Con poco ruido llega esta semana a las carteleras españolas la última película de Mike Mills, "Beginners", un retrato melancólico que hasta en sus momentos más cómicos transmite una gran sensación de tristeza. Independiente y lleno de sensibilidad es una película recomendable para aquéllos que sepan soportar que la felicidad es muchas veces algo imposible de alcanzar.
¿Qué sentirías y cómo actuarías si descubrieras que tu padre de 75 años ha decidido salir del armario? Esa es la situación que vive el protagonista del film. Poco tiempo antes de morir su progenitor le confiesa su condición sexual y aceptar la nueva situación no será sencillo. Tras su fallecimiento la tristeza se mezcla con la sensación de abandono y mentira y sólo una mujer (aún más sola que él) conseguirá arrancarle alguna sonrisa.
Si hay un denominador común en la película ésa es la infelicidad. Todos los personajes se sienten abandonados, huyen de sus semejantes para no sufrir pero la realidad es que su aislamiento es una fuente inagotable de tristeza. Sonríen para disimular, salen a la calle para parecerse al resto y trabajan sin rumbo.
Con personajes tan complejos aún merece más mérito la interpretación de sus tresprotagonistas. Ewan McGregor, Christopher Plummer y Melanie Laurent entienden con precisión el ámbito de la película. Se integran en ella como lo pueda hacer un dormitorio abandonado ó un parque en la oscuridad. El engranaje es casi perfecto y la sensación de abandono aún más penetrante.
Todo en el film desemboca en una misma necesidad: La comprensión. Todos buscan ser comprendidos; el padre gay, el hijo triste ansioso por ser escuchado y la mujer abandonada que necesita sentirse querida. Todos necesitan oirse y ser escuchados. El ser humano necesita comunicarse tanto como tomar alimento o sentir el latido de su corazón.
El perro que convive con padre e hijo ayuda a romper el tono melancólico del film. Claramente incluído como elemento de respiro para arrancar una sonrisa, salva los momentos más bajos de la película.
Es difícil ponerle un pero al guión pero es cierto que poco a poco va perdiendo fuerza para al final volver a recuperarse. No es un trabajo redondo pero sí muy encaminado a ofrecer algo distinto rodado de una manera distinta. No busca la lágrima, busca el nudo en el estómago; un objetivo muy osado que en determinadas escenas logra alcanzar gracias a conversaciones muy acertadas.
El resultado final es más que aceptable, muy honesto en su puesta en escena y con un mensaje vital muy enriquecedor. No es mala recomendación para este fin de semana.
José Daniel Díaz
Revista Cine
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