Melissa Aldana con Héctor Martín González .
Volumen V de los discos que semanalmente nos recomienda Héctor Martín González. En esta ocasión serán cuatro con el habitual denominador común de la diversidad de estilos . Héctor colabora con la Web Creativa Canaria además de promover el Jazz que se hace en nuestro país y tener un podcast que se puede escuchar en su blog ‘Canción A Quemarropa’ .
Elkano Browning Cream ‘Uh Eh’ .
Otro cubo de ácido viene de la mano de este trío conformado por Mikel Azpiroz (Hammond B3, piano), Franck Mantegari (batería) y Dave Wilkinson (guitarra y voz). Diversión a raudales en este ‘Uh eh’, Elkano Browning Cream es una banda absolutamente asentada y baqueteada, con suficiente experiencia como para encerrarse en un estudio con vistas a la Playa de la Concha de San Sebastián y hacer volar la imaginación. Un grupo que es un puño y que se sacrifica en pos de un resultado global muy apetecible y muy líquido. Este proyecto, quizás por el uso del Hammond B3, nos recuerda a los proyectos setenteros en los que podíamos disfrutar de Dr. Lonnie Smith. Elkano es un grupo con el que la fiesta y el buen hacer está asegurado. Creemos que no es posible disfrutar de este trabajo sentado en una silla, es necesario bailarlo y cuanto menos seguir con el pie el ritmo que impone la banda. Hay que destacar de este cd canciones como ‘Rich man poor soul’, ‘Tout est bon’ o ‘Euroafricans’ y algunos temas de más baja cadencia y medios tiempos como el corte del final ‘46th street’ que es como un himno celestial.
Paul Abirached y Alain Jean-Marie – Nightscape .
(Archieball/Harmonia Mundi, 2014).
El guitarrista parisino Paul Abirached se alía con el pianista Alain Jean-Maríe para ofrecernos un disco lleno de delicadeza y de algunos buenos momentos. Como suele suceder en estos discos de dúo instrumentales Abirached y Jean-Marie se proponen canciones y empiezan a improvisar con esas ideas. Desde el título, ‘Nightscape’ es una propuesta básicamente oscura en donde abundan los parajes y las canciones lentas más que cortes rápidos. Es un buen disco para escuchar relajadamente en casa, un domingo. Canciones como ‘Down in Antigua’ de Jim Hall pueden dibujar cualquier paraje en la imaginación. También hemos disfrutado de ‘Haunted’, un tema de un minuto y cuarenta que podría estar, sin contemplaciones, en cualquier película de terror. Con propuestas compuestas por el dúo, algunas de Abirached en solitario y de Paul Motian, Joe Lovano, Wayne Shorter y Billie Holiday, ambos van configurando un disco que consisten en 10 cortes con mucho feeling, con mucho cariño. Hay que recordar, como curiosidad,1 que Archiball es la casa discográfica del saxofonista Archie Sheep.
Jaques Schwarz-Bart – Jazz Racine Haiti .
Desde que en 2010 pudimos entrevistar a este saxo tenor antillano tuvimos una cosa clara, su proyecto musical está encaminado a que el mundo disfrute del jazz bajo una perspectiva y una lupa caribeña. Desde ‘Kouzin’ la influencia del caribe francés queda verdaderamente patente pero ello no resta, muy al contrario va a favor de obra. Su nacimiento en una zona de Guadalupe llamado Les Abymes es determinante, no obstante el disco de Schwarz no se queda en un reconocimiento folclórico. Él vive entre París y New York y el jazz está a la última en su disco. Schwarz-Bart ha sabido ir tomando influencias de aquí y de allá, ha sabido pacientemente aliarse con músicos de bastante valía como para ofrecer un resultado lo suficientemente rico. En este cd podemos degustar a cantantes como Erol Josué, Rozna Zila o Stephanie McKay, a trompetas como la de Etienne Charles, bajistas como Ben Williams o Reggie Washington y baterías como las de Obed Calvaire o Arnaud Dolmen. Cortes como ‘Blues jon jon’ o ‘Vaudou zepole’ .
Nat Simons – Home on high .
Natalia García Poza, cantante residente en Madrid, es quien se esconde tras el apelativo de Nat Simons en este proyecto de folk y blues. Cada cierto tiempo se publica algún disco que hace volvernos a apasionar con ciertos estilos musicales. Es el caso de este ‘Home on high’, editado en los últimos compases del año 2013 y que está compuesto por 11 temas. De ‘Another coffee and cigarette day’ al tema título que cierra el disco, Nat va ofreciéndonos estupendas cucharadas de folk con un sabor perfecto y genuino. Si cualquiera se acercase a este disco, sin saber la procedencia de la artista podría pensar que ha sido editado en Nashville o cualquier otra sede de la buena música norteamericana. Canciones como ‘Strange music avenue’ o ‘When the music doesn’t sound’ son buenos catálogos de muestra, se puede disfrutar con un proyecto blusero y rico en folklore americano en nuestro país, y ello sin despeinarnos. Además del blues y folk a raudales también encontramos deliciosas influencias de Bob Dylan, por si ya no fuera poco lo que hemos señalado. También queremos destacar el comienzo a harmónica de ‘Aint no blues’. Estupendo plato que demuestra que en este país también se pueden conseguir momentos álgidos de americana music. La producción de David Gwynn, impecable.
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Héctor Martín González para ZDJ , 2014.
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