Revista Cine

Crítica de “Malditos bastardos” (2009) – Estreno en España: 18-septiembre-2009

Publicado el 19 noviembre 2013 por Manuzapata @vivazapatanet
cartel

La pantalla está en negro. Un fundido se ha llevado todo rastro de color y ha eliminado cualquier sonido ambiente que quedase coleando desde la secuencia anterior. Del dolby surround aprovechado en su máxima expresión emana una melodía oscura, con toques de percusión, que inunda todo el cine y hace que se ponga la carne de gallina. Uno es consciente de que algo mágico va a pasar en los próximos minutos. La inimitable voz de David Bowie resuena por los cuatro costados de la sala. Poco a poco el negro se va diluyendo y el rojo y el blanco empapan la imagen que inunda la luz de la luna que penetra por la ventana circular que aparece al fondo. A su lado, la actriz francesa Mélanie Laurent, caracterizada como Shosanna Dreyfuss, luciendo un impresionante vestido rojo, con la mirada perdida, mientras una bandera con la esvástica ondea tras ella. Cuatro encadenados consecutivos de la misma imagen, cada uno más cercano a ella que el anterior, para que disfrutemos en un primerísimo primer plano de esos ojos verdes más fríos que la luna a los que canta David Bowie. La canción rompe mientras en planos detalle observamos cómo el carmín vuelve a inundar de rojo la imagen, en los labios carnosos de la protagonista primero y en sus mejillas más tarde, que pinta al estilo de un indio preparado para la batalla para luego extenderlo proporcionalmente a modo de colorete. El talento del director de fotografía Robert Richardson de nuevo hace que las luces, las sombras, los colores, inunden la imagen y subyuguen nuestro sentido de la vista. La habilidad de la inseparable montadora de Tarantino, Sally Menke, da el tempo adecuado a la sucesión de planos. Y el toque final lo aporta el propio director con una habilidad innata para escoger la música adecuada para construir otra secuencia inolvidable. En este caso la canción elegida para inmortalizar el momento es Putting out fire, que Bowie escribió junto a Giorgio Moroder, con los felinos ojos verdes de Nastassja Kinski en mente, para El beso de la pantera.

 

Shossanna y la badera nazi

Tarantino siempre ha tenido un talento especial para escoger la música que aparece en sus películas. En trabajos anteriores como Kill Bill la música de Ennio Morricone ha tenido particular importancia. Tanto es así que iba a ser el encargado de la banda sonora de Malditos Bastardos pero problemas de calendario hicieron que esto no fuera así. Aún así Tarantino escogió varios temas de Morricone para secuencias clave de su película. El nombre del mítico compositor italiano no está ahí por casualidad y es que esta película está concebida como un spaghetti western con nazis. El hecho es que parafraseando el título de la película de Sergio Leone Érase una vez en el Oeste, el primer capítulo de los cinco de que consta la película se titula Érase una vez en la Francia ocupada por los nazis, que incluso se barajó como título final para la película.  La montadora Sally Menke ha tenido una contribución capital al resultado final del trabajo, ya que debido a las prisas, el film llegó al festival de Cannes con un montaje de emergencia que no gustó demasiado a la crítica. Tarantino y Menke se volvieron a encerrar y eliminaron unas secuencias, alargaron otras y el resultado final, que tiene seis minutos más y varios cambios respecto a la copia exhibida en Cannes es tremendamente satisfactorio. La tensión no decae en ningún momento y Menke ha sabido llevar con habilidad los cambios de ritmo en la historia, aportando suspense y haciendo muy fluidas las secuencias en las que la narración se detiene más de lo normal.

hans landa

La película no se hace larga en absoluto. Los cinco episodios en que se divide están perfectamente engarzados y funcionan tanto individualmente como dentro del conjunto. Brad Pitt vuelve a demostrar, tras Quemar después de leer, que es un estupendo actor de comedia y consigue los momentos más hilarantes gracias al acento sureño de su personaje y a una manera muy particular de pronunciar el italiano. Sí, italiano, porque esta película es una torre de Babel en cuestión de idiomas, cuatro nada menos, el ya citado, francés, alemán e inglés. Y el único personaje que habla los cuatro perfectamente es el impagable teniente de las SS Hans Landa, interpretado por el desconocido actor austriaco Christoph Waltz. Un personaje bombón que, como hizo con John Travolta, Samuel L. Jackson, Uma Thurman y Robert Forster le va a reportar una merecida nominación al Óscar y quién sabe si la dorada estatuilla, el premio al mejor actor del Festival de Cannes ya está en su casa.

marcando un nazi

Por último, pero no por ello menos importante, resulta curioso que en Malditos Bastardos las muertes de los judíos por parte de los nazis aparezcan fuera de plano y sin embargo los asesinatos de soldados nazis y determinadas acciones sobre estos se vean de forma tan descarnada, quienes hayan visto la película ya saben de lo que hablo, y, curiosamente, en el batallón de Bastardos haya algunos de ellos que actúan como suicidas a la hora de provocar una explosión, ¿simple casualidad o hay algo más detrás de esto? A nadie se le ocurrió o nadie quiso preguntárselo a Tarantino cuando estuvo en el Zinemaldia.

Copyright del artículo © Manu Zapata Flamarique. Reservados todos los derechos.

Copyright de las imágenes © 2013 Universal Pictures, The Weinstein Company, A Band Apart . Cortesía de UPI España. Reservados todos los derechos.

 

Malditos Bastardos

Director: Quentin Tarantino

Intérpretes: Brad Pitt, Christoph Waltz, Mélanie Laurent

Duración: 153 min.

USA, 2009.


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