*SPOILERS*
¿No se os cae la lagrimilla?
Como bien apunta el título del episodio, Job ha sido el protagonista absoluto. Y, siguiendo la dinámica de esta temporada, para enterarnos del presente hay que remontarse al pasado. Los últimos 20 meses de Job han sido una tortura constante llena de vejaciones y palizas de todo tipo. Al parecer, por lo que nos enteramos luego por Leo – pedazo de mierda con ojos, en serio. Ojalá te pillen y te metan una bala en la cabeza –, la gente que lo tenía secuestrado estaba buscando todo tipo de información que pudiese interesarles, pero Job se volvió mudo y no les dijo absolutamente nada. Pero este estado de espera no iba a durar para siempre. La gente que le tenía capturado en aquel sitio aislado y de aspecto abandonado estaba dispuesta a matarlo pero, ¡menos mal que Lucas, Carrie, Sugar y Fat Au han ido a su rescate! Ya conocíamos a Fat Au del final de la segunda temporada y me parecía un tío cojonudo, pero en este episodio ha brillado especialmente. Ha sabido manejar muy bien la situación, enfriando un pelín el ambiente durante el interrogatorio de Leo al hacerse cargo; Carrie y Lucas estaban demasiado implicados y se podían cargar al chaval en cualquier momento. Tengo que decir que se me han saltado las lágrimas con el rescate de Job. No es la primera vez que me emociono con la serie – ha habido algún episodio o algún momento que me ha tocado la fibra especialmente – pero cuando me tocan a Job, ay, madre, duele de verdad. Primero verle tan apagado, casi sin vida, y que luego le han brillado los ojos al ver a Lucas y al resto de la panda de nuevo ha sido demasiado. ¡No puedo estar más contenta! Tiene más razón que un santo: ¿por qué habéis tardado tanto? Aunque el precio a pagar ha sido caro – todo el dinero que tenían del robo de la temporada pasada –, espero que Job vea el gran gesto que han tenido y no le duela tanto despedirse de tal cantidad de pasta, que le han salvado la vida, por Dios. La escena final de Job también ha sido triste: está tan asustado y acostumbrado a dormir en el suelo que no puede ni echarse en la cama a gusto. Lo único que le queda es desahogarse en un rincón llorando a lágrima viva y esperar a que el tiempo cure poco a poco las heridas. Esto, si lo pensamos de manera más fría y centrados en la historia, puede ser muy interesante puesto que el maltrato continuado hacia Job tendrá sus consecuencias en él y puede hacerle madurar y crecer de formas que ni siquiera habíamos pensado. Me duele muchísimo porque es un personaje al que adoro y ojalá no le hubiese pasado nada, pero es cierto que a veces la vida te tiene que dar palos muy gordos para que evoluciones y cambies. En este caso, no quiero que cambien ni la personalidad ni el aspecto físico de Job – no les perdonaría que me privasen de semejantes corsés y pelucas –, pero sí que madure y nos lo enseñen de una forma natural.Hasta esposado se ve sexy
Por su parte, Lucas Hood nos ha dejado el corazón un poco más acelerado de lo habitual. Después de marcarse, junto con Carrie, una de las mejores persecuciones que he visto en televisión – un aplauso también al cámara que les ha estado siguiendo –, ha tenido una de las conversaciones más parcas que he visto con Carrie pero, al mismo tiempo, las palabras no eran necesarias, ambos sabían perfectamente hacia dónde apuntaba el tema. “Todo el mundo desaparece a la vez”, dice Carrie y él le contesta que Job conocía los riesgos pero, realmente, la conversación no versa sobre su amigo desaparecido, sino sobre mucho más. Aquí solamente han puesto a Gordon pero lo llevaría más allá: los hijos de Carrie. Deva y Max se encuentran lejos de su madre, con sus abuelos paternos, mientras su madre reconstruye su nueva casa, una posible metáfora de su vida, para que ellos vuelvan algún día. Podríamos decir que Carrie se siente cada vez más sola: Gordon murió, Job desapareció, Lucas se dio por vencido… y no le quedó casi nadie, excepto Sugar, pero tampoco era la persona en la que quería apoyarse. Necesitaba a alguien cercano, que supiese bien de su pasado y que pudiese comprender su presente. Volviendo a Lucas, este prefiere quitarle el peso de la culpa a la que fue el amor de su vida y ponérselo sobre sus hombros. Ese momento lleno de complicidad me ha hecho pensar que es posible que Carrie/Ana y Lucas vuelvan a tener otra oportunidad para estar juntos, que él tome el papel que le corresponde como padre de Deva e intente dar lo mejor de sí mismo con Max, aunque respetando el lugar de Gordon. Ya pensé sobre ello al imaginar qué posibilidades se abrían con la season finale, jamás lo he descartado aunque sí que quiero la felicidad de Lucas. El tipo se lo merece después de estar 15 años en la cárcel y estos últimos recibiendo hostias sin parar. El momento álgido para él ha sido al final del episodio cuando Brock ha entrado por la puerta del bar y ha dicho que quedaba arrestado por el asesinato de Rebecca. WHAT?! Si ya Hood se sentía como una mierda por la muerte de la chiquilla – con lo que le había ayudado cuando le dispararon –, esto es lo último que le faltaba. Al parecer, el forense ha encontrado sangre en su coche – del día de la herida en el costado, seguramente – y que estaba embarazada de él. Sinceramente, una parte de mí se lo esperaba cuando Brock ha visto el resultado de las pruebas. No hace falta decir que eso no quita que se me haya abierto la boca al conocerlo. Me es más necesario que nunca un flashback sobre cómo ha pasado eso aunque, bueno, con Lucas ya nos lo podemos imaginar, ¿verdad? De todas maneras, me inclino a pensar que alguien quiere cargarle el muerto – nunca mejor dicho – a nuestro sheriff favorito – porque tú no lo eres, Brock, ni tu barba –.A la gente se le va la pinza de una manera...
Como ya comentaba la semana pasada, a Proctor le ha afectado bastante la muerte de su sobrinísima. Vagando misteriosamente con el coche da con un restaurante de carretera y pide un café. Aunque todo parezca de lo más normal – a pesar de que resulte bastante raro que vaya por esos lares –, Proctor se siente terriblemente intrigado por una chica que no puede ni pagar un trozo de tarta– muy triste, amigos –. Actuando como figura “paterna” y con ¿buena voluntad?, Kai la invita a que pase todo el tiempo que quiera en la habitación de Rebecca, que se asee y descanse. Sin embargo, este la pilla robando todo lo que puede a la mañana siguiente, lo que le lleva a un episodio de violencia casi incontrolable que por los pelos no la mata con sus propias manos. Realmente lo que pasa es que Kai se está “desahogando” con “Rebecca” porque la culpa de su propia muerte y del berenjenal que seguramente le llevó a ello. Creo que Proctor no anda mal encaminado en cierta forma; Rebecca tenía gran ambición y eso la cegó en varios momentos que pudieron llevarle a tomar pésimas decisiones, algo que puede que hiciese él en sus comienzos o fuese más avispado que su sobrina y supiese salvarse su culo, como ha hecho hasta ahora. Por otra parte, la agente Cruz se le está subiendo un poco a la chepa al pedirle más pasta por los problemas que puedan surgir al intentar conseguirle el nombre del justiciero y luego limpiarlos. Si os soy sincera, esta muchacha me está cayendo bastante mal y eso que ha salido, entre los tres episodios, menos de diez minutos. No me termina de molar. Como hemos visto, además, al arrestar a Hood, se produce un pequeño cara a cara entre Cruz y Carrie. Me atrevería a pensar que Cruz se puede estar oliendo algo pero no me encaja una cosa: la agente dice que el justiciero está intentando enviarle un mensaje a Proctor. Siendo “la justiciera” Carrie, ¿realmente quiere mandarle un mensaje al alcalde? A mí me parece más una forma de desahogarse. No creo que a esta le venga bien meterse en follones con Kai.Por último, los hermanos Bunker también han tenido sus minutos de gloria. Kurt no se siente a gusto consigo mismo y menos desde que el cafre de su hermano Calvin le quemó el pecho. Todavía no lo ha superado y eso que hace que se avergüence todavía más de la tinta que cubre su piel. Pero esto no le va a hacer que mate a su hermano, como le dice a la mujer de este, a la que le sigue alegrando el cuerpo. Me da mucha pena Kurt y al mismo tiempo ternura. Las malas decisiones le pesan más que nunca. A lo mejor si no lo hubiese plasmado en su piel podrían vivir mejor con ello, pero su aspecto físico le juega una mala pasada cada día, distanciándole de la gente e instaurando el miedo en sus cuerpos. Si tuviese dinero, Kurt, te pagaba el láser para los tatuajes, aunque lo pasarías bastante mal. Pobre. Por su parte, Calvin está perdiendo el control cada día un poquito más. Otra gota que ha colmado el vaso ha sido ver a Watts, el cabecilla del grupo de neonazis que se encuentra en la cárcel. Este le ha dicho claramente que se deje de gilipolleces, que baje la cabeza y haga lo que le mande Proctor. Por lo que estoy viendo, Calvin no termina de perder el control y no apuesto por que tenga mucho, así que debe de hacer “algo” para relajarse, y no creo que sea tirarse a su mujer. ¿Por qué me da a mí que puede ser el asesino en serie del pueblo? Tal y como hemos visto en la escena postcréditos – que ahora se encuentra justo antes –, el asesino tiene pinta de ser un tío y podría encajar con la silueta de Calvin, así que no andaría tan mal encaminada.
En general, este episodio me ha gustado muchísimo más que el anterior. Ver a Job ha sido un gran plus, al igual que esa parte sensible que nos ha ofrecido la serie, aunque en el fondo también haya dolido lo suyo. Sigo resaltando el gran cambio que ha pegado Banshee desde su primera temporada y lo feliz que me hace que tirase por un equilibrio entre la bestialidad y la sensibilidad que nos puede ofrecer. Increíble. ¡Aplausos! Resaltar otra cosa que me está dejando bastante sorprendida: Burton está hablando más que en todas las temporadas juntas. ¡¿Pero esto qué es?! Anonadada me quedo. Tengo la sensación de que la gente tiene que explotar en lo que queda de temporada, que haya mucha más violencia, sangre, vísceras, de lo que estamos viendo. Este cambio en la narrativa no significa que la serie cambie su espíritu ni mucho menos. También saco esto a la superficie porque en esta temporada tenemos ocho episodios, dos menos de a lo que estamos acostumbrados normalmente.
Por mi parte nada más excepto recordaros que podéis dejar vuestros pensamientos, sentimientos o cualquier cosa que se os haya pasado por la cabeza al ver el episodio. Siempre es un placer comentar con vosotros los episodios.
¡Hasta la semana que viene! #ForeverBanshee
P.D: Job cargándose a su torturador ha sido poesía pura, o justicia poética, como queráis. Por supuesto, tenía que hacerlo ÉL.
Irene (@MissSkarsgard)