Hola Javier.
Te escribo estas líneas porque no tuve la oportunidad de despedirme como es debido. Lo tuyo fue tan repentino que nos pilló a todos por sorpresa. Solo quería expresarte, aunque tú ya lo sabías, el cariño que te teníamos todos los que te conocíamos. Siempre con una sonrisa, con una palmada en la espalda, con una palabra de ánimo, a pesar de lo mucho que te acordabas de tu querida Rosa y dejabas que esa procesión fuese por dentro. Aquí te dejo como despedida la crítica que escribí para ella. Cuando releo esas primeras palabras, esas primeras frases, parece que están escritas para vosotros dos.
Un fuerte abrazo de parte de todos y, por favor, en cuanto te encuentres con Rosa dale un beso muy sentido y dile que por aquí la seguimos recordando con mucho cariño.
AHORA O NUNCA
¿Qué pasa cuando se unen dos de los mayores talentos interpretativos de la historia del cine? Pues, evidentemente, que saltan chispas. Dos fuerzas de la naturaleza. Una indómita, indomable, irascible, casi salvaje, Jack, así, a palo seco, como le gustaba llamarle a Billy Cristal cuando presentaba la ceremonia de los Oscar. La otra, tranquila, intensa, suave, filosófica incluso, Morgan Freeman, el chófer de Miss Daisy que ya lleva casi veinte años hipnotizándonos con su genio. Dos personalidades de este calibre al servicio de un original y buen guión, dirigidos por un excelente cineasta, Rob Reiner, dan lugar a una película que nos va a hacer reír, llorar y emocionarnos a partes iguales.
Personalmente me alegro de que Rob Reiner vuelva a ser el que era tras varios años de películas mediocres. Gracias a Cuando Harry encontró a Sally tocó el cielo y supo mantenerse allí durante un tiempo con trabajos como Misery o Algunos hombres buenos. Fue entonces cuando algunos descubrimos que el talento de Reiner tenía un pasado muy interesante con propuestas tan estimulantes como la mítica La princesa prometida o, la menos conocida pero comedia romántica de culto, Juegos de amor en la universidad. Por eso uno se congratula de que un director del talento de Reiner haya sabido escoger un guión que aglutina la risa y la lágrima, que toma un tema tan espinoso como el cáncer terminal y realiza un canto a la vida, más que a la vida a la alegría de vivir y a compartir y repartir esa alegría entre los que nos rodean. Lo ha elegido y ha sabido llevarlo a la pantalla con la dignidad que algo tan delicado requería resolviendo con elegancia los tópicos a los que una historia de estas características no es ajena.
Y ya que estamos hablando de un tema tan duro, tan espinoso, pero también de la alegría de vivir y de compartir y repartir esa alegría de vivir y de compartir y repartir esa alegría entre los que nos rodean, me gustaría dedicar esta crítica a una amiga. A alguien que me conoce desde niño, me ha visto crecer y me ha contagiado esa alegría de vivir en momentos sombríos. Una lectora empedernida de estas torpes líneas sobre cine que siempre ha tenido palabras de elogio a pesar de la dudosa calidad de lo escrito. Ahora que tengo que hablar de ti espero que me perdones porque la torpeza se va a multiplicar por mil, sé que lo vas a tener en cuenta porque siempre has visto lo que escribía con buenos ojos. No hablo por mi boca sino por la de tantos chavales y chavalas que como yo hemos crecido a tu lado, viéndonos domingo a domingo, cuando te digo que esas jornadas de fiesta, esas comidas, esas risas, esas canciones, esa alegría contagiosa que siempre has llevado contigo nos ha ayudado a poner una sonrisa en nuestra vida. Aún en los momentos más duros o en los que nuestra tierna edad pensaba que eran los más oscuros, tú ponías una luz.
Todos nuestros padres sois ejemplo para nosotros habiéndonos enseñado que la parte seria de la vida va íntimamente unida a la parte lúdica. Nos hemos disfrazado con vosotros en carnavales desde pequeños. Y ahí has estado tú, con el disfraz de los 101 dálmatas o con el traje de mejicana veracruceña, con flores rojas ensortijadas en el cabello, dándole a las rancheras, luciendo el traje de volantes de sevillana, mantón sobre los hombros y bailando con desparpajo, yendo a los toros en fiestas peineta en ristre, de manola total, con la cara iluminada por una eterna sonrisa o de parranda con el atuendo negro y la redecilla de tul sobre la cara cayendo con elegancia del ala del sombrero, cantando y alegrando el entierro de la sardina. Y no has querido perdértelo por nada del mundo, ni te lo vas a seguir perdiendo. Contigo sí que nos ha tocado la lotería. Bueno Rosa, que ya sabes que te quiero mucho, espero que no dejes de leerme, siempre ha sido, es y será una alegría saberlo.
Copyright del artículo © Manu Zapata Flamarique. Reservados todos los derechos.
Copyright de las imágenes © 2013 Warner Bros., Zadan/Meron Productions, Two Ton Films, Storyline Entertainment. Cortesía de Warner Bros. España. Reservados todos los derechos.
Copyright foto Javier Arizmendi © José Luis Ullate. Reservados todos los derechos.
Ahora o nunca
Director: Rob Reiner
Intérpretes: Morgan Freeman, Jack Nicholson, Sean Hayes
Duración: 97 min.
USA, 2007