Revista Comunicación

Crítica Del 5x16 "Felina" De Breaking Bad: Blood, Meth, Tears

Publicado el 01 octubre 2013 por Dro @Drolope
Por última semana, y con todo el dolor de mi corazón, os traigo la review de la series finale de Breaking Bad, esa serie que ha roto récords y que será imposible de olvidar tras la huella tan profunda que ha dejado. A continuación os cuento lo que ha pasado en este último capítulo y mis últimas impresiones.
*SPOILERS*
La semana pasada dejábamos el vaso vacío de Walter mientras la policía estaba buscándole. En esta, Walter se encuentra en un coche robado cuando la policía pasa por detrás de él. Walt, temeroso de que le cojan, mantiene la calma hasta que se van y arranca el coche con las llaves que encuentra dentro del mismo. Más tarde le vemos en una gasolinera en Nuevo México, donde aprovecha para llamar a los Swartz, sus exsocios en el negocio del que formaba parte, haciéndose pasar por un periodista para conseguir su dirección actual. Al llegar allí, Walter se introduce en la casa de éstos y es descubierto por la esposa. Él, tan tranquilo, les ordena que le den el dinero que tiene a su hijo en un fideicomiso. Al ver que es posible que no lo lleven a cabo, les amenaza con que unos asesinos a sueldo – que realmente son Badger y Skinny Pete, los amigos de Pinkman – les perseguirán hasta matarlos. Después, hablando con sus secuaces, Walt se da cuenta de que la blue meth sigue circulando y con una buena calidad, así que juntando las piezas llega a la conclusión de que es Jesse quien se encuentra detrás. Mientras tanto, tenemos a este último, quien se imagina haciendo una caja de madera – aquella que tuvo que hacer en el colegio – mientras sigue metido en el infierno del laboratorio.
Por otro lado, Walter se dedica a hacer visitas a viejos “amigos”. Para comenzar tenemos a Lydia y a Todd, quienes han quedado para un intercambio. Allí se encuentra Walt, quien les ofrece sus conocimientos para crear más metanfetamina pero sin la metilamina de por medio. Lydia rechaza la idea a pesar de que Todd se lo está planteando. La siguiente visita es a Skyler, quien recibe antes la llamada de su hermana advirtiéndole de la presencia de su marido en la ciudad. Allí, Walter le dice a su esposa que todo lo que ha hecho ha sido por él, porque le gustaba y porque se sentía vivo haciéndolo. También ve a Holly y a Walter Jr., a éste desde lejos. Por último, les hace una visita a los Nazis del Infierno, quienes todavía tienen su dinero. Walter juega sus cartas maravillosamente bien al hacer que éstos traigan a Pinkman y ejecute el robot que tiene en el maletero de su coche justo cuando cae al suelo junto con su pupilo para que no le mate. Por si la escena no fuese gloriosa de por sí, Walt le hace un regalo a Jesse: que éste mate a Todd después de todo lo que ha hecho. Mientras, White remata al tío Jack antes de que le diga siquiera dónde está el dinero. Aquí se produce uno de los momentos que muchos esperaban: la batalla final entre Walter y Jesse. Sin embargo, Pinkman no le mata y éste le deja escapar. En este momento conocemos que Walt está herido, ha recibido una bala por salvar a Jesse quien, a pesar de todo lo que ha hecho, se merece una segunda oportunidad. En ese instante recibe la llamada de Lydia, quien se encuentra bastante mal debido al ricino que se encontraba en la stevia.
Por último, Jesse se marcha por fin libre hacia su nueva vida lejos de allí mientras que Walter, que pasea por el laboratorio de metanfetamina contento por haber terminado sus asuntos pendientes, cae al suelo muerto por la bala que ha recibido mientras suena de fondo "Baby Blue" de Badfinger, una canción que se adapta a la perfección a la historia de Walter White/Heisenberg.
Sin duda alguna, un final perfecto para una serie perfecta. Ha terminado como tenía que terminar: con Walter muerto y con Jesse vivo con esa nueva oportunidad (Live Free Or Die) y con todos los cabos resueltos. Estoy muy contenta y satisfecha con este final, con el que he derramado muchas lágrimas puesto que ver morir a alguien que quieres mucho no es plato de buen gusto, pero por lo menos se ha ido por la puerta grande, contento de haber dejado todo arreglado y mostrando que quien es un genio lo es hasta la sepultura. Personalmente, me hubiese gustado que Walter sobreviviera pero creo que no tiene mucha cabida después de todo lo que ha hecho. Tanto Aaron Paul (Jesse Pinkman) como Bryan Cranston (Walter White) han dicho que están satisfechos con este final, que es completo y el más adecuado.
No he seguido Breaking Bad desde 2008, cuando se emitió por primera vez, sino desde el año pasado y es increíble ver lo mucho que me ha marcado. Desde el principio me gustó Walter, sus idas de olla cómicas, su pérdida de la moral, su sangre fría, esa transformación hasta llegar a Heisenberg. Está escrito tan brillantemente y lo lleva a cabo de una forma tan magnífica Bryan Cranston que es imposible no aplaudir. Mientras tanto, Jesse me ganaba poco a poco. Fue desde el 2x06, ese capítulo en el que veíamos  a Pinkman tener que lidiar con dos yonkis con un niño pelirrojo – las escenas más tiernas que he visto de Jesse –, cuando le empecé a coger cariño. Ese chico que no daba un duro por nada ni por nadie y se quedó absorto por la maestría de su exprofesor de Química, quien le vendió el oro y el moro del meth business; quien pasaba de todo y ahora sabe qué está bien y qué está mal, y su conciencia por los niños está más a flor de piel que nunca. Y Skyler, esa mujer fuerte que se ha ido marchitando por los chanchullos de su marido; una mujer que ha sufrido pero que sigue luchando por sus hijos y por no involucrarse más en los asuntos de Heisenberg. Es cierto que no nos gusta porque simpatizamos con Walter, estamos del lado del antihéroe pero, la posición de Skyler es la que todo el mundo en su sano juicio tomaría, o por lo menos todo aquel que siga la ley.
Lo que quiero decir es que esta serie me ha marcado como seriéfila, como fan de las series bien hechas. Tiene una historia que a cualquiera le podría pasar (que le diagnostiquen un cáncer y que, pensando en la familia y en su porvenir, se dedica a hacer metanfetamina), el desarrollo es tan natural y el final está tan bien llevado que es difícil decir algo malo de esta serie, imposible. Breaking Bad es muy grande y le debo muchas cosas: desde mi fanatismo casi extremo – superando el que tengo con True Blood, y ya es decir –, a dinero – luego sabréis por qué digo esto – pasando por haber conocido a gente maravillosa a través de Twitter con la que he compartido lo que siento por esta serie. Breaking Bad ha ido más allá de ser sólo una serie, es un vínculo que tengo con gente a la que no conozco personalmente pero a la que he llegado a conocer, aunque sea un poquito, y eso es de agradecer. Gracias Vince Gilligan por darnos esto tan grande, gracias a Bryan Cranston, Aaron Paul, Anna Gunn y compañía, que sois muchos y tan especiales para mí, por hacernos amar y odiar a vuestros personajes. Y sobre todo, gracias al fandom de esta obra maestra porque sin vosotros esta serie no se vive igual.
Por último, agradeceros que os hayáis tomado vuestro tiempo y hayáis pasado cada semana a leer lo que escribo, por dejar vuestros comentarios – que siempre son bienvenidos y muy agradecidos – y por la gran acogida de estas reviews. Muchas gracias desde esta humilde servidora. Espero que hayáis disfrutado estos últimos capítulos que tan grandes momentos nos han dejado. Os espero en la siguiente serie, que seguramente nos encontraremos por el camino.
¡Hasta siempre, bitches, y larga vida a Heisenberg!
                                                                                                                  Irene (@MissSkarsgard)P.D: Esta es la razón por la cual esta serie me debe dinero: ¡mis camisetas!

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