Si el tercero de la temporada fue la extravagancia llevada al extremo, “Babylon” es justo lo contrario. Un capítulo de una temática tan seria y real, tan poco sobrenatural, que por momentos más que Expediente X me parecía estar viendo Castle o Navy. Lo compararía con Homeland por la temática del terrorismo musulmán, pero apenas la he visto, así que mejor no meter la pata. No digo esto como algo malo, pero seguramente coincidiréis conmigo en que este ha sido el episodio que menos Expediente X ha tenido de toda la temporada.
Gran parte de la “culpa” de esta sensación la tienen los dos nuevos personajes que hemos conocido, los agentes Miller y Einstein, unos Mulder y Scully 2.0 en casi todos los aspectos, tanto que nuestros protagonistas ejercen en cierto modo el papel de ser sus tutores.
Tengo que reconocer que pensaba que Scully y Mulder sabían que el otro estaba también interviniendo en el caso con los nuevos, por interés profesional o personal, que querían encauzarlos hacia los Expedientes X y pensaban que sería más fácil si trabajaban por separado, así que me llevé un pequeño chasco al ver que cada uno lo hacía por motivos distintos.
Es bastante divertido ver los veteranos interactuar con las versiones jóvenes de sus compañeros, sobre todo porque estos últimos actúan prácticamente igual que sus versiones originales; Einstein retando continuamente a Mulder y poniendo en duda sus teorías, y Miller siguiendo a Scully de forma casi reverencial.
Me he quedado con la duda de si esta nueva dupla de agentes especiales sólo pretendía servir de detonante e hilo conductor de este caso o si los veremos en las (hipotéticas) siguientes temporadas… ¿Podrían estar llamados a sustituir a los buenos de Scully y Mulder y prorrogar así la serie todo lo que haga falta en caso de quererlo así? Espero que volvamos a saber de ellos.
Como os estaréis dando cuenta el caso esta vez me ha parecido lo menos relevante del episodio, pero no lo voy a dejar enteramente sin comentar.
Llamadme malpensando, pero nada más ver los primeros segundos del episodio ya me imaginé por dónde iban a ir los tiros, aunque una parte de mí pensaba que no, que las escenas estaban montadas de forma tramposa para que nos asombrara más lo que ocurriría a continuación. Craso error. La historia fue lo que ya se había anunciado.
Tengo que decir que no me ha gustado demasiado cómo se ha representado a la comunidad musulmana en el episodio. Si bien en varias ocasiones escuchamos decir a los personajes que no todos los árabes son terroristas y cosas por el estilo, lo cierto es que el 90% de lo que se nos enseña de ellos viene a decir todo lo contrario, y ya sabéis: los personajes se caracterizan por sus actos, no por lo que digan de ellos. Pero además también hay comentarios en contra de su comunidad, y aparte de ser mucho más numerosos que los anteriores se ponen en boca de personajes de clases sociales muy diferentes, mientras que las palabras “atenuantes” sólo salen un par de veces de boca de alguno de los protagonistas. De hecho de todos los musulmanes que aparecen en el episodio tan sólo una, Noora, no es una islamista radical.
Quizá estoy sobreanalizando este aspecto del capítulo, pero es algo que he notado muy claramente y no podía dejar de comentarlo. Es cierto que se trata un problema real y que como tal debe mostrarse desde el mayor número de ángulos posible y lo más fidedignamente que se pueda, pero creo que podría haberse llevado de otro modo.
Me llamo Room, Mushroom
El viaje alucinógeno de Mulder es tronchante, y más aún cuando descubrimos que en realidad lo que había tomado era totalmente inocuo. Me ha resultado curiosa la representación que aparece en él de Shiraz y su madre, muy semejante a las representaciones de Jesucristo en brazos de María al bajarlo de la cruz.
El que la resolución del caso sea debida al ya mencionado placebo con el que experimenta Mulder bien podría ocurrir en otros procedimentales más convencionales como los ya mencionados, como el típico golpe de suerte o inspiración a última hora que sirve para conseguir una prueba clave o una confesión. Detalles como este es lo que me llevan a decir que es el episodio menos Expediente X que llevamos, ya que al final todo se ha resuelto sin mediación de ningún elemento sobrenatural o esotérico en el caso.
En las escenas finales ha vuelto a aparecer el tema recurrente de la temporada, el de la maternidad, y la conversación final entre Mulder y Scully parece darnos una pista sobre por dónde irán los tiros en el final de temporada. Además espero volver a saber de la supuesta macroconspiración del gobierno y su uso de tecnología alienígena, así como saber exactamente qué fue de Tad O´Malley y su fortuna tras el cierre de su programa.
¿Os ha gustado el episodio? ¿Qué os han parecido Miller y Einstein? Los comentarios son todo vuestros.
P.D.: ¿Alguien más esperaba que Scully y Mulder se besaran después de ese paseo cogidos de la mano? Otra vez será.
Vrahos (@VrahosSDC)