Revista Cultura y Ocio

Crisis lectora, aurocrítica y necesidad de cambio

Publicado el 14 febrero 2020 por Pinceladas19

El cambio de año me ha hecho reflexionara sobre mis últimos años lectores. He descubierto el por qué desde 2017 más o menos apenas he leído y lo he hecho casi sin ganas. La explicación está en que me he centrado demasiado en ciertas autoras españolas de Literatura Juvenil y Romántica.Crisis lectora, aurocrítica y necesidad de cambioAlice Kellen es una de las jóvenes autoras españolas con más fama entre las lectoras hispanohablantes de Literatura Romántica. Escribe bien y fue pionera en el New Adult español. He leído y reseñado varias novelas suyas, pero reconozco que quizá la haya sobrevalorado. Es desde 2015 más o menos la autora que está sentando muchas de las bases de cómo se deben escribir y publicitar las novelas románticas más comerciales. Podríamos considerar que ha creado un estilo industrial que están copiando muchas autoras. (Fuente: Elaboración propia).Ya en 2019 publiqué ciertas entradas autocríticas sobre mi trayectoria bloguera y lectora de los últimos 5 años, y visiones críticas sobre el panorama del New Adult en España. Intento que mis críticas sean constructivas y que estén escritas desde el respeto. Tanto las citadas entradas como los descubrimientos que me llevaron a escribir algunas de ellas y mi primera lectura de este 2020 (Una noche de luz de Alberto Sánchez Navarro, publicado por Ediciones Labnar), me han ayudado a entender mejor las causas de mi crisis lectora. Debido a los tableros de imágenes que suelen usar las escritoras con más fama en redes sociales y su círculo cercano de blogueras, booktubers y bookstragrammers que le hacen el trabajo de promoción de sus novelas, me estaban condicionando como lectora y estaba perdiendo el placer por leer. Sentía agotamiento de leer siempre la misma estructura de unas historias románticas que sólo cuentan los inicios de ésta y que sientan sus bases en una fuerte atracción física y deseo sexual. Son tramas industriales que apenas innovan y cuyas escenas eróticas están cortadas casi por el mismo patrón y con una óptica y un lenguaje bastante masculinizado. La mayoría son parejas heterosexuales y sus físicos son un fiel reflejo de lo que la industria de la moda y la belleza considera que han de ser la perfección. Hay cierta sexualización de los cuerpos de ellas y ellas, y en sus páginas se sigue potenciando que juventud y delgadez son los únicos requisitos para ser atractivos, encontrar una pareja o tener éxito profesional.Crisis lectora, aurocrítica y necesidad de cambioLas autoras de estas dos novelas apenas tienen 30 años y se alejan mucho de la literatura más comercial de la que os he hablado más arriba. Las descubrí de casualidad gracias a un tuit de Editabundo, la agencia literaria que representa a ambas. Leí sus primeras páginas, me sorprendió su estilo y decidí darles una oportunidad. La de Alejandra Parejo la estoy terminando de leer, me gusta lo bien que alterna el pasado y el presente y la elección del tiempo verbal que ha decidido para cada uno de ellos, y agradezco mucho que sus descripciones sólo den pinceladas de los personajes y de las escenas. La de Diana de Paz la estoy leyendo en diagonal antes de leer desde la primera hasta la última palabra y me gusta su manera de narrar el amor que lo hace más cotidiano y realista de lo que uno se suele encontrar en las novelas románticas. Destaco de ambas autoras que cuestionen de verdad ideas preconcebidas y no lo hagan para quedar bien sin apenas documentarse, y que a la hora de publicitarlas no usen tableros de imágenes. Necesitaba descubrirlas para recuperar el placer de leer y usar la imaginación sin estar condicionada de antemano. (Fuente: Elaboración propia).Estas primeras lecturas de 2020 me han ayudado a tomar la decisión de no leer al menos durante algunos meses a determinados autores de Literatura Juvenil y Romántica. Estos primeros meses me centraré en descubrir novelas de autores a los que no haya leído antes (como los citados en esta novela, David Bowman o Alba Ballesta) y editoriales independientes a las que hace tiempo quería descubrir (Editorial Dieci16, Nórdica Libros o Impedimenta), y volver a leer clásicos. También he pensado en cambiar y mejorar la redacción de mis reseñas, como por ejemplo apenas mencionar las referencias culturales y los lugares que se citan en la correspondiente novela.

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