Revista Comunicación

Crítica de la serie Hanna

Publicado el 19 mayo 2019 por Seriemaniac

Secuelas, remakes, reboots y adaptaciones literarias hay para aburrir dentro de la historia del cine, encontrar una serie que es un remake de una película ya es algo menos habitual. Esto es lo que pasa con Hanna, una de las nuevas propuestas de este año de Amazon Prime Video, una serie de espías, acción e intriga que se basa en la película homónima del año 2011 dirigida por el británico Joe Wright y que contaba con un notable reparto encabezado por una joven Saoirse Ronan dando vida al personaje principal, Eric Bana como su mentor-protector, y Cate Blanchett como la agente de la CIA que pretende darles caza.

Hanna es una chica de dieciséis años con un espectacular repertorio de habilidades pero que apenas sabe cómo funciona el mundo. Para que nos entendamos: es capaz de escapar de un edificio en la que la tienen retenida a punta de pistola pero nunca ha visto una película de zombis. En realidad su vida es una huida continua de aquellos que quieren hacerle daño, o más bien un escondite perpetuo del que no puede salir si quiere seguir con vida. Al menos así ha sido hasta ahora, hasta que una serie de acontecimientos la hacen salir de su escondrijo y enfrentar el mundo del que ha estado siempre oculta.

Quizás la serie de Amazon no tenga la trascendencia mediática de otras estrenadas este mismo año en otras plataformas como HBO o Netflix, pero contiene suficientes ingredientes y calidad como para ofrecer un show tan vistoso como emocionante y entretenido. La serie coge de base la historia narrada en el film antes mencionado y la expande añadiendo personajes, subtramas y jugosos flashbacks que ayudan a hacer más grande y satisfactoria la experiencia. Encontramos algún episodio irregular, pero en general casi todos logran mantener la atención y la tensión, haciendo también un inteligente uso del amigo cliffhanger.

Crítica de la serie Hanna

Hanna no parte la baraja, en realidad podríamos decir que se trata de un refrito de lugares comunes y deja vu dentro del género de espías: la vieja Europa como escenario, agentes de la CIA muy malos y casi psicopáticos, un héroe (en este caso heroína) tipo Jason Bourne que desconoce sus orígenes pero que es capaz de patearle el culo a todo aquel que se le cruce por el camino. A pesar de su falta de originalidad se las apaña para manejar esos ingredientes con bastante sentido, ofreciendo una serie equilibrada entre lo dramático y las secuencias de lucha o tiroteos. Ocho episodios que casi se pueden ver en modo maratón y que te dejan con ganas de más.

Uno de los puntos más atractivos de la serie (y que me ha hecho acercarme a ella, no nos engañemos) es el reparto. La chica que hace de Hanna, Esme Creed-Miles, es todo un acierto de casting y una revelación, con una presencia magnética que va in crescendo a lo largo de la temporada. Junto a ella, interpretando los personajes de Bana y Blanchett, encontramos nada más y nada menos que a Joel Kinnaman y Mireille Enos, o Holder y Linden, la pareja de investigadores protagonista de la (¿se puede decir ya?) mítica serie The Killing. En Hanna sus roles, así como la relación entre ambos, es bien distinta de aquella, pero siempre es un placer y trae buenos recuerdos verlos compartir pantalla de nuevo.

Hanna probablemente no pasará al Olimpo de las series de televisión, pero es un thriller lo suficientemente sólido, atractivo y visualmente competente como para dar batalla durante algunas temporadas más. Un cóctel explosivo con espías, agentes renegados, inteligencia y contrainteligencia, conspiraciones varias, proyectos ultrasecretos, personajes duros, reguero de cadáveres y un bonito tour europeo que hará las delicias de los aficionados al género.

Crítica de la serie Hanna


Volver a la Portada de Logo Paperblog