Revista Cine

Crítica de "Rush".

Publicado el 14 octubre 2013 por Danny @danielbermeo
Crítica de
8/10
"Una vez que se conoce el peligro, no se puede vivir sin él." David Purley.
Muchos admiramos el trabajo de los pilotos de Fórmula 1. Corredores natos, con adrenalina recorriendo sus cuerpos que viven al límite cada carrera con el desafío de superarse a sí mismos y complacerse a través de lo que más les emociona. Cada carrera es diferente, cada Gran Premio es una historia que contar. Hubo una época donde los pilotos no contaban con toda la seguridad que existe el día de hoy, y el riesgo de muerte en carrera era mucho mayor. El mundo contemplaba atónito la muerte de quien a posterior se convertiría en un mito para los seguidores de este deporte: Ayrton Senna. El brasileño fue uno de los grandes nombres que surgieron en este deporte a inicios de los ochenta, pero que se vio consagrado como campeón a finales de la misma década. Hace poco contemplamos su vida en el documental “Senna”, de Asif Kapadia y pude percatarme que Hollywood de una u otra manera se ha volcado a retratar el mundillo que encierra este enigmático deporte. La última propuesta es “Rush”, de Ron Howard, que narra la rivalidad acaecida entre James Hunt y Niki Lauda durante la temporada 1976.
Crítica de
No quiero detenerme a analizar los pormenores de su fidelidad a la historia, la veracidad como tal de la cinta, sino más bien a su “puesta a punto” como producto cinematográfico. Y es que situándolo de este modo, “Rush” es explosiva, un film altamente entretenido que recorre a ritmo violento la vida de estos dos héroes del automovilismo y engalana con una excelente puesta en escena su travesía en una turbulenta temporada. Howard pone en su película el punto de vista de ambos pilotos, somos sus ojos y sus oídos; analizamos de a poco el avance que van conduciéndolos al éxito y a una rivalidad que iniciaría desde la Fórmula 3. Lo maravilloso de esta película es que no está dirigida únicamente a un grupo de aficionados al sector formulístico, por el contrario, Howard ha construido un producto apto para todas las masas, que disfrutarán a un ritmo vertiginoso las hazañas de sus protagonistas.
Crítica de
Definirlo como un biopic me parece desacertado, es más bien la mirada a una época bastante oscura en la Fórmula 1. El constante toqueteo a la muerte que recorre al film desde el mismo inicio hace sentir el pavor que muchos pilotos percibían; era un deporte de sacrificio en el que los corredores al subirse al bólido iban con la certeza de que podría ser su última carrera. Es aquí donde florecen dos mundos diferentes. James Hunt vivía de acuerdos a sus propias reglas, era un rebelde por naturaleza, amaba andar al límite en su vida diaria, cosa que lo transmitía a la pista, siendo un piloto sumamente rápido. Niki Lauda era un antónimo total para Hunt; él era disciplinado, de mayor fortaleza mental, vivía su vida sin excesos y trataba, pese a parecer algo fuera de lugar, no poner su vida a riesgo. Lauda y Hunt estaban destinados a ser enemigos dentro de la pista, pero tampoco tuvieron una buena relación lejos de ella. De esta manera Howard nos invita a la construcción de su película con un inicio algo lento pero necesario para poco a poco zambullirnos en la frenética vida de ambos pilotos.
“Rush” ejerce como un tónico emocionante a los adictos a la velocidad, y en toda su forma nace una reflexión sobre la vida misma, las segundas oportunidades, el riesgo por el que todos atravesamos independientes a nuestra profesión. Howard sabe que los pilotos no son más humanos que cualquiera; tienen miedo, pero lo saben dominar. Y a través del increíble accidente de Lauda, que casi lo deja sin vida, se experimenta y se palpita la sensación de lucha interior que éste oferta al ver cómo su máximo rival sigue conquistando triunfos. “Rush” retrata el éxito más allá de un simple y acartonado título, poniendo la existencia como el mejor triunfo para cualquier hombre. El plano emocional que recorre el film no se siente como un sentimentalismo barato, al contrario, llegados a esta parte se ha puesto un fundamento serio y radical que facilita la introducción a la parte más sensible de la película sin parecer desentonada. Por esto y más, “Rush” es necesaria, y no solo como producto de entretenimiento, sino como una exaltación a la vida.
Crítica de
Técnicamente es una maravilla. Anthony Dod Mantle (director de fotografía) utiliza una combinación acertada de colores y tonos para diversos momentos de la cinta: así los colores fríos retratan los momentos más sensibles del film, y por supuesto expresan la oscuridad de ciertas carreras; y en otros momentos hay mucha viveza y brillo. Fascina el despliegue del sonido en el film así como su montaje y por supuesto su banda sonora (otro gran trabajo del siempre efectivo Hans Zimmer). Y aunque el guión es bastante correcto, la mano de Howard lo eleva por la cima. Interpretativamente hablando, soberbias actuaciones de Chris Hemsworth y Daniel Bhrül, ambos se compenetran en sus personajes y se convierten en esos pilotos que desafiaban la muerte. Cierto es que algunos personajes sobran, pero aun así, se mantiene la sensación de haber disfrutado una película brillante en muchos sentidos. "Rush" es extrema, va al límite, indaga y muestra con acierto vidas paralelas opuestas. Se agradece este acercamiento interesante y necesario a una turbulenta era. No te quedes en la salida... ve a verla.

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