Revista Cine
Como todos los años, Woody Allen nos trae su película y como un viejo amigo al que conocemos muy bien, sabemos que siempre nos sorprenderá y aunque no siempre acierte de pleno, nunca llega a defraudarnos. En esta ocasión, nos trasladamos a Roma, una ciudad romántica y llena de vida y pasión en donde nos encontramos con cuatro historias a los que la ciudad los transformará y de alguna forma les dará lo que más anhelan aunque ni siquiera ellos mismos sean conscientes de ellos. Desde el joven matrimonio que viaja a Roma buscando una aventura apasionada, la joven turista que conoce el amor, el monótono empleado de oficina que por unos días conocerá lo que es la fama y el reconocimiento, aunque no sepa muy bien por qué y el joven arquitecto que se debate entre el amor de su novia o la amiga actriz de esta por la que siente una extraña atracción.
Con esta película, Woody Allen se despoja de todo esa capa de seriedad y profundidad de los últimos años para recuperar en parte el humor absurdo y surrealista de sus primeras películas, las historias siguen caminos inesperados que logran sorprender gratamente al espectador. Es cierto que no todas las historias tienen el mismo peso ni la misma calidad, y que se puede hacer algo larga, pues frente a la hora y media habitual, A Roma con amor dura casi dos horas. No se me hizo nada pesada y me lo pasé muy bien con ella. Las historias son muy divertidas y tiene momentos de auténtico asombro que te dejan descolocado. Los diálogos son estupendos, llenos de frescura y con mucho ingenio. También destacar una buena banda sonora que está muy integrada en la historia y que le da ritmo y que mejora enormemente la película.
Desde 2006 en Scoop que Woody Allen no aparecía delante de las cámaras, en esta ocasión vuelve con el personaje que ha creado desde hace tantos años y que tan buen resultado le ha dado, judío neurótico, adicto al psicoanálisis y lleno de fobias. Como no podía ser de otra forma, consigue reunir en A Roma con amor uno de los repartos más interesantes del año, entre los que destacan Judy Davis como la esposa abnegada y que aguanta todas las locuras del personaje de Allen, Roberto Begnini como el oficinista al que le cambia la vida, Alec Baldwin como un famoso arquitecto de vacaciones en Roma, Jesse Eisenberg como el joven arquitecto o nuestra Penélope Cruz como una prostituta que le enseñará varias lecciones de vida al joven marido en un papel bastante más agradecido que en Vicky Cristina Barcelona y sin olvidar a Ellen Page como la actriz extrañamente sexy. Como no, también hay muchos actores italianos que ya son menos conocidos en papeles muy cachondos.
En resumen, una gran película muy divertida y muy loca.
A Roma con Amor se estrena mañana 21 de septiembre