Qué extraño resulta asistir a las evoluciones del logotipo de la 20th Century Fox sin escuchar la característica fanfarria de Alfred Newman que indefectiblemente las acompaña. En su lugar, los acordes de una misteriosa y envolvente melodía hacen que la tensión se respire desde el primer momento. Nos hemos sumergido en la atmósfera de la historia casi sin darnos cuenta. Un tipo que proviene del mundo del videoclip como David Fincher sabe, además, que cada segundo cuenta. Las imágenes que van apareciendo al son de esta enigmática partitura adquieren un aire enrarecido y los títulos de crédito que se van desvaneciendo cual nubes de humo completan el prólogo y anticipan lo que está a punto de conocerse.
Mientras Nick Dunne deambula y se dirige con aire meditabundo al bar que regenta junto a su hermana, su esposa Amy ha desaparecido misteriosamente en el día del quinto aniversario de sus esponsales, que según la tradición son las bodas de madera, que simbolizan la fuerza y la solidez, la base para una duradera vida juntos. Así pues el amor, el matrimonio, el vínculo con el otro, son temas capitales dentro de una trama vestida con los lóbregos ropajes del thriller psicológico. Lo que no acaba de quedar claro es si Nick Dunne, un magnífico Ben Affleck en un papel tan ambiguo como el que interpretó en La sombra del poder, tiene o no algo que ver con la extraña desaparición de su mujer. El medio para que ésta se encuentre presente en el relato (espectacular Rosemund Pike) se ha tomado prestado de algún modo de “El crepúsculo de los dioses”. Por medio de flashbacks su voz en off relata a través de un diario la evolución de la relación con su marido en paralelo a la investigación de la policía, proporcionando al espectador un juego de pistas que inmediatamente trae a la mente “Sospechosos habituales”.
Gillian Flynn, que no da puntada sin hilo, ha adaptado su propia novela en un equilibrado guión en el que ha clavado el tempo y ritmo adecuados. Nada aparece de forma azarosa, todo se encuentra atado y bien atado y cada elemento posee su significado dentro de la historia. Con este material de partida y sin perder su personalidad Fincher ha construido una obra maestra, un relato apasionante, impecablemente realizado, que consigue mantenerte clavado en la butaca durante 149 minutos (varios de ellos absolutamente boquiabierto) sobre los que revolotean las influencias más diversas (clásicas y modernas) del mejor cine de intriga y suspense. Podemos reconocer un aura hitchcockiana de principio a fin de la cinta con momentos que nos hacen pasar de “Vértigo” a lo que nunca vimos en “Instinto básico”. El realizador ha dotado a su filme de un tono que se mueve entre lo tenebroso, lo sarcástico, lo divertido y lo enfermizo que culmina en un final que no deja de ser tan inquietante como el resto. Tenemos, pues, ante nosotros una película que se adentra sin complejo ninguno en los insondables, y en ocasiones oscuros, vericuetos de la vida conyugal.
Copyright del artículo © Manu Zapata Flamarique. Reservados todos los derechos.
Copyright imágenes © Artemple – Hollywood, New Regency Pictures. Cortesía Hispano Fox Film. Reservados todos los derechos.
Perdida
Dirección: David Fincher
Guión: Gillian Flynn, basado en su propia novela homónima.
Intérpretes: Ben Affleck, Rosemund Pike, Neil Patrick Harris
Música: Trent Reznor & Atticus Ross
Fotografía: Jeff Cronenweth
Duración: 149 min.
Estados Unidos, 2014