Captain America y Iron Man también se
reían hasta que pasó lo que pasó
El caso de esta semana iba sobre el pastor Jeremiah, a quien ya habíamos visto en The Good Wiferelacionado con Peter Florrick – ¿le estará dando el karma una lección a ese capullo? –, quien, supuestamente, había abusado sexualmente de un chaval de 17 años. No os lo voy a negar: el caso pintaba bien, polémico y actual hasta la médula. Pero se ha ido desinflando. O me ido decepcionando yo, que va a ser esto último. No sé si ha sido marear tanto la perdiz pero, al final, todo ha quedado en nada, y, para mí, han perdido una oportunidad de oro. Aunque al pastor le tengo cierto aprecio – la nostalgia de TGW y de Banshee (¡hola, Sugar!) – ojalá hubiese sido verdad y nos hubiésemos metido de lleno en el asunto, que ahora los King podrían arriesgarse al ofrecer la serie en una plataforma digital. ¡Pero no pudo ser! O no les dio la gana hacerlo. ¿Y lo que hubiese molado que el pastor se estuviese haciendo el inocente cuando realmente es un mierdas que abusa sexualmente de adolescentes? Mal, Robert y Michelle King. MAL.
Son más majas que las pesetas
Sobre Maia, tengo que confesar que vi algunas capturas del teaser de este episodio y fui corriendo a buscarlo, por lo que ya me olía lo que iba a pasar aquí. Sin embargo, si buscaban que sintiese pena por Henry Rindell o que le gritase a la pantalla que no lo hiciese, ha tenido el efecto contrario. Otro que ojalá lo hubiese hecho. Por quien siento pena es por Maia, que tiene que pasar por esto sin merecérselo, pero por mí que Henry la hubiese palmado al caerse por la barandilla. ¿Tengo que sentir pena al escuchar sus palabras de la carta? Simplemente no. Realmente no sé si Henry quiere a su hija tanto como profesa porque sólo he visto que quiere salvar su culo y, ya de paso, el de Maia, pero no sin antes grabarla llevando un micrófono. ¿Me tengo que creer que quiere a su hija sólo por que lo diga él, quien lleva mintiendo todo lo que llevamos de temporada? Esperad que voy a descojonarme un rato y vuelvo. Sigo sin ver ningún tipo de profundización en ciertos personajes y, para este momento, creo que hubiese sido mejor ver los buenos momentos de Maia y su padre, cómo ese amor era puro y se ha ido marchitando y corrompiendo. Yo sólo he visto a una “niña enamorada” de su padre que, de repente, se le viene abajo por culpa del esquema Ponzi, y a un padre que miente más que habla. Noto algo turbio en Henry y Lenore. ¿Ese abrazo después de que ella haya terminado con Uncle Jax? Queda claro que Henry conocía este tema pero, ¿lo toleraba, lo aceptaba, lo dejaba correr? Esto es MUY raro. Al menos hemos tenido ración de Amy, que ya va saliendo un poco más la muchacha.ME ENCANTÁIS
Unos que me tienen en un sinvivir son Lucca y Colin, que me han traído por el valle de la amargura esta semana. Me encanta lo fogosos y juguetones que son; le dan cierta jovialidad a la serie con tanto carca coñazo y tanta seriedad. La presentación de Lucca a los padres de Colin ha sido cuanto menos pintoresca. La pobre muchacha no lo estaba pasando nada bien y no sabía cómo escapar de la situación. A pesar de recordarle miles de veces la inaptitud de Trump como presidente y que le pregunten si a los afroamericanos les gusta Bernie Sanders – yo tendría las mismas contestaciones que Quinn –, ella ha sido muy respetuosa y ha aguantado como una jabata… hasta que le han dicho que Colin va a presentarse a senador. WHAT?Más que presentarse como algo que quiera hacer él, me ha sonado a que los demás van a presentarle a ello – si no se lo hubiese dicho a ella, ¿no? –. Lucca ha quedado horrorizada al imaginarse como la novia afroamericana de un blanquito, una imagen idílica para conseguir votos de ambos grupos. Y tampoco me extraña. Si ya esta relación tambaleaba a veces por la poca confianza de Lucca en ella misma, no tener muy claro qué quiere hacer – o al menos se muestra poco decidida en cuanto a tener una relación estable con Colin o con cualquier otro hombre – y que a lo mejor Colin iba un poco deprisa, esto ha hecho que el castillo de naipes se desplome. Lucca ha decidido cortar con él argumentando que “esta relación no iba en serio, que no iba a ser para toda la vida”, pero realmente es una patraña que se ha contado a sí misma, dado que termina llorando en su coche a solas. ¡Tía, pero no nos hagáis esto, que sois supercuquis y os quiero mucho! Estos dos se gustan MUCHO y a nosotros nos gustan MÁS. Mirad, de verdad, tengo el corazón partido ahora mismo – Alejandro Sanz, quieto ahí –. Sólo quiero hacerme una bolita y llorar desconsoladamente. Si lo pensamos fríamente, no todo iba a ser perfecto y los problemas vendrían pronto, pero esto no quita que me siga doliendo bastante. Por favor, habladlo y arregladlo. Sólo pido eso. Bueno, y que tengáis un polvazo de reconciliación en el baño de una galería de arte. El arte es lo que tiene, que excita a la gente.Tengo que hacer una mención especial a Marissa. Estoy convencida de que muchos estáis muy contentos con que no sólo sea un recurso cómico sino que, además, salve ciertas situaciones, como comentó Bellatrix en la review anterior*. Pues bien, debo decir que tengo sentimientos encontrados. Hay algo que no me encaja. Estoy muy a favor de que la gente ascienda en la escalera de poder pero tengo una duda: si Marissa se dedica a salvar al bufete – y ya van varias –, ¿para qué cojones sirve el investigador que tienen contratado?Marissa es ahora mismo “la chica para todo”: toma notas en las reuniones, coge el teléfono al hacer de secretaria, investiga el recorrido que ha hecho un tipo gracias a su pulsera Fitbit… ¡Sirve para todo! Si finalmente se convierte en investigadora, no estaría mal que ya tuviese su licencia en la siguiente temporada, para agilizar un poco el proceso. El “problemilla” que yo le veo a esta evolución sería que nos acordaríamos una barbaridad de Kalinda y, siento decirlo, pero las comparaciones son odiosas. Si tuviese que apostar por una evolución no sería por la de Marissa. Ya tenemos tres personajes protagonistas que están teniendo poca profundización en momentos claves de la trama como para meter otro más. Lo siento, Marissa, pero no me encaja esta nueva fase.
En general, el episodio no ha estado mal pero lo he visto con escepticismo. No termino de conectar con algunas partes de la trama o de creerme las motivaciones de ciertos personajes. Quiero conocer más a estos últimos pero hay muchos y poco tiempo. Y, como ya he dicho antes, ya hay tres personajes protagonistas a las que conocemos poco, sobre todo a Maia y Lucca. No puedo estar dando saltos de fe cada dos por tres. Me dejo llevar y disfruto pero, si me paro a pensar y soy crítica con lo que veo, muchas cosas pasan porque sí, porque realmente no conozco lo que hay detrás de los personajes, principalmente de los nuevos. ¿Deberíamos fiarnos de Adrian Boseman, hacia dónde quiere llevar el bufete exactamente? ¿Por qué Barbara no se impone más y lo manda a la mierda? ¿Los padres de Maia a qué juegan? ¿Qué quiere Lucca en su vida? ¿Maia está aprendiendo a desenvolverse como profesional o la llevan de paseo? ¿Por qué Marissa quiere convertirse en investigadora; le llama la atención o se aburre? Hay algo que me falta y es lo que os comenté hace dos reviews*: no conozco el impacto de los hechos en los personajes, no me da tiempo a empatizar con ellos porque no se me hacen cercanos. A lo mejor soy la única – leo mucho comentario positivo sobre la serie y me alegro –, quién sabe.
Por mi parte nada más excepto animaros a que dejéis vuestros pensamientos, sentimientos o cualquier cosa que se os haya pasado por la cabeza al ver el episodio. Siempre es un placer sacar un rato y comentarlo con vosotros, a pesar de que la universidad me lo ponga complicado.
¡Hasta la semana que viene!
P.D: Esa copa entre Adrian y Barbara al final del episodio me ha recordado muchísimo a Will y Diane.?
P.D.D: ¡Agüita con el episodio de la próxima semana! Tengo el hype por el ciberespacio.
Irene (@MissSkarsgard)