentáneos que llamamos tiempo, con la mirada limpia y ver en claridad esos impulsos que deben ser medidos para bloquear el odio, aliviar el carácter y devolvernos al momento de la mágica fecundación para crear una nueva vida llena de calor humano...