“El Llanero Solitario”, es uno de esos claros ejemplos en los que la crítica empala, crucifica y tortura a una película incluso antes de que ésta vea la luz. Lo siento (porque parece que hay que pedir perdón), pero a mí, esta versión de “El Llanero Solitario”, me ha gustado y mucho. ¡Ojo!, tampoco estoy reivindicando la cinta de Gore Verbinski como candidata al Óscar a la mejor película del año, pero sí que quiero echarle un capote a una creación divertida, con grandes dosis de acción y que, además, hace su incursión en el western, género que se sucede con cuentagotas.
Título Original: The Lone Ranger
Año: 2013
Duración: 150 min.
País: Estados Unidos
Distribuidora:Walt Disney Pictures
Director: Gore Verbinski
Guión: Ted Elliott, Terry Rossio y Justin Haythe
Interpretes: Johnny Depp, Armie Hammer, Helena Bonham-Carter, Tom Wilkinson, William Fichtner, Barry Pepper, Ruth Wilson, James Badge Dale.
Sinopsis: Toro (Johnny Depp), un nativo americano y guerrero espiritual, salva la vida del hombre de ley John Reid (Armie Hammer), después de que éste sobreviviera a una emboscada tendida por un grupo de forajidos liderados por Butch Cavendish (William Fichtner). Toro ayudará a John Reid a convertirse en El Llanero Solitario, que, montado a lomos de su caballo blanco, intentará hacer justicia junto a su amigo nativo
¿En qué quedamos? ¿El Llanero Solitario es una bazofia o una obra maestra? Pues ni una cosa, ni la otra. En el cine (como en la vida) no todo es blanco o negro, la gama de grises es bastante extensa. Para empezar, tenemos que mirar un poco a nuestro alrededor y buscar una explicación de porqué esta película no ha dado los frutos esperados. No nos olvidemos de que El Llanero Solitario es un héroe; quizás demasiado light para el panorama actual. Además, el hecho de que la hayan puesto por los suelos antes de su estreno, no ha ayudado en nada. Frases como “me han dicho que es muy mala”, “dicen que es como Piratas del Caribe, pero sin piratas y sin Caribe” (¡¿Pero quién dice burradas como esas?!), han destrozado la película. Es cierto que el personaje del indio Tonto (Toro en la traducción) puede catalogarse de “Jack Sparrow 2.0 Comanche Edition” y desde aquí esperamos que Johnny Depp no se encasille en un registro en el que se le ve cómodo, sí; y nos gusta, también; pero nos puede llegar a aburrir.
A pesar de que, personalmente, la película me pareció de lo mejorcito que he visto últimamente, hay que reconocer que, si bien en líneas generales Gore Verbinski nos obsequia con excelentes paisajes y un ritmo frenético en la mayor parte del metraje, ha tenido algún que otro desliz de gran peso. Por un lado, el papel de Armie Hammer deja mucho que desear. Es cierto que va de menos a más, pero se supone que el protagonista de la historia es él y por una razón u otra, eso no queda plasmado. Por otro lado, se ha olvidado del uso de la tijera (en España sabemos mucho de eso) para recortar los minutos sobrantes. Tampoco entiendo porqué Helena Bonham-Carter aparece en el cartel como una de las protagonistas, cuando sólo se deja ver en escenas contadas.
Con todo esto, El Llanero Solitario, sin llegar a ser sublime, no es una película mala, sino un film de aventuras, con muchos momentos de humor y unas escenas de acción trepidantes. Sin embargo, para disfrutar de esta cinta, lo primero que hay que hacer es despojarse de prejuicios, ignorar los fallos del guión (muy mejorable), los excesivos y prescindibles flashback (se habrían ahorrado los 20-30 minutos de más que tiene la película) y la más que sosa actuación de Armie Hammer. Si dejamos esto en casa, podremos disfrutar de un espectáculo en el que Verbinski ha conseguido fusionar el mundo de las aventuras humorísticas con el espíritu del western más yanqui. El resultado de esta unión es un mundo épico, en el que nunca se deja la acción a un lado, con escenas visualmente sorprendentes a una velocidad de vértigo y planos de enorme belleza que no dejan que el espectador parpadee.
Junto a este afán de divertir al público, acompaña la mano mágica de Hans Zimmer en la banda sonora, que además rescata la música de la serie original, para usarla de forma perfecta en los últimos minutos (trepidantes) de la película. Y es éste el momento del clímax: el final. Parece obvio, pero no todos los metrajes son capaces de llegar a esto. La última parte de la cinta es para quitarse el sombrero. Aún se me pone la piel de gallina recordando esa sensación de estar metido en mitad del film, con mi sombrero y mi caballo cabalgando al ritmo de la “Obertura de Guillermo Tell” de Rossini. Porque al final, de eso se trata, ¿no? De que una película sea capaz de transportarte hasta su interior y hacerte vivir lo que en ella se narra.
De verdad. En serio. Les prometo que los palos en forma de críticas que ha recibido El Llanero Solitario no hacen, para nada, justicia con la realidad. ¿Demasiado presupuesto? Sí. ¿Aroma a Piratas del Caribe? También. ¿El teórico protagonista lo es? No. De resto, es una película muy divertida, con un gran ritmo y unas escenas de acción que muchos metrajes quisieran tener y no lo consiguen. Quien vaya a verla con la idea de destruirla, así lo hará. Pero para su desgracia, se habrá perdido 150 minutos de una bizarrada (que lo es) muy divertida (que lo es aún más).
→Lo mejor: el ritmo de la peli, las escenas de acción (fantasmadas incluidas), Hans Zimmer.
→Lo peor: Armie Hammer no está a la altura de su papel. Le sobran entre 50 y 80 millones de presupuesto. Nos recuerda mucho a Piratas del Caribe.
→Puntuación: 7,5/10
Br1
Desde que era un niño, Br1 descubrió su amor incondicional por los videojuegos. Poco a poco aprendió a valorar la música como parte imprescindible de su vida, sin olvidarse nunca de la magia del cine, en la que tan a menudo se sumerge y que tantas alegrías (y decepciones) le ha dado.