Revista Cine

Crítica de 'Las dos caras de enero'

Publicado el 18 junio 2014 por Manuzapata @vivazapatanet

cartel las dos cara de enero

La música de un piano intensamente solitario resuena sobre el fondo negro de la pantalla en la que aparece un rótulo que reza: “Las dos caras de enero”. Cuando uno tiene la costumbre de acudir a una sala de cine sin apenas información sobre la película que se dispone a ver y los créditos iniciales se relegan al final de la misma,  inicia un sugestivo juego del gato y el ratón consistente en adivinar el compositor de esa magnífica banda sonora que llama la atención desde sus primeros acordes antes de que el nombre del misterioso músico sea revelado.

 

partenon

Parafraseando el eslogan publicitario, el guionista de la estupenda Drive, Hossein Amini, debuta en la dirección adaptando una novela de la autora de El talento de Mr. Ripley, Patricia Highsmith, producido por quienes llevaron a la gran pantalla El topo. El mero hecho de utilizar un reclamo de este tipo sin hacerlo en tono cómico no suele presagiar nada bueno. A pesar de ello, la premisa argumental no deja de resultar interesante. Atenas, 1962. Dos artistas del engaño de distinto cariz, un guía que escamotea unos dracmas de más a los incautos turistas (Oscar Isaac) y una especie de Bernard Madoff de la época (Viggo Mortensen), y la joven esposa de este último (Kirsten Dunst) forman un triángulo de intereses cruzados que habrán de entenderse para escapar impunes del asesinato fortuito de un detective privado.

 

triángulo

Mientras tanto, las cuerdas de los violines y el arpa, que construyen una melodía evocadora, sutil, con ecos al mejor Bernard Herrmann, continúan haciéndonos cavilar, pero seguimos sin identificar al autor de tamaña maravilla.

al teléfono

Más allá de referentes clásicos, con reminiscencias a El hombre que sabía demasiado, o de citas cultas a obras maestras del género negro como Testigo de cargo, lo cierto es que el filme nos deja fríos. No llegamos a sentir empatía por ninguno de los protagonistas de forma que nos trae sin cuidado el destino que puedan correr, por muy sombrío que este sea. A pesar de todo, tras un inicio un tanto convencional, una segunda parte más oscura e inquietante insufla algo de oxígeno a la narración. Pero la inverosimilitud de un final al que se le reclama una vuelta de tuerca hacia un tono más lúgubre, teniendo en cuenta el desarrollo previo de la historia, termina por desbaratar las pocas esperanzas depositadas en ese último tercio de metraje.

 

los tres

Lo cierto es que hemos disfrutado mucho más con el suspense de nuestro pequeño entretenimiento musical que con el que nos ofrecía la propia película. Como suele suceder en infinidad de ocasiones, el acompañamiento melódico se encuentra muy por encima del principal fílmico al que viste. Esperamos con avidez el cartón en el que se lee “music by”. En ese momento todas las piezas encajan. Y es que el mestizaje entre los sonidos étnicos del folclore greco-turco y la elegante partitura que rezuma un contemporáneo clasicismo no podría haber salido sino de la imaginación y el genio de un donostiarra llamado Alberto Iglesias.

Viggo

Copyright del artículo © Manu Zapata Flamarique. Reservados todos los derechos.

Copyright de las imágenes © Timnick Films, InC Productions, Studio Canal, Working Title Films. Cortesía de UPI España. Reservados todos los derechos

 

Las dos caras de enero

Dirección y guión: Hossein Amini

Intérpretes: Viggo Mortensen, Oscar Isaac, Kirsten Dunst.

Fotografía: Marcel Zyskind

Montaje: Nicolas Chaudeurge y Jon Harris

Duración: 96 min.

Reino Unido, Estados Unidos, Francia, 2014


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