Una carta abierta del defensor actual más destacado de la hipótesis de la panspermia, el astrónomo ceilandés Nalin Chandra Wickramasinghe y del escritor de ciencia ficción y profesor de física escocés Francis A. Andrew pone de relieve que la crisis económica y los repetidos fracasos de la astrobiología empiezan a tener serias consecuencias para esta disciplina científica.
El término astrobiología fue acuñado por el famoso astrónomo inglés Sir Fred Hoyle (1915-2001) y por el propio Wickramasinghe, director del Centro de Astrobiología de la Universidad de Cardiff, Gales (Reino Unido). El motivo de la misiva es airear la decisión de la administración universitaria de cerrar el centro, el más antiguo del mundo de su clase y de paso ofrecer al reino de Arabia Saudí o a otra nación árabe la posibilidad de acogerlo en su territorio.
El Reino Unido ha estado en la vanguardia de la astronomía y la cosmología desde hace décadas y no creemos que esto vaya a cambiar por el cierre de un centro. Da la sensación de ser una consecuencia más de la crisis económica y de los continuos fracasos de esta moderna rama de la Historia Natural. Últimamente, sonados errores de la NASA como el artículo publicado en Science sobre la vida basada en arsénico o el publicado recientemente en el Journal of Cosmology sobre unas supuestas bacterias en meteoritos del tipo condrita carbonácea apoyando la panspermia han puesto en entredicho a toda la disciplina.
La controversia entre endogénesis y exogénesis tiene más de un siglo, siendo la panspermia una de las hipótesis más extremas de las de tipo exogenético al plantear la posibilidad de que la vida en nuestro planeta no se originase en la misma Tierra sino que procediese del espacio. Las condritas carbonáceas son meteoritos que contienen gran cantidad de compuestos orgánicos (aminoácidos, bases nitrogenadas, etc.) por lo que la panspermia hoy en día apoyándose en este hecho plantea que la Tierra fue colonizada por microbios originados en otros planetas y que sobrevivieron en meteoritos que utilizaron como vehículos espaciales para colonizar nuestro planeta. Hoyle, Wickramasinghe, Andrew, Hoover y otros trabajan o siguen una hipótesis insinuada por varios investigadores, y desarrollada por Svante Arrhenius (1859-1927) quien inició la controversia en 1908 al publicar el libro de divulgación científica “Mundos en formación” donde postuló que la vida ha existido siempre en el espacio viajando mediante esporas y colonizando planetas. Las hipótesis endogenéticas son más antiguas y hay que remontarse mucho más atrás porque plantean que la vida se originó en la Tierra, algo que se dibuja ya en las antiguas cosmogonías.
El caso es que la joven astrobiología, una disciplina excesivamente multidisciplinar, no acaba de cuajar, quien sabe, son tantas las noticias, muchas fallidas, y el dinero que se le ha dedicado que si no hay descubrimientos serios en breve es posible que muera de éxito y acabe relegada a un segundo plano.
Un saludo