Once upon a time regresó la semana pasada poniendo las cartas sobre la mesa y continuando la historia justo en el momento donde quedó todo en el final de la temporada pasada, trayendo una serie de nuevos personajes para presentar Camelot. Esta semana han seguido para resolver una parte del marrón en el que se quedaron metidos los protagonistas y metiéndolos en más líos, por supuesto. A continuación os hablo del segundo capítulo de esta temporada, así que cuidadín con los spoilers.
Cuando los personajes de la serie aterrizaron al final del último capítulo de nuevo sobre Storybrooke, era lógico pensar que no iban a venir solos, por lo que en este capítulo le hemos dado la bienvenida al pueblo a medio reino de Camelot, entre quienes se incluye al rey Arturo, muy cabreado, y la reina Ginebra. Además de con los nuevos inquilinos (como siga llegando gente, van a tener que plantearse ampliar la ciudad), los habitantes de Storybrooke también han tenido que lidiar con un nuevo demonio que ha sembrado el caos en la ciudad, sobre todo para Regina. El demonio ha llegado para cobrarse el precio de una magia utilizada en las semanas olvidadas en Camelot y parece ser que su objetivo es Robin, lo cual afecta directamente a Regina, que acaba volando por los aires y rodando por los suelos intentando salvar a su true love. Es lo que tiene haber perdido los recuerdos de seis semanas de tu vida, que no sabes qué es lo que trae las consecuencias que vives ahora. El tema de querer arrebatarle a Regina sus pedacitos de felicidad ya empieza a hacerse un poco pesado y por eso me alegra mucho que estén centrando esta temporada en ella además de en la salvación de Emma. Quiero ver a Regina como Salvadora y a todos quedándose con un palmo de narices y lo quiero ver ya. Quiero que se den cuenta de lo mucho que ha evolucionado y quiero que tenga más encuentros con Emma y que se reten la una a la otra porque, sinceramente, eso le da mucha vidilla a la serie. Y por pedir, también quiero más escenas de Regina con Zelena porque me encanta ver como Regina le calla la boca a su sis.
Mediante flashbacks nos han permitido ver las primeras horas de nuestros personajes en Camelot y cómo organizaron un baile para ellos en honor a "la Salvadora", Regina, que ya ha empezado a tomar medidas para que Emma no utilice su magia y la líe, haciendo uso de la daga, con el consecuente enfado de Emma. Sin duda, una de mis partes favoritas de este capítulo ha sido el momento del baile y las escenas previas. Me encanta verlos a todos con los trajes de príncipes y princesas porque los vestidos me parecen todos una pasada y están todos guapísimos. El vestuario de esta serie es maravilloso, eso es algo que no se puede negar, aunque tengo algunas pegas en este capítulo: ¿por qué Hook va vestido de pirata y no como cuando viajaron en el tiempo Emma y él? y, ¿por qué visten a Emma de blanco si es el Ser Oscuro? El vestido era precioso y vale que no quieren que se entere nadie de que es una malota, pero no hacía falta que fuera blanco, me ha parecido bastante irónico. Volviendo a la escena del baile, lo que más me ha gustado de ella ha sido cuando a Henry le ha dado por sacar su reproductor de música para ligar (Henry ligando, señores, el niño de diez años se nos ha ido ya) con Violet, una jovencita de Camelot, y ha empezado a sonar una canción actual de fondo mientras todos bailaban. No sé, por un momento me ha dado la sensación de que no estaban actuando, que era una fiesta de los actores y que se lo estaban pasando pipa. Ojalá hubiera durado más esa escena. Qué envidia, odiémosles por no invitarnos.
Cuties
Lo único que me ha chirriado un poco de los flashbacks de Camelot ha sido la escena de Charming enseñando a bailar a Regina porque no me entra en la cabeza que Regina no sepa bailar, que no me creo yo que Cora no la obligara a bailar cuando era pequeña hasta que le sangraran los pies con lo buena madre que era. Aún así, me ha gustado ver a Regina enfundada en su traje de Evil Queen de nuevo, aunque sea solo unos instantes. Claro que esta escena era solo una excusa para demostrar la utilidad del collar que un soldado random de Camelot le había entregado a Regina. ¡Era una cámara! ¡Tecnología punta en Camelot! No me he podido reír más, aunque las risas se me han pasado cuando he visto que el chaval quería matar a Regina y que casi mata a Robin. Menos mal que estaba ahí Charming y se ha hecho el héroe salvándolos y oye, qué majo el rey Arturo que le ha dado igual el escándalo en su fiesta y que Regina hubiera sido mala en el pasado. La casi-muerte de Robin ha traído la explicación a la llegada del demonio negro a Storybrooke, ya que Emma con su magia lo salva de morir por petición de Regina, y como toda magia conlleva un precio... Y con esto, hemos empezado a ver la transformación de Emma en la bruja repeinada que es ahora. Todos sabemos que Jennifer Morrison no es muy expresiva, pero esa inexpresión me parece adecuada para el personaje que está interpretando porque le da misterio, y qué mayor misterio que la Salvadora que se convirtió en la amenaza de todos; así que he de decir que me gusta cómo está llevando el papel. Me pasó lo mismo con Elizabeth Mitchell la temporada pasada: Ingrid era todo un misterio por resolver y su mirada impasible la hacía todavía más interesante.
Además de resolver qué desastre habrán hecho para que Emma se convirtiera en lo que es actualmente, hay algunas incógnitas más que quedan sin resolver en este capítulo. ¿Conseguirá Hook salvar a Emma o se dará al ron porque no ha funcionado su beso de amor verdadero? Él dice que al menos luchará por ella 100 años. ¿Qué tendrá que hacer Emma para conseguir sacar la espada de la roca que ha aparecido en el sótano de su nueva casa? Y por último, ¿por qué me enrollaré tanto cuando hablo de Once Upon a Time? Espero no haberos aburrido y espero vuestros comentarios ahí abajo. ¡Hasta la semana que viene!
Doralicia (@Doralais)
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