Sí, sí, SÍ. Por fin, después de estar esperando una cantidad indecente de meses, llega esa hermosa época del año en que la mayoría de las series regresan de sus parones de duración criminal y estrenan nuevas temporadas. Ya han vuelto algunas como Vikings y The Americans con sus segundas temporadas. Sin embargo, la que esperaba con más ganas era Hannibal, que fue uno de mis estrenos favoritos del año pasado. Un 2013 que, todo sea dicho, no fue especialmente productivo en lo que a buenos estrenos de nuevas series se refiere -salvando algunas excepciones muy buenas a tener en cuenta, como Orphan Black-. Y, por fin, tras todos los trailers y pósters, ya hemos podido disfrutar de ese 2x01 "Kaiseki" que tan buena pinta tenía y que no ha decepcionado para nada. A partir de aquí, spoilers y opiniones muy fanboy. Seguir leyendo bajo vuestra propia responsabilidad:
Si hay algo que admiro de Hannibal y, más concretamente, de Bryan Fuller, su creador (que también desarrolló otras series tan peculiares como Pushing Daisies o Dead Like Me) es el inmenso cuidado que pone en los detalles, especialmente en los visuales. No deja de ser una ironía que una serie como Hannibal sea tan bonita de ver. Los planos de los paisajes, de los rostros de los personajes y de los "banquetes" están muy trabajados. La estética es hermosa y, al mismo tiempo, tiene ese deje perturbador que lo impregna todo, cortesía del doctor Hannibal Lecter. Quieren que nosotros, como espectadores, veamos el mundo a través de los ojos de un psicópata, más concretamente a través de los del propio Hannibal; sus ojos ven belleza en lo macabro, son capaces de hallar belleza donde una persona corriente solo vería horror. No deja de ser curioso que la mayoría de los psicópatas que han pasado por la serie tengan como objetivo principal precisamente ese, el de encontrar belleza en la muerte de otros seres humanos. Pero esta es solamente una de las bases de la serie, ni mucho menos su motor: lo que realmente mola es el juego mental extremo que se traen Hannibal Lecter y Will Graham. Y, de momento, Hannibal gana por goleada.
Will es un trozo de pan. Nosotros lo sabemos, Alana lo sabe, sus perros lo saben y Hannibal también lo sabe. Él es el primero que lo sabe -aquí es cuando nos imaginamos su cara de troll-, tanto es así y tanto le interesa la gran inteligencia y el extraordinario sentido de la percepción de Will que incluso le considera su "amigo", una palabra que tiene connotaciones diferentes para Hannibal de las que tiene para nosotros. Una persona no inculpa de sus propios asesinatos y manda a la cárcel a su amiguito, ¿verdad? Bueno, pues Hannibal sí. Para Hannibal la amistad va más allá, o menos allá, y se trata más bien de aprender el uno del otro, de compenetración, de mostrar un interés genuino hacia la otra persona. Lo demás... son minucias. Nota mental: no hacerse amigo de un psicópata.
Ese juego entre ellos que potenció la primera temporada y cuya clave fue el secretismo parece que va a cambiar radicalmente las reglas durante esta nueva temporada: ahora, las cartas están sobre la mesa. Will está convencido de que el culpable de los asesinatos de Abigail y compañía es Hannibal, y ahora se devana los sesos para tratar de acceder a los recuerdos sobre ello que su mente le bloquea. Y, por el brutal y genial inicio del capítulo que vimos, sabemos que Jack también lo acabará descubriendo dentro de doce semanas en las que podrían pasar mil cosas. Ahora, de momento, seguimos con los banquetes exquisitos y con los chistecitos internos de Hannibal. Seguro que lo único de lo que siente pena es de que solo él los pille. Pero, con vistas al futuro, cuando los demás personajes descubran la verdad, todo será tan gracioso:
- Vaya, tiene tan buena pinta que casi me siento mal por comérmelo.
- Yo nunca me he sentido mal por comer nada.
- JAJAJAJAJA.
- JAJAJAJAJA.
Y, por si todo esto no fuera suficiente, además contamos con cameos de lujo: al del personaje de Gillian Anderson (The X Files), que ya viene siendo relativamente regular desde hace un tiempo, se añade el de Cynthia Nixon (Sex and the City), que llega para interpretar a una jefaza de Asuntos Internos que viene a exigir las cabezas que siempre tienen que rodar cuando casos de esta magnitud le estallan tan cerca de los morros a los del FBI. Y parece ser que el cabeza de turco será Jack.
Esto ha sido el regreso de Hannibal a rasgos generales, breve pero intenso, tan bien cuidado como siempre y que, además, ha sentado las promesas de la que parece que será una temporada, con suerte, incluso más redonda que la anterior. ¿Qué os ha parecido a vosotros? ¿Alguien más se ha hecho fan de Winston, el perro leal a Will?