Cristiano Ronaldo, de niño

Como decíamos en nuestro artículo anterior sobre Messi, los mayores astros del balón proceden de familias humildes. Familias que han creído en la pasión de sus retoños y lo han dado todo por su desarrollo. En Messi, su espectacular evolución desde niño enclenque y con una afección en la hormona del crecimiento a ser nombrado mejor jugador del mundo durante tres años consecutivos. Conozcamos ahora a Ronaldo…

Cristiano Ronaldo nació en Portugal en 1985, criándose en un barrio obrero de la isla de Madeira. Su pasión por el fútbol se inició en el Andorinha, un pequeño club en el que colaboraba su padre (sí, como en el caso de Messi). A los 10 años, los dos grandes equipos de la isla ya se lo disputaban y a los 15 fichó por el Sporting de Lisboa.

Allí se le sometió a los controles y disciplina de los jugadores profesionales y, para susto de su familia, se le detectó un problema en el corazón que podía haber supuesto su retirada de los terrenos de juego.

El Sporting de Lisboa informó a la madre de Cristiano, que dio su consentimiento a una operación de cirugía láser. La intervención fue inmediata y consistió en la cauterización del área que provocaba un latido irregular, acelerado. A los pocos días Cristiano volvía a jugar con sus compañeros. En palabras de Dolores, su madre: “Mi hijo no era consciente de la gravedad de la situación, pero por suerte todo fue bien. Se puede decir que después de la operación incluso corría más rápido”.

A los 16 años debutaba en primera división, en el mismo Sporting de Lisboa. A los 18, fichaba por el Manchester United de Sir Alex Ferguson por 12,24 millones de libras esterlinas. Seis años más tarde y con una fulgurante trayectoria, su traspaso al Real Madrid se convertía en el más caro pagado hasta el momento: 80 millones de libras, 94 millones de euros.

Mejor jugador de la Premier League 2007 y 2008, Bota de Oro, Balón de Oro y FIFA World Player 2008, los títulos que ha ganado con sus equipos son también de museo.

Su imagen pública marca distancias con sus orígenes humildes: campañas publicitarias para Armani y Pepe Jeans, un alto tren de vida, modelos llamativas o la sorprendente noticia de su paternidad con una madre desconocida, con la que acordó el total anonimato y la cesión de la custodia del menor.

Pero consciente de la devoción que le profesan sus fans y de su papel de ejemplo para los niños, dedica un día a la semana a contestar las cartas que recibe, según explica en el libro “Momentos”. Cuenta que ha llegado a gastar 2.000 € en sellos y sobres en un mes, aunque algunos fans le envían un sobre adicional ya sellado y con la dirección escrita. En las cartas, no solo le piden fotos firmadas y autógrafos, sino también camisetas, dinero (¡ha llegado a recibir fotocopias de extractos bancarios en números rojos!) y colaboraciones de todo tipo. La más peculiar: financiar un vivero de caracoles. También en el terreno de la anécdota hay que entender los cientos de envíos de ropita interior femenina que recibe…