Revista Comunicación

Crítica de la temporada 3 de Ozark

Publicado el 02 abril 2020 por Seriemaniac

Análisis de la temporada 3 de la serie Ozark

El siguiente análisis contiene información que podría considerarse spoiler de la presente temporada y de las anteriores.

Ozark: el podrido sueño americano

Valoración:

En el año 2017 una nueva serie de trama familiar-criminal con azulada fotografía y bonitos parajes americanos aterrizó en la parrilla de Netflix. No fueron pocos (entre ellos me incluyo) los que compararon Ozark con la inigualable Breaking bad. Sin duda encontramos ciertos paralelismos a destacar: un tipo aparentemente normal pero muy inteligente metiéndose a criminal, cárteles de la droga, insatisfacción burguesita, fajos y fajos de billetes...

El arranque puede llevar a engaño porque, a pesar de esas similitudes apuntadas, pronto Ozark encontró su propia forma de hacer las cosas, sus códigos e identidad, involucrando con los criminales más peligrosos del mundo no a un solo hombre, sino a toda una familia modélica norteamericana. Los Byrde, encabezados por unos magníficos Jason Bateman (también guionista y director de algunos episodios) y Laura Linney, aparecen como los adalides del capitalismo más agresivo, metiendo la cabeza más y más en unos negocios en los que picotean con un buen número de delitos tipificados en el código penal.

A lo largo de sus tres temporadas, los Byrde las han pasado canutas de verdad, saltando entre charcos y hundiéndose en algunos bien profundos, introduciéndose cada vez más en un pozo de peligro y violencia del que va a ser difícil que salgan... Al menos enteros. Su fuerza reside en su inteligencia a la hora de anticiparse a sus enemigos y en una unión del núcleo familiar siempre amenazada, pues no estamos ante un matrimonio bien avenido, precisamente.

La gran novedad de esta temporada es la inclusión de tres personajes secundarios que van ganando enteros a lo lago de la temporada, tres auténticas bombas de relojería prestas a reventar el imperio de los Byrde y sus peligrosos socios. Primero, la agente especial del FBI Maya Miller (Jessica Frances Dukes), cuya misión es vigilar de cerca los pasos de Marty en el casino de reciente apertura.

Después encontramos a Ben Davis, el tarado de la temporada, un personaje lucidamente interpretado por Tom Pelphrey (visto en Iron fist), cuyas estúpidas decisiones amenazan con destrozar el precario equilibrio de la vida de los Byrde. Por último, y no menos peligroso (de hecho el peor de todos ellos), gana presencia Omar Navarro (Félix Solis), el jefe del cártel mexicano.

Ozark sigue subiendo la apuesta a su ritmo, tejiendo una intrincada red entre sus múltiples personajes. Un tablero lleno de piezas oscuras (muchas despreciables), de juguetes rotos a los que no sabes si acoger o repudiar. Una serie lo suficientemente inteligente como para resultar creíble en este mundo lleno de miserias y corrupción, con las necesarias dosis de intriga y sangre, sus truquitos argumentales y hachazos dramáticos, sustentada en unos personajes tan carismáticos como amorales.

Si no tienes clara la respuesta a la pregunta de si el dinero da la felicidad tendrías que ver esta serie, saldrías de dudas, pues de poco sirve acumular montañas de dinero si vives con la espada de Damocles constantemente sobre tu pescuezo. Si no hay paz ni descanso, si la ambición se come aquello que más amas. Y es que no todo vale para conseguir lo que se anhela, a veces el sueño está tan podrido que se torna en una auténtica pesadilla. Que se lo digan al ¿bueno? de Marty.

"El dinero no es sinónimo de tranquilidad. No es sinónimo de felicidad. El dinero es, en esencia, el resultado de nuestras elecciones" -Marty Byrde

Crítica de la temporada 3 de Ozark

Cine, series, literatura, videojuegos. En ocasiones junto letras. Mis últimas novelas 'La sangre no salta' y 'Santos'.


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