Crítica: cuéntaselo a otra

Destrozada tras descubrir que su marido y novio desde la infancia le es infiel, Inés Santaolalla se divorcia y decide darle un giro de ciento ochenta grados a su vida. Mientras su hermana y su madre piensan que está trabajando en una sucursal de su banco en Nueva York, ella, como su admirada heroína de la novela de Muriel Barbery, acepta el empleo de portera en un inmueble de la calle Lagasca en Madrid, una especie de universo paralelo poblado de seres a cuál más extravagantes.Inés está convencida de que aquella oscura portería, además de ser un lugar inmejorable donde lamerse las heridas que aún supuran de su matrimonio, será el escenario perfecto para terminar la novela que lleva varios años escribiendo. Sin embargo, con lo que Inés no cuenta es con el propietario del 6º derecha, un atractivo doctor que hará todo lo que esté en su mano para que ella vuelva a confiar en los hombres y en el amor. 

Necesitaba como agua de mayo aire fresco y renovado en lo que ha mis lecturas se trata, por eso solo leer su sinopsis me decante por él.  No tenía gran esperanza depositada en el ya que este género no es uno de mis fuertes que digamos, pero para mi sorpresa me encontrado con una novela que ha conseguido superar con creces todas mis expectativas.
Una historia que nos aporta momentos de diversión y risas aseguradas, lo que ha fin de cuentas buscamos encontrar en este tipo de novelas. Me lo he pasado realmente bien y me he reído muchísimo con ella, a pesar de que por momentos la historia me ha parecido bastante surrealista. A pesar de todo, en muchos momentos se acerca a la realidad de muchas historias que tenemos el día a día a nuestro alrededor.

Si alguien me hubiera dicho entonces que en ese mismo edificio encontraría el amor de mi vida y acabaría trabajando en algo que me apasiona, jamás le habría creído.  

Me ha gustado la naturalidad con la que surge la historia de amor entre Inés y Enrique, y es son dos personas maduras, que han hecho sus vidas sin conseguir el resultado esperado. Pero que a pesar de todo están dispuestos a subirse al último tren que les ha puesto a su disposición la vida, y por el cual tendrán que superar juntos todos sus miedos.
Sin duda me iría con los ojos cerrados a esta gran comunidad de vecinos donde la diversión, la risa y la locura están aseguradas. Me lo he pasado en grande con las reuniones en la portería, con las conspiraciones contra el señor Hurtado y sobre todo la incertidumbre de quien se esconde detrás de la espantosa señora Santos.

Cuéntaselo a otra una novela divertida, romántica y fresca que recomiendo leer a todo el mundo que quiera pasar un buen rato y desconectar.