Revista Cine

Crítica de “Una cuestión de tiempo” (2013)

Publicado el 25 octubre 2013 por Manuzapata @vivazapatanet
cartel

Still loving you, Pídemelo otra vez, Nothing else matters, More than words, Cryin´, November rain, Wasting love, Candy. ¿Algo en común? Sí, todas son baladas, muy buenas baladas. Pero hay más. Scorpions, Barricada, Metallica, Extreme, Aerosmith, Guns´n´Roses, Iron Maiden, Iggy Pop. Todos sus intérpretes son grupos o cantantes que van desde el rock duro al heavy metal, nada de música pop, fenómenos adolescentes ni cualquier cosa que se le parezca. Conclusión: para que una balada no resulte ñoña ni blandengue debe estar compuesta e interpretada por una banda cuya esencia sean las guitarras y la percusión en toda su potencia para que al templar y suavizar su sonido siga conservando esa fuerza primigenia que forma parte del ADN de cada formación. 

se besan detrás de él

Traspasando este razonamiento al mundo del cine nos encontramos dentro del terreno de la comedia romántica con que hay quienes saben moverse en las aguas movedizas que bordean lo sensiblero y sortean el peligro con elegancia, pero los hay que endulzan sus historias de tal manera que podrían provocar una hiperglucemia al más pintado. Estos últimos provienen en su mayoría de Estados Unidos, aunque, como en botica, hay honrosas excepciones. Los que le tienen tomada la medida a este género tan dado a los tópicos son los británicos. Gracias a la ironía y a su peculiar sentido del humor han encontrado el equilibrio perfecto para hablar de sentimientos sin resultar empalagosos, además de dotar de profundidad a unas tramas que en el caso de sus colegas del otro lado del Atlántico son absolutamente planas.

en el metro

Joyas como Tocando el viento, Full monty, Café irlandés o La furgoneta, con un importante trasfondo social detrás, las aventuras norteamericanas de Stephen Frears Héroe por accidente y Alta fidelidad, con un distintivo toque ácido e incisivo, o las puramente románticas Cuatro bodas y un funeral, Notting Hill y Love actually forman parte importante de esta fructífera cosecha. Precisamente el hombre que debutó en la dirección con esta última y que además escribió los guiones de unas cuantas de las películas que acabamos de nombrar, Richard Curtis, es el artífice del trabajo que nos trae a estas líneas. James Spader describía en Sexo, mentiras y cintas de vídeo a su madre como una anglófila total, pues bien, este que escribe siente algo parecido respecto al cine hecho en las islas. Puede que de ahí venga la encendida defensa anterior, con cierto toque subjetivo si se quiere aunque sustentada por criterios de peso.

dramaturgo y osito

Una cuestión de tiempo utiliza la premisa de los viajes en el tiempo como excusa, McGuffin que diría Hitchcock, para contar lo que realmente quiere contar. Se podría decir que en esta película, como ya sucedía en Atrapado en el tiempo, el elemento fantástico funciona como herramienta al servicio de una narración principal que se disfraza de comedia romántica pero cuya carga de profundidad va mucho más lejos. Este realmente es un filme, como refleja su título original, sobre el tiempo (About time). Se trata de un bien finito que se nos escapa entre los dedos, como el agua, y la reflexión que realiza su director puede que sea de cajón, arquetípica si se quiere, bienintencionada, pero sabe cómo llegar al espectador sin que su discurso suene vacuo ni edulcorado. Habla de mucho más que del amor romántico, habla del Amor con mayúscula, de relaciones humanas, de la vida en última instancia, pero partiendo del humor, de la ironía, de la socarronería, sin dejar de desengrasar las situaciones más dramáticas con un buen chiste y desactivando el momento empalagoso justo antes de que llegue al paladar del espectador con un diálogo brillante.

dentro del armario

Curtis además sabe elegir y dirigir a sus actores y gracias al gran trabajo de un entrañable Bill Nighy y a la versatilidad del pelirrojo Domhnall Gleeson consigue expresar, a su manera británica si se quiere, pero universal al fin y al cabo, lo que significa ser padre y ser hijo. Un tema, por cierto, recurrente en la selección cinematográfica del pasado Festival de San Sebastián y en la cartelera que nos viene.

con su padre

Copyright del artículo © Manu Zapata Flamarique. Reservados todos los derechos.

Copyright de las imágenes © 2013 Translux, Working Title Films . Cortesía de UPI España. Reservados todos los derechos.

Una cuestión de tiempo

Director: Richard Curtis

Intérpretes: Domhnall Gleeson, Rachel McAdams, Bill Nighy

Duración: 123 min.

Reino Unido, 2013


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