Una crisis de identidad es un período que experimentan las personas, ante determinadas circunstancias o hechos, durante el cual experimentan dudas sobre su persona y sobre el sentido de la existencia, muchas veces acompañadas de un sentimiento de tristeza y de soledad. Las crisis de identidad se dan en determinados momentos de las vidas de las personas en los que reflexionan sobre su propia identidad, lo que les lleva a preguntarse “¿quién soy?”.
En una crisis de identidad la idea que tenemos sobre nosotros mismos se difumina y no somos capaces de reconocernos En muchas ocasiones esta necesidad de saber quiénes somos surge como consecuencia de la edad y del paso del tiempo o durante cambios en nuestra vida (el paso de la infancia a la adolescencia, alcanzar la madurez, etc.). En otras ocasiones, una persona puede sufrir una crisis de identidad como resultado de un acontecimiento o hecho vital trascendente que nos hace replantearnos la idea que tenemos de nosotros mismos. Como por ejemplo: la pérdida del empleo, la muerte de un ser querido, un divorcio, etc.
La identidad depende del autoconocimiento: ¿Quién soy, qué soy, de dónde vengo, qué quiero ser?, de la autoestima y autoconcepto: ¿me quiero mucho, poco o nada? ¿Me acepto o no? y de la autoeficacia: ¿Sé gestionar hacia dónde voy, que quiero ser y como evaluar los resultados?
Entre los principales síntomas de la crisis de identidad podemos encontramos:
- Ansiedad
- Desorientación
- Sentimiento de vacío
- Astenia
- Despersonalización
Adolescencia e Identidad
La adolescencia es una etapa complicada para cualquier persona, puesto que es una transición entre la infancia y la edad adulta. No solo a nivel físico, con todos los cambios derivados que conlleva, sino también a nivel mental. Según Piaget, “el carácter fundamental de la adolescencia es la inserción del individuo en la sociedad de los adultos”, es decir, se sumergen en una lucha continua por encontrar un sitio en “el mundo de los adultos”. Esta inserción significa el considerarse iguales a ellos y juzgarlos en un plano de igualdad y reciprocidad, esperando lo mismo a cambio. Y, al mismo tiempo, comienzan a trazar un programa de vida futura, es decir, empiezan a pensar en su futuro, en su independencia y en su vida laboral.
Durante la adolescencia los jóvenes buscan crear una imagen de sí mismos que demuestre que son personas capaces y válidas. En esta época adquieren un pensamiento más analítico y reflexivo, puesto que empiezan a conformar sus propias ideas y pensamientos.
Es en la adolescencia, cuando el proceso de identificación, que actúa como cimiento para la construcción de la identidad, se produce a partir de la interacción con personas de la misma edad. Necesitan sentirse dentro de un grupo y apoyados por sus iguales, pues al fin y al cabo, todos se están enfrentando al mismo “cocktail” de cambios, sentimientos y situaciones.
Consejos para combatir una crisis de identidad
- Meditación: para reducir la ansiedad y el estrés y ayudarnos a encontrar quiénes somos.
- Saber qué te hace feliz: la vida no solo tiene cosas negativas, hay que hacer un esfuerzo e identificar qué cosas de tu vida te hacen feliz y te motivan para poder seguir adelante.
- No te compares con otras personas: es cierto eso de que cada persona es un mundo, por ello, no debes compararte con los demás porque cada ser humano es único y diferente.
- Aumenta tu confianza: es fácil de decir pero difícil de lograr. Debes ganar confianza en ti mismo y valorar tus capacidades y cualidades. Así como aceptarte tal y como eres y tratando de mejorar los aspectos negativos de tu carácter o personalidad.