¿Alguien ha probado a enviar unos chocolates a los diputados alemanes? Al lado de los chocolates se podría poner una nota explicándoles cómo es imposible que los pepitos españoles puedan aumentar la solvencia de la banca alemana vía impuestos.
Es que con el país arrasado, con números mucho peores que los que hay tras una guerra, con una recaudación que incide en los pepitos y un gasto que alegremente aumenta por donde no debe, creo que conviene replantearnos ciertos temas. ¿Cómo es posible que se facilite el pago de deuda a todos quienes las pasan canutas desde tiempos de Maricastaña excepto para el sur de Europa en la actualidad? ¿Qué fenómeno social o político existe que impide facilitar el pago de la deuda? ¿Por qué se puede ayudar a Alemania o a México y no a Portugal o a Grecia? ¿Qué está ocurriendo aquí?
Lo que tenemos es lo que hay. Y tenemos lo peor. Insistir en la descripción de un paisaje catastrófico no conduce a la aparición mágica de ninguna solución. Es más, dudo que exista una solución para lo que está ocurriendo.
La septicemia afecta al paciente en varios sitios distintos. La crisis es multiorgánica.
Pero hay gente optimista ante el futuro. Me parece genial. Que sigan viendo a la Jaumandreu en la uno. Que nadie les robe la ilusión. Los optimistas creen que existe una pequeña posibilidad de salvar a la actual generación. Viendo lo que llevamos de crisis y lo que las estimaciones dicen que nos queda por delante, cualquier simio se da cuenta de que la interpretación realista de lo que pasa es que tenemos muy jodido salvar a la siguiente generación. Es decir, a quienes hoy están naciendo y tienen menos de ~13 años.
Los optimistas podrían contarnos cómo el aumento tecnológico (ya sea medido en disponibilidad energética o en capacidad de cálculo) tiene incrementos exponenciales. Podrían expandir el mensaje de esperanza de que lo que hoy cuesta mucho hacer cada vez costará muchísimo menos.
Mas en toda crisis o estado crónico de fallo total del sistema, los optimistas no tienen altavoces. No me extraña.
Ahí al lado, en Grecia, tienen nazis en el parlamento. Aquí UPyD e IU no paran de crecer. Los desesperados se agarran a las soluciones sencillas («dejemos de pagar la deuda», «la culpa la tienen las autonomías»). Es la condición humana.
Dicen en El Blog Salmón: «en España nos suicidamos poco en comparación con el resto de Europa». Olé. ¿A quién hay que agradecérselo? ¿Cuál es el número óptimo de suicidios?
Todo es muy confuso. Puede que sea necesario tener una nueva categoría de la condición humana: optimistas, realistas, pesimistas y confundidos.
La semana pasada, un fulano cogió una maza y se bajó un cajero. Estaba confundido, era un perturbado, ya no tenía para comer. ¿Cuál es la diferencia? ¿Y cuántos cajeros destrozados a mazazos dejan de ser acciones de perturbados y se convierten en una declaración política? Estamos dejando que algunos, con sus pseudomazas, destrocen algo más que cajeros. Es política. ¿Qué hace falta para que deje de ser política y se conviertan en acciones de perturbados? ¿Cuál es el nivel crítico de confusión necesaria?
Argentina era una potencia en 1920, hoy es un país miserable. En Sudáfrica se abandonaron ciudades enteras a partir de 1994. España es un país de pobres. Hagámonos a la idea.
Vuelve a salir alguien por la tele. No distingo si es Maricospe o el calvo de barbas. No lo identifico pero veo cómo vomita sobre el atril. Que alguien pase el mocho.