AL BORDE DEL ABISMO
Título Original: Man on a Ledge Director: Asger Leth Guión: Pablo F. Fenjves Música: Henry Jackman Fotografía: Paul Cameron Interpretes: Sam Worthington, Elizabeth Banks, Jamie Bell, Edward Burns, Ed Harris, Titus Welliver, Anthony Mackie, Genesis Rodriguez Distribuidora: Aurum Fecha de Estreno: 23/03/2012
SALTA TÍO, ¡SALTA!
Que un ex-policía se escape de la cárcel y se suba a la cornisa de un hotel con el objetivo de tirarse si no demuestran su inocencia debería haber dado pie a uno de los thrillers más angustiosos de los últimos años, una película que irremediablemente nos remitiese a Última Llamada de Joel Schumacher o incluso a Buried de Rodrigo Cortés. Una película simplista, pequeña, que en un pequeño escenario apenas inamovible fuera capaz de transmitir en el espectador una sensación de angustia y de agobio continua sin que este supiera muy bien en todo momento si el salto mortal iba a ser ejecutado al siguiente movimiento. El rostro de Sam Worthington que empieza a clamar a los cielos su derecho de convertirse en superestrella debería ser omnipresente, él tenía que representar el único dilema, con un pie dentro y otro fuera, deseando ser libre de una forma u otra, desde luego que jugando bien estas cartas Al Borde del Abismo posiblemente no hubiera sido una película espectacular, pero a buen seguro que nos hubiera tenido a todos bastante sobrecogidos.
Es precisamente por estos motivos que expongo al principio por los que soy incapaz de entender por qué se tira una premisa tan interesante por la borda para convertirla en una película de atracos, no podemos ni siquiera decir que esto sea un giro sorpresivo del guión ya que la película se vende como tal, no vaya a ser que el espectador se piense que solo va a ver a un tío en una cornisa y huya despavorido. No me cabe duda de que esta opción es desde luego era la más sencilla de tomar, la que menos capacidad de inventiva necesitaba, la que por las pautas era muchísimo más fácil de hacer y también de vender. Se desestima por completo la opción de estudiar la psicología de los personajes, de aprovechar la condición de policía traicionado del protagonista para ahondar en una fuerte carga moral sobre sus antiguos compañeros. Todo esto es olvidado simplemente para dejar paso a escenas de atracos que poco nuevo tienen que aportar, un juego de traiciones que huele a rancio por los cuatro costados y a unos personajes excesivamente estereotipados.
Es cierto que pasada la rabieta por el innecesario giro de los acontecimientos se puede llegar a disfrutar de Al Borde del Abismo, entre otras cosas porque desde el principio nos dejan claro que la película va a transcurrir por unos derroteros bastante ordinarios, contando como llegó a escapar de la cárcel este hombre, unos datos que realmente el espectador no necesitaba en absoluto pero que casi como todo lo que ocurre aquí, llega a resultar bastante entretenido. Entretenido tampoco es lo mismo que disfrutable, porque es imposible no sonrojarse y sentir cierta vergüenza ajena en las secuencias con el dinero o viendo la nula química que tienen Jamie Bell y la chica florero Génesis Rodríguez que al menos tiene la decencia de lucir un bonito escote durante toda la película para que el espectador pueda disfrutar con algo más allá sin que la tenga en cuenta su nulo talento interpretativo.
La película podría habernos dejado todavía algún sabor de boca algo mejor, pero ya cuando le toca encarar su recta final se vuelve en un completo despropósito con una persecución que roza los límites más insospechados del ridículo y un final con un malo malísimo interpretado por un Ed Harris que no sabemos muy bien qué es lo que se le ha perdido por aquí. A Borde del Abismo podría haber sido uno de los thrillers más interesante de esta temporada estival, pero en lugar de eso se pierde siendo una cinta de acción tópica y mala. Lo más que podemos sacar de ella es la no pretendida metáfora acerca de la situación del Hollywood actual, ese que promete hacer grandes cosas que satisfarán al espectador y que rebosarán en originalidad pero que al final se queda en grandes refritos incapaces de aportar nada mínimamente novedoso, y es que viendo esta película es difícil pensar que Hollywood no se encuentre también al borde del abismo.
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