Revista Comunicación
Hi, walkers! Antes de comenzar la crítica pido disculpas por el retraso en subirla al blog, pero un viaje a Madrid me ha tenido algo ocupado y no he podido ponerme con ella cuando realmente me hubiera gustado. Y, sí, tras una maravillosa visita al museo del Prado puedo asegurar con rotundidad que la mayoría de los monarcas españoles eran más feos que la mitad de los zombis de The Walking Dead. ¿Sus madres los parieron o los cagaron? Nunca lo sabremos, es un misterio que tiene su cierto encanto, de igual forma que seguramente tampoco sabremos nunca cómo comenzó la plaga zombi de la serie, en vista de lo mucho que se han alejado del camino que intuíamos que tomarían en la primera temporada, donde un doctor nos dio algunas respuestas. Ahora nos encontramos a mitad de la cuarta temporada y, echando la vista atrás, nunca hubiéramos imaginado que los personajes llegarían a estos extremos. Seguid conmigo un poco más y comentemos este 4x10 "Inmates", que al español traducimos como "Reclusos":
Debo reconocer que el episodio no me ha gustado tanto como el capítulo anterior, que estuvo centrado en Carl y Michonne y que me pareció muy redondo, pero aun así ha sido más que aceptable. Esta vez las tramas se han centrado en el resto de personajes que huyeron de la prisión, de los que no sabíamos nada. Ellos, para mi gusto -salvando quizá a Daryl y Carol- no son tan interesantes como los que protagonizaron ese estupendo "After" y por tanto necesitaban un número más elevado de personajes en pantalla que mantuvieran nuestra atención. Esto es: meter a presión un gran número de historias con las que uno nunca pueda dejar de entretenerse pero que, en realidad, analizadas con detenimiento, por sí solas no eran para tanto. Pero con matices. Hablemos de cada grupo:
Las chiquillas, Tyreese y Carol: ¡No nos lo podemos creer! -o sí, porque el nombre de la actriz seguía presente en los créditos iniciales-. Carol ha aparecido como si de un Kinder Sorpresa se tratase para salvar a sus pequeñas saltamontes rubias en el último minuto. La mujer llegó a la prisión (¿quizá con la intención de convencer a Rick de que la volviese a aceptar?), pero lo hizo demasiado tarde. A pesar de todo, logró seguir los rastros que dejaron Tyreese y compañía, y el disparo de la niña terminó de lograr que las encontrase. Atención a las caras que le pone Carol a Tyreese. Le miraba con cierto recelo, como pensando "¿sabrá que me he cargado a su churri y a David?" (David nos da a todos igual, pero ya me entendéis). Por suerte para ella, Rick y Daryl no llegaron a comunicarle esa información al bondadoso gigantón que terminará por convertirse en un psicópata, esa predicción podría hacerla hasta un niño de dos años. No me gusta, me da pereza la historia que sé que van a querer contar con él. Y temo por Carol. Aunque, pensándolo bien, quizá es él quién debería temerla a ella. ¡Y las niñas! Qué molonas. La escena de la hermana mayor tratando de asfixiar a Judith para silenciarla fue de lo más perturbadora, muy lograda. Porque, sorpresa de nuevo, Judith está viva. Qué bebé tan mono. En estos instantes, la familia feliz de psicóticos se dirige a lo que promete ser un refugio seguro para todos. Veremos.
Beth y Daryl: Poco que decir de ellos. Daryl es muy, muy guay y Beth es muy, muy tierna, y ahora además tiene (o, más bien, hemos descubierto como espectadores que lo tenía) un diario que es muy, muy pero que muy tierno.
Glenn y Tara: Venga ya. O sea, que el chinito se ha salvado. ¿Tiene más vidas que un gato, verdad? No hay literalmente nada que pueda con él, ni todos los zombis, ni todas las enfermedades, ni todas las desgracias que le eche el mundo encima acabarán con su asiática vida. ¿Sabéis por qué? Porque es un chico enamorado, y eso es tan, tan tierno. No se quedó en el autobús, salió de él medio moribundo para tratar de ayudar a Maggie durante la revuelta. Y claro, logró subirse en alto y ponerse a salvo en ese estado. Ya. Me gusta su historia con Maggie, y él es -o era- muy divertido y simpático, pero deberían currarse más estas cosas. Y, además de todo esto, encontramos a Tara, que fue la única persona del grupo del Gobernador que se salvó de pura suerte. Por lo que nos dice, debemos intuir que su hermana ha muerto. Ella se ha aliado con nuestro Glenn, que tiene un corazón que no le cabe en el pecho, y juntos avanzaron hasta encontrarse con tres nuevos fichajes que se les presentaron con unas poses que ya quisiera el Team Rocket. Solo les faltó soltar un lema.
Maggie, Sasha y el borrachín: uno de los grupos más peculiares que se han formado. Intuimos que entre Sasha y su nuevo amiguito se está cuajando una relación amorosa. Maggie, sin embargo, no se encuentra en condiciones de alegrarse por ellos, puesto que ha perdido a toda su familia de un plumazo. Me encanta Lauren Cohan, creo que su personaje es bueno y tiene un potencial que espero que terminen de aprovechar. Me gustó mucho el rumbo que le dieron al comienzo de la tercera temporada, y espero que le vuelvan a dar tramas y momentos interesantes de verdad. La escena del autobús me pareció fantástica. Ya sabíamos que Glenn no estaría dentro, pero como concepto quedaba bastante molón. Y, de esa forma, también se quitan de encima a los extras de Woodbury a los que nunca acabamos de conocer y a los que los guionistas han tratado tan mal. Ahora, solo nos quedan en pantalla los personajes realmente interesantes más los que están por venir.
¡Deseando ver el siguiente episodio! ¿Y vosotros?