Encuentro personas que constantemente que están en una crisis laboral. Me explican que no se encuentran a gusto en su trabajo, que no pueden más, incluso a veces lloran cuando tienen que ir a trabajar y les genera ansiedad pensar que deben ir a la empresa en la que trabajan. Más personas de las que pensamos están a disgusto en su trabajo.
En el artículo anterior, traté el tema de las crisis personales y de cómo nos afectan. Yo considero las crisis laborales un tipo más de crisis personal, porque cuando llega a afectarte en el plano personal tu área profesional el que sufre la crisis eres tú en persona y es muy difícil separarlo. Si no controlamos la situación puede desembocar en problemas de salud derivados de los estados de nervios y estrés y llegar a generarnos ataques de ansiedad.
Motivos de una crisis laboral
Veíamos en el artículo anterior sobre las crisis personales que teníamos dos palabras clave: situación difícil y decisiva. Cuando calificamos una situación como un momento de crisis laboral es porque estamos en un punto límite en el que nos está afectando nuestra vida diaria y nuestro bienestar general.
Pueden haber muchos motivos por los que lleguemos al punto de crisis, cada caso es una situación particular, pero unos ejemplos pueden ser los siguientes:
- El ambiente en tu empresa se ha enrarecido y no estás a gusto
- Dependes de un superior que no te valora y no progresas en la empresa
- Estás estancado en un puesto de trabajo sin perspectivas de ascenso o cambio
- La tensión es tan alta en tu empresa que no puedes sobrellevarlo
- La dedicación exigida es muy alta y no puedes conciliar tu vida familiar con tu trabajo
- Ya no te gusta lo que haces y quieres hacer otra cosa
Sea cual sea el motivo, el estado al que llegas en una crisis laboral es el mismo: te sientes angustiado, no estás feliz con tu situación y deseas que cambie.
Un cambio puede derivar en un cambio dentro de la misma empresa, en un cambio a otra empresa diferente o en un proyecto de emprender por tu cuenta. También está la opción de no hacer nada, pero esta, evidentemente no la vamos a tratar en este artículo porque sin hacer nada no cambiará tu situación, tu crisis laboral sólo empeorará.
El cambio dentro de la misma empresa
Esta la opción que menos riesgos conlleva. Ya conoces la empresa y en tu empresa te conocen a ti, por tanto, si estás trabajando en una empresa grande puede ser relativamente fácil que te muevan de departamento o de proyecto. Con un cambio como este, puedes conseguir librarte de un jefe que no te valora, aprender cosas nuevas o ascender en tu carrera profesional.
Moverse dentro de una empresa es un cambio bastante seguro, pero no solucionará tu crisis laboral si con quien estás decepcionado es con la propia empresa y sus políticas.
En otras ocasiones, no es posible conseguir otro puesto de trabajo dentro de la misma empresa. Por ejemplo, puede ser que trabajes de administrativa en una empresa de transportes. En ese caso, tu puesto de trabajo no está relacionado directamente con la actividad principal de la empresa y si ésta no es grande, puede ser difícil que encuentren un puesto para reubicarte en otro departamento. Ante un escenario como este, si no soportas más tu trabajo podrías plantear un cambio de empresa.
Cambiar de empresa
Para cambiar de empresa lo primero que debes hacer es actualizar tu currículum y asegurarte de que toda la información está al día y recoge tu experiencia real y conocimientos. Piensa que quien lo leerá no te conoce, así que cuanto más claro expreses tu experiencia anterior mejor entenderá la persona que lo lea en qué has estado trabajando anteriormente.
Cambiar de empresa puede ser divertido porque conoces gente nueva, empiezas de cero, nuevos proyectos, nuevas oportunidades. Puede dar un poco de miedo, pero suele ser un periodo que afrontamos con ilusión porque es nuevo reto que tenemos por delante.
Desde que decides cambiar de empresa hasta que eso ocurre realmente puede pasar un tiempo. Toma ese tiempo como un periodo de inversión en ti y no pierdas la calma en tu trabajo actual, te está sirviendo de herramienta para lanzarte al cambio, mejorar tu situación y salir de la crisis laboral en la que te encuentras.
Plantéalo como algo temporal, de esta manera te quitarás de encima malos rollos del día a día y la tensión que te supone tener que ir cada día a trabajar allí.
Cambiar de profesión
¿Qué pasa si ya no te gusta lo que haces? Existe una solución: Reinventarse.
Todo el mundo pasa por una reinvención laboral como mínimo a lo largo de su vida y puede llegar a vivirse como una gran crisis laboral. Es una opción muy valiente porque no siempre puedes lanzarte a la piscina y comenzar una nueva carrera profesional. Puede que necesites formación específica antes de lanzarte a tu nuevo proyecto profesional.
El portal yoriento.com tiene una magnífica guía para la reinvención profesional. Puedes ver el artículo haciendo click aquí.
Reinventarse es posible y en algún momento de nuestra vida nos surge esta necesidad de cambio de profesión para sentirnos realizados. Si no tienes claro cómo puedes reorientar tu carrera profesional, el coaching puede ayudarte analizando tus fortalezas, lo que se te da bien y lo que te gusta para encontrar tu pasión, así como para trazar ¡el plan perfecto para llevarlo a cabo!
Aunque al principio uno puede pensar que si lleva años trabajando en un sector no le va a ser fácil el cambio de profesión. Lo bueno, es que toda la experiencia laboral que tengas va a complementar a tu nueva profesión, porque es un aprendizaje que ya has realizado. Nunca es como empezar en un primer trabajo desde cero.
La reinvención supone todo un proceso dentro de una crisis laboral. Debemos superar muchas barreras como el miedo o la incertidumbre para acabar aceptando la situación y decidir lanzarnos. Esto suele necesitar un proceso que no se consigue de la noche a la mañana, sino que requiere un tiempo para madurar la idea y atreverse a dar el paso final.
Crear tu propio trabajo
Hay casos de personas (entre las que me incluyo) que se han quemado del modelo empresarial de las grandes empresas, donde se exige un nivel de disponibilidad que hace muy difícil conciliar la vida personal con la carrera profesional y donde además, el nivel de tensión es excesivamente alto. Si te has encontrado en esta situación sabrás que muchas veces te encuentras ante la encrucijada de tener que hacer cosas con las que no estás de acuerdo. Todas estas circunstancias hacen que acabes cayendo en una crisis laboral.
Como solución a la salida de mundo empresarial, existe la opción de que crees tu propio empleo. Creando tu propia empresa, puedes vivir según tus normas, eso sí, para lo bueno y para lo malo.
Crear tu propia empresa no tiene porque implicar un cambio de profesión, pero si quieres cambiar de profesión, puede ser una buena salida donde tienes muchas opciones.
Desde la idea inicial hasta que al final das forma a tu proyecto suele pasar un tiempo ya que las ideas requieren un proceso de maduración. Arrancar un proyecto también requiere un tiempo ya que difícilmente dará frutos de la noche a la mañana. Hay que ser perseverante y no decaer por el camino para tener éxito.
Una de las cosas que me ayudó a lanzar mi propio proyecto con éxito fue trabajar con coaches y mentores que me ayudaron a estructurar mi idea de negocio y a crear un plan con los pasos a seguir.
Emprender conlleva también un crecimiento, no sólo profesional, sino también personal. Es todo un proceso de aprendizaje para crear tu propia empresa y ponerla en marcha. Lo más importante es tener claros tus objetivos y no perder la motivación.
Cómo sobrellevar el periodo de cambio
Sea cual se la opción que decidas poner en práctica para salir de tu crisis laboral, vas a pasar por un proceso de cambio: nuevas situaciones, conocer a nuevas personas y ubicarte en tu nuevo lugar.
Para sobrellevar mejor toda la marabunta emocional que puede generarte este periodo entre que te decides y se realiza el cambio, te dejo unos consejos a continuación:
- Ten claro tu por qué. ¿Por qué quieres hacer ese cambio? ¿Qué es lo que te motiva?
- Celebra cada pequeño logro. Cada pequeña meta que consigas y que te acerque a tu objetivo, celébralo como algo grande porque cada vez estás más cerca de conseguirlo.
- No te quedes paralizado. Lo peor que puedes hacer es no hacer nada. No dejes que el miedo te paralice y ponte en marcha. Haz pruebas y equivócate cuanto antes, ves probando cosas nuevas hasta que encuentres la que realmente te apasiona. Esto sirve tanto para emprendedores como para cambios a nueva empresa o dentro de la misma.
- Pon límites. En tu periodo de transición, ponte límites que te permitan sobrellevar mejor la situación. Por ejemplo, puedes ponerte como límite no plegar más tarde de tu hora o no trabajar fines de semana.
- Confía en ti. Siempre, no te olvides nunca de seguir tu instinto, tus sensación y de escuchar tu cuerpo. Guarda en tu bolsillo a tu crítico interior y no permitas que te desanime cuando algo salga diferente a como tenías planeado.
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