Crítica del 3x06 'The Climb' de Game of Thrones

Si tuviera que poner un límite para lo increíble, tendría que renovarlo cada semana al ver un capítulo de Juego de Tronos. ¿Cómo es posible que me pueda apasionar cada vez más? Y, sin embargo, tras este capítulo el mono que nos deja de los siguientes es abismal. Sin embargo, siempre podemos repasar las escenas de estos impresionantes capítulos en estas críticas. Pongámonos a ello.
Para comenzar el capítulo, la HBO ha decidido ponernos junto a Samwell Tarly que recordemos que ha huido hacia el muro con una joven y su niño. Aquí le vemos intentar encender el fuego. Sin embargo, es tal el poco conocimiento que tiene de sobrevivir a la intemperie que es la propia joven la que le dice qué tiene que hacer para que éste se encienda. En el rostro de Samwell podemos ver un profundo orgullo personal, y puede que cierta vanagloria. Sin embargo, personalmente creo que se está durmiendo en los laureles, pues no es consciente de que, si para algo tan sencillo como es encender una lumbre ha requerido de la ayuda de la chiquilla, ¿cómo la protegerá de todo peligro hasta el muro?
La siguiente escena nos lleva al heterogéneo grupo de Bran Stark. Aquí vemos cómo Osha y Meera Reed compiten por ver quién es más eficaz. Les detiene en seguida Bran, argumentando que si van a ser un grupo, tendrán que aceptarse los unos a los otros, y por tanto tendrán que entender que habrá alguien que sepa más cosas que ellas. Después a Jojen Reed le da como una especie de ataque epiléptico: incluso su hermana le tiene que meter algo en la boca. Así, vemos que ha tenido una visión: A Jon Nieve, en el lado equivocado el muro y rodeado por enemigos.
Hablando de Jon Nieve hasta ahí nos transporta la acción. Vemos cómo todos se están preparando para escalar el muro, pues han llegado a los pies del mismo. Ahí, Jon le hace promesa a Ygritte de ser siempre fiel a ella, puesto que ella ha visto que él no ha dejado en ningún momento de ser un "cuervo".
Con los famosos odiados nombres de Arya Stark nos hallamos ahora, mientras ella dispara con un arco a un pelele justo por donde quiere: cabeza, corazón y entrepierna. Aquí vemos que uno de los miembros de la Hermandad, el que tiene un manejo increíble del arco le está enseñando a la pequeña loba a disparar con el arco de una manera mucho más eficaz y certera. Así, le hace cambiar totalmente la mentalidad: quiere que dispare rápido. Sin embargo, cuando Arya se dispone a aplicar las correcciones de su maestro, ve que alguien se acerca: la Mujer Roja y todo su séquito. Ésta empieza a hablar con el otro sacerdote del Señor de la Luz en antiguo Alto Valyrio. Así, la Mujer Roja se reúne con el jefe de la hermandad, para pedirle llevarse consigo al bastardo de Robert Baratheon. Hemos de recordar que Stannis Baratheon quería tener en su posesión a este chico para demostrar el incesto de los Lannister. Así, en contra de la voluntad del citado, se llevan al chico consigo. Cuando Arya se planta frente a la Mujer Roja a decirle cuatro cosas bien claras, ella le coge la cara y la mira profundamente en sus ojos, y lo que dice es a la vez impresionante y espeluznante: sabe que va tras tres personas para quitarles la vida. Además, se despide de ella advirtiéndola que se van a volver a ver. La verdad, la Mujer Roja podrá ser muy odiosa pero como personaje es un misterio continuo.
De vuelta al Muro, vemos a Jon Nieve y compañía en mitad de la ascensión. Aquí descubrimos el gran vértigo que se apodera de Jon, porque además cuesta mucho la propia ascensión: es muy lenta y tediosa. Ygritte, mientras tanto bromea sobre las intenciones de Jon al mirar hacia arriba. Además, vemos cómo un trozo de hielo que se desprende de la pared le golpea fuertemente en la cara. Aquí podemos ver claramente el esfuerzo sobrehumano que está haciendo Jon para superar este obstáculo.
Un estruendo llega a nuestros oídos en la siguiente escena: el captor de Theon Greyjoy, que no le deja dormir despertándole con el horrible sonido de una trompetilla. Vemos reflejado en la cara de Theon un gran sufrimiento y cansancio acumulados tras tanta tortura. Así, su captor empieza a "jugar" con él de la forma más cruenta posible: para empezar, tire al suelo una preciada jarra del agua que claramente necesita Theon. Luego, empieza a cuestionarle qué parte del cuerpo es la que menos necesita Theon para vivir, pues quiere cortársela para hacerle sufrir. Así, acaba llegando a la conclusión de que lo mejor será su dedo meñique. Le propone un cruento juego: si Theon conseguía averiguar quién era su captor y por qué le estaba torturando, ganaba, mientras que si acababa suplicando que le cortara el meñique  perdería. Sin embargo, ganar no implicaría que le dejara libre. Empieza cuestionándolo por la ubicación de su situación. Al principio, empieza a fallar así que él le empieza a agujerear el dedo, de tal modo que ante la desesperada Theon acaba contestando que están en Karhold, lugar donde reside la casa Karstark, así descubrimos que el captor es hijo de Lord Rickard Karstark (que había muerto recientemente decapitado por Robb Stark). Así que ha acertado: como los Karstark son abanderados de los Stark, y Theon había hecho daño a los Stark, lo estaban torturando. Cuando el captor parece que se va a cortar el dedo, salta a la desesperada diciéndole a Theon que no le había preguntado si era un mentiroso. Así que llega a la conclusión de que Theon ha perdido, por lo que le empieza a desgarrar a Theon la carne del meñique por la mitad (muy desagradable y doloroso para el que lo vea, por cierto) y al final Theon no tiene más remedio que suplicarle que le cortara el dedo. Así, su captor gana. Sinceramente, me parece que nadie se merece tanta tortura, por mucho mal que haya hecho Theon: esto pasa del castaño oscuro. Ese hombre es un sádico sin remedio.
La siguiente escena ocurre con Robb Stark, que ha llamado a su presencia a dos de los Frey, para negociar con ellos un trato de alianza. Así, llegan a la conclusión de que sólo se aliarán si Robb les cede Harrenhal y Edmure Tully ha de casarse con una de las hijas de Walder Frey. Aunque al principio el orgullo de éste hace que lo rechace, acaba por entrar en razón y accediendo a ello. Así, podemos ver que aunque éste se equivoque habitualmente en sus decisiones y actos, esta acción le ennoblece en gran medida.
Hay parejas extrañas, parejas muy extrañas y después están Jaime Lannister y Brienne de Tarth. Estos dos han empezado a tener ciertas confianzas que dan que pensar (hacen manitas, y parece que se protegen mutuamente). Mientras comen con Lord Bolton, éste les anuncia que cuando Jaime se recupere le permitirá que se marche a la capital, como restitución por el maltrato recibido. A cambio, ha de declarar que Lord Bolton no le ha hecho ningún mal, siendo fiel a la verdad. Sin embargo, no permite de Brienne le acompañe, pues está acusada de traición.
En la capital, mientras tanto, Tywin Lannister y Olenna Tyrell mantienen una conversación sobre el futuro matrimonio entre Loras Tyrell y Cersei Lannister. Al principio, empiezan con ataques sobre lo que hacen en la intimidad Loras y Cersei. Aquí, descubrimos que Altojardín es bastante tolerante en cuanto a relaciones re refiere. Sin embargo, el incesto es un atentado contra la naturaleza, se mire por donde se mire. Aun así, Tywin lo rechaza, y deja a Olenna elegir entro dos alternativas: o Loras formaría parte de la Guardia del Rey, con todo lo que conlleva o casarse con Cersei. Cuando va a firmar la orden para que Loras sea nombrado caballero, Olenna lo detiene y le rompe la pluma con la que iba a firmar.
En los gélidos ambientes del Muro nos hallamos de nuevo. Mientras el grupo está subiendo ocurre una catástrofe: cuando Ygritte clava su pico en la pared de hielo, lo hace con tan mala suerte que se va haciendo una grieta (un efecto que nos recuerda mucho al clásico y gracioso efecto de la película Ice Age cuando la ardilla clava su bellota) que va recorriendo el muro. Así, ante su cara de espanto enorme, ve cómo la pared se resquebraja y muchos hombres se caen. También se cae un gran trozo de pared donde están ellos. Al final, tras unos arduos movimientos, Jon consigue salvar a Ygritte, y aquí se ve lo apasionadamente enamorados que están estos dos tortolitos: la mirada que hay entre ellos lo dice todo.
De vuelta a la capital, tenemos una curiosa escena entre Sansa Stark y Loras Tyrell. En la misma, Loras intenta cortejar a Sansa, pero se deja en evidencia al mostrarnos que no tiene ninguna experiencia  en hablar con mujeres. Sin embargo, Sansa está tan embelesada en su fantasía hecha realidad, que no lo tiene en cuenta. Es más: lo encuentra encantador. También vemos que Sansa arde en deseos de huir de la capital. Esta escena es observada desde un balcón por los que van a ser prometidos a estos dos jóvenes: Tyrion y Cersei Lannister. Aquí Tyrion muestra su gran apego a Sansa al dejar claro que de este acuerdo matrimonial ella va salir como la peor parada. Aquí, Tyrion descubre que en la Batalla de Aguasnegras, Joffrey Baratheon fue el que mandó que mataran en mitad de la batalla a su tío. También vemos que Cersei está reprimiendo una gran furia ante toda esta situación, furia que puede que un día estalle. Mientras tanto, Sansa está en su habitación probándose el vestido de gala que se pondrá para la boda de Joffrey y Margaery Tyrell. Mientras tanto, va soñando en voz alta su boda con Loras. Mientras está cambiándose, los interrumpe Tyrion: le va anunciar que él y Sansa están ahora comprometidos. Si Sansa ya estaba derruida y tenía una pequeña posibilidad de ser feliz, se la han cortado de raíz: Sansa se deprimirá y mucho.
La penúltima escena ocurre en la sala del trono, donde entablan una conversación Lord Varys y Petyr Baelish. Aquí, vemos cómo cada uno tiene en su poder mucha información. Aquí, Petyr hace una interesante descripción del reino como el conjunto de historias exageradas que, de lo mucho que han sido contadas, la gente se ha olvidado que son mentira y las toma como verdad. Sin embargo, Varys le refuta que sin esas historias sólo queda caos. No obstante, aunque Varys le dice que Meñique que el caos es una fosa, éste le refuta diciéndole que no es así, que es una escalera. Sólo la escalera es real. Escalar es todo lo que queda. Este discurso a mí me ha parecido uno de los más impresionantes de la serie, la verdad, y que venga de alguien tan retorcido como Lord Baelish da que pensar.
Muchos que intentan escalarla fallan: la caída los rompen (Aquí aparece una pequeña secuela que nos muestra el lado sádico de Joffrey: ha matado a Ros, que era la prostituta principal del burdel, a flechazos con su ballesta); y a algunos se les otorga la posibilidad de escalar, pero se rehúsan, se aferran al pueblo o a los dioses o al amor: ilusiones Y sale el barco de Meñique zarpando a lo lejos mientras Sansa, bañada en lágrimas y con una cara de derrota total lo contempla marcharse con el pañuelo que le regaló el Perro.
Es curioso, porque cuando dice "Escalar es todo lo que queda" aparece el grupo de Jon Nieve coronando el Muro, y tras caer exhaustos al suelo, el sol aparece entre las nubes, dejando a la vista un paisaje arrebatador tanto a un lado del muro como al otro. Al final, la romántica pareja se funde en un apasionado beso, poniendo fin a este increíble episodio.

Juan (@MrRadda)