Revista Cultura y Ocio
Aprovechando todo este fervor que está despertando en nosotros, los cristianos practicantes, la reciente beatificación de nuestro querido Juan Pablo II, amigo personal de Monseñor Romero, vamos a ir hacia adelante con un tema con evidentes mimbres religiosos.
Siempre desde el más estricto rigor y respeto, como es habitual en este espacio con las cosas que son serias y de tener en cuenta, pues el tema que nos concierne no es para menos.
Dicen los entendidos en esto de lo metaespiritual que una religión es una fuente de energía dada, pues la gente que llega a creerse eso de que existe una comunicación directa con los dioses primigenios se siente protegida, fortalecida, despide al exterior más estrógenos, suda menos que los demás y hasta hace mejor de vientre sin necesidad de tomar ningún sucedáneo tipo All-Bran de Kellog. Es lo que se conoce entre los creyentes como la fibra de la fe, una enzima mística que contiene beneficios y propiedades divinas que ayudan a ir mejor y más veces al baño. Así, la práctica de ir al baño a hacer aguas mayores ha pasado- por estas cosas de la transustanciación en las que la esencia ritual muta y cambia de naturaleza- de ser un acto ordinario y profano a todo un ritual espiritual y sagrado.
Pues bien, esta fibra de la fe(como la llamaremos a partir de ahora) se proyecta e irradia a partir de ritos y objetos religiosos, que supuestamente nos ponen en contacto con lo sacro, lo bienaventurado... con el gran misterio.
Y así, las Reliquias vienen a ser una especie de fetichismo no sexual( sonrisa) en el que un objeto o una parte de un santo( una uña del pie, por ejemplo) es digno de veneración. Ahora que cualquier moñas aficionado a eso que llaman música popular del siglo XX paga una pasta por una baqueta con la que ha tocado el sosaína insoportable del Phil Collins o por el frasco donde guardaba Elvis las drogas... hay que decir que lo que se conoce como F.F.( Fenómeno Fan), es más antiguo que las Pipas Facundo. Algo pre-cristiano, más bien. Lo novedoso que hace el cristianismo con sus fetiches es pulirlos, añadirles valor, rentabilizarlos en el mercado espiritual de los hombres y mújeres crédulos que disponen de una buena bolsa de maravedíes para depositar bajo una efigie de la Virgen maría o dentro de un Santo Grial de hojalata chunga.
Y es que, a fin de cuentas, pagar por una braga sucia o una jeringuilla usada de Janis Joplin no deja de ser lo mismo que visitar la catedral de Nuremberg para ver la Lanza Sagrada. La que cuentan los evangelios que utilizó el centurión romano Longinus para atravesar al Cristo moribundo en la cruz.
Todo esto no deja de ser una especie de parafilia psicopática que tiene más que ver con la masturbación mental, la insatisfacción vital, la incurable estulticia humana, el latrocinio y la rapiña del vecino... o esa querencia ancestral y humana por lo camp y kitsch que derivan en un onanismo impenitente.
Pajería y casquería pura y dura, ya sea sacra y/o profana.
El comercio de reliquias tiene lugar desde el mismísimo inicio de la cristiandad. Los restos y objetos que habían entrado en contacto con los hombres santos cotizan al alza, como en la bolsa o ebay. La época de más consumo y ostentación de estos fetiches cristianos tiene que ver con el medievo y con el saqueo de Constantinopla por los cruzados, con el cercano Oriente, la pérdida de Jerusalen... las reliquias sagradas aumentan cuota de mercado en los siglos XII y XII, amplifican el fervor religioso, estimulan las conversiones, sirven de sostén a la fe y se veneran como razones y acicates para la Guerra Santa.
Recordemos someramente la importancia que tuvieron las reliquias y su utilización en el glorioso Alzamiento Nacional en nuestro país, y como el caudillo( "El Caudillo es el sol" . Álvaro Cunqueiro dixit) viajaba siempre con la mano incorrupta de Santa Teresa a cuestas(que vaya usted a saber dónde la había metido antes la Santa, porque tantos años de incorrupción no sé yo...). El de Ferrol en otra ocasión también sacó a pasear a la prestada y portuguesa Virgen de Fátima en una tourneé divina en el año 48 por la carretera de Extremadura hasta Madrid para escarnio de los ateos y judeomasones que vilipendiaban las bondades del régimen.
"Operación Fátima", que se llamó la astracanada.
Y, ya que estamos hablando de astracanadas, pasemos a nombrar sucintamente algunas de la Sagradas Reliquias más chorras que ustedes,amigas y amigos del misterio y de lo camp, no deberían perderse por nada del universo, ya fuera este perpetrado en Big Bang o en Big Crunch:
- LOS PECHOS DE SANTA ÁGUEDA: Águeda de Catania es una chica potente y vistosa a la que pretende un hombre malo: el senador Quintianus. El senador se cabrea cuando la Águeda le dice que ella está casada ya con Jesucristo y que no puede otorgar sus favores a nadie, así que el fogoso Quintilianus ordena que se le seccionen los pechos. Como podéis ver en la pintura que hay justo sobre estas líneas, Santa Águeda lleva sus pechos en una bandeja como si fuera una camarera de un local de restauración de esos de deconstrucción a la que se le acabará de pedir un par de pechos de queso y centollo bañados en salsa de arándanos. Eso sí, sin nata.
En la Catedral de Catania se puede ver un mechón de su pelo, y también se dice que sus senos están enterrados bajo su suelo.
- LAS TRECE LENTEJAS DE LA ÚLTIMA CENA: Se conservan en el Sancta Sanctorum y en el Museo Vaticano trece lentejas, el mantel y un pedazo de pan de la última cena. Lo de las trece lentejas sobrantes aumenta las probabilidades de que hubiese un paisano en esa cuchipanda, pues nadie deja trece lentejas excepto un gallego. Lo que antropológicamente se ha llamado desde siempre "la vergüenza del gallego": ves a trece gallegos cenando y siempre queda un único y ridículo pedazo de queso en la bandeja al final que nadie quiere comerse.
Pues eso, que ya veo al Dan Brown dándole vueltas a la tecla con esto de las trece lentejas y la pertinente conspiración vaticana para ocultar el hecho de que el mundo conozca que hubo un comensal de Carballo o Carral en la Última Cena.
Y, si es de Carral, seguro que hasta le encargaron a él que llevase el pan.
- PLUMAS DEL ARCÁNGEL GABRIEL: Cuenta la leyenda que el Arcángel Gabriel iba perdiendo plumas- como si fuese un tertuliano de Sálvame- cuando hizo aquella performance de la Anunciación. Hay, por lo menos, dos plumas de arcángel metidas en urnas para ser veneradas. Una en Italia, en la iglesia de Madona di Loreto, y otra en una pequeña iglesia de un pueblecito de Valencia. Liria.
Los de Valencia dicen que en el siglo XIX se las compraron por un módico precio a un monje suizo que las vendía a docenas. Lo que no cuentan es que les había parecido un poco raro ver descarnadas a todas las gallinas del corral que tenía el avispado monje.
- LECHE UHT LA VIRGEN MARÍA: Semidesnatada, entera y desnatada. Se conserva en muchos lugares: Popolo, Oviedo, Chile... unas gotas de leche que se le cayeron a María cuando amamantaba al niño Jesús y que alguien- el Ikér Jiménez de la época o un pervertido tenía que ser ese alguien para ponerse a recoger unas gotas de leche y conservarlas en un recipiente- recogió para donar a la posteridad.
De José el carpintero no se conserva ningún resto líquido( o en grumillo) de este mismo tipo. Gracias a Dios. Pero, en cambio, lo que sí se conserva del hombre es el...
- SUSPIRO DE SAN JOSÉ: La historia es la siguiente: José el carpintero suspira después del café dentro de una botella, la cierra y viene un ángel que recoge la botella( como los de MRW, mensajería urgente) y la deja en la iglesia de Blois.
Y después criticamos las pelis del Van Damme y el Chuck porque no tienen una sólida coherencia narrativa interna... ¡¡anda ya!!!
- UNA PAJA DEL PORTAL DE BELÉN: Una paja del pesebre del portal de Belén que se conserva en Roma y dicen que fue poseída hasta hace poco tiempo por los Reyes de España. Medio mundo con reliquias cojonudas y a nosotros qué nos dan.
Una paja.
Sin comentarios.
- UN PELO DE LA BARBA DE JESUCRISTO: Cuentan las crónicas nemedias que Felipe II tenía un pelo de la barba de Cristo y otro del cabello de la Virgen, como si de un antepasado directo del genial Marqués de Leguineche se tratara.
Decía el padre Siguenza que Felipe II habría conseguido más de 700 reliquias, y que en sus vitrinas y armarios guardaba una colección de objetos y pedazos religiosos compuesta por más de 300 cabezas y 150 brazos.
Si llegar a estar vivo hoy, el de la Casa de Austria arrasaría en http://www.todocoleccion.net/
- SANTOS PREPUCIOS DE JESUCRISTO: " Una anciana que ofició de Mohel laceró el celeste capullo, lo sumergió en una pequeña redoma con aceite de nardo y lo entregó a su hijo, comerciante en perfumes, con la admonición de que no lo vendiera. Pero el joven desobedeció a su madre; y el Santo Prepucio inició así su intrincado vagar por el mundo".
Un prepucio vagando por el mundo sin el consentimiento de su dueño es algo muy triste.
María Magdalena, Carlomagno o la emperatriz Irene de Bizancio habrían tenido la suerte de poseer el pequeño anillito de carne entre sus dedos.
Aunque otros 13 pedacitos de materia orgánica de la zona íntima de Jesús andan también por las basílicas de Roma, Charroux, Amberes, Paris, Brujas, Bolonia, Bensançon, Nancy, Metz, LePuy, Conques, Hildesheim y Calcata. Si todos los pedacitos perteneciesen al mismo ser humano, ese hombre debía de ser el Rocco Sigfredi o John Holmes de la época.
Incluso se creó un extraño culto al prepucio de Jesucristo al que yo me hubiese sumado encantado en su momento: "‘El sagrado prepucio de Cristo’, publicado en 1907. Incluso una sociedad llamada ‘Academia Preputológica’ intentó restaurar el abolido culto al Prepucio de Cristo. El 15 de mayo de 1954 se celebró un cónclave en el cual se sometía a deliberación la propuesta de recuperar este culto, derogado por un decreto de 1900. Tras la exposición de los argumentos y acaloradas discusiones, los cardenales acordaron rechazar la solicitud, ratificando la condena de la veneración del Santo Prepucio".
Y un benedictino austríaco llamado Pez cuenta en sus memorias que una monja golosa se comió uno: “¡Y ahí estaba! De repente sintió – la monja – un pellejito, como la cáscara de un huevo, de una dulzura completamente superlativa, y se lo tragó. Apenas se lo había tragado de nuevo, sintió en su lengua el dulce pellejo, y una vez más se lo tragó. Y esto lo pudo hacer unas cien veces…”
¡¡¡Con lo bien que lo pasan los curas y las monjas por ahí... para qué te van a querer casarse!!!???
Finalizamos este estudio religioso recordando de paso que por el mundo adelante todavía se veneran- pese a la aberratio devotionis que la Iglesia Católica impuso hace unos años porque la cosa de las reliquias se salían ya mucho de madre, que una cosa es una coña y hacerse un dinero a costa de los incautos como nosotros y otra es tomárselo ya todo a cachondeo- un estornudo del Espíritu Santo metido en un frasco, un rayo de la estrella de Belén que un aficionado capturó, una oreja de San Pedro, 60 dedos de Juan Bautista o unos supuestos 500 dientes de leche del niño Jesús.
Lutero dijo en su momento que había suficientes astillas de la Cruz en la que murió Jesús como para formar un bosque.
Pero la verdad es que en marketing y merchandising les ha funcionado bien hasta ahora, ¿no? Los avalan más de 2000 años y con una buena cuota de mercado y un gran montante de clientela fija.
Saludos ecuménicos de Jim.