Tras haber dado carpetazo a una primera trilogía X-Men un tanto irregular y cerrada en falso, el director de las dos primeras películas, Bryan Singer, en su faceta de productor, quiso revitalizar la franquicia abriendo una nueva rama de la saga con una brillante idea: volver al principio para contar el origen de los personajes principales y de la misma Patrulla X. De ahí surgió X-Men: Nueva Generación, un estupendo filme de acción, el mejor de todos los que se han hecho en torno al universo de los mutantes. Se centraba en la crisis de los misiles de Cuba, con ecos jamesbondianos y una simplicidad argumental que hizo de ella una muy refrescante propuesta por parte de su director y co-guionista Matthew Vaughn. El éxito de crítica y público (y, por supuesto, el afán pecuniario) hizo que se quisiese continuar por este nuevo camino.
El filme que nos ocupa, de nuevo bajo la batuta de Singer, ha querido unificar la totalidad de líneas argumentales de la saga en un mismo guión, con todos sus personajes, de forma coherente. De esta manera nos encontramos con que la idea inicial de una trama lineal centrada en los años 60 y 70, mucho más interesante a priori, ha perdido peso dentro del libreto para convivir en paralelo con un futuro indeterminado. Una premisa tan simple, pero al tiempo tan manida,como la de viajar al pasado para evitar un acontecimiento que cambie el curso del negro destino que se cierne sobre los mutantes, que el cine nos ha mostrado hasta la saciedad en títulos que van desde Terminator a 12 monos pasando por Regreso al futuro, es la excusa que se ha querido utilizar para que las dos ramificaciones de la serie convivan dentro de la nueva historia. Con lo que, amén de la cantidad de mutantes que aparecen, nos encontramos con los dos personajes que sirven de nexo a ambas trilogías, tanto en su juventud, Charles Xavier y Erik Lehnsherr, como en su madurez, Profesor X y Magneto.
El tratamiento visual que Singer ha aplicado a la parte futurista, que al buscar lo apocalíptico resulta tenebrista, y el hecho de que se encuentre ubicado en un único decorado interior hace al filme opresivo. Y el sentido del humor que pudiese aliviar este aspecto, que tan bien funcionaba en la anterior entrega, se encuentra diseminado en chispazos intermitentes, con el asesinato de JFK y la efervescente presencia de un personaje como Quicksilver como protagonistas.
Al contrario que X-Men: Nueva Generación, cuyas virtudes se centraban en la sencillez, la complejidad que busca esta película al querer resolver las tramas de prácticamente todos los personajes se convierte en un lastre insalvable que la hace excesivamente larga, enrevesada y anodina. Parece que se encuentre dirigida a contentar a los fans de la saga y de los cómics más que a la satisfacción del espectador que simplemente busca entretenimiento en el cine de acción.
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X-men: Días del futuro pasado
Director: Bryan Singer
Guión: Simon Kingberg
Intérpretes: Hugh Jackman, Michael Fassbender, James McAvoy
Música y Montaje: John Ottman
Fotografía: Newton Thomas-Sigel
Duración: 131 min.
Estados Unidos, Reino Unido, 2014