*SPOILERS*
Este GIF era necesario y lo sabéis.
La semana pasada por fin veíamos a Cary fuera de la cárcel, con ese abrazo tan significativo con Alicia que hacía que nos muriésemos de amor con estos dos. Pero la pesadilla de Agos no terminaba ahí. Como toda persona que deja la cárcel bajo fianza, a Cary se le asigna un agente de servicios que le realice un control para ver si hay peligro de fuga o no. Este señora tan olvidadiza y enganchada al teléfono – ¿qué narices estará chismorreando que la tiene en un sinvivir tras el auricular? – no sólo se dedica a entrevistar a Cary, que nos traen unos flashbacks muy hot de él con Kalinda – yo también quiero tirármelo mirando por la ventana y que la luz de la luna bañe su torso desnudo (Dios, ¡qué calores, madre!) –, sino también a sus compañeros detrabajo, en este caso a Alicia, y a su abogada, Diane. Para mí, estos flashbacks han sido un punto cómico porque se ve claramente que lo que están declarando es mentira: la relación de Agos con sus compañeros está más tensa que un tanga a punto de explotar – Alicia, no se quiere cargar nada el pobre chaval; todavía no lo has entendido – , sigue sin estar de acuerdo con las decisiones que se toman sobre el bufete, el pobre tiene una frustración y un estrés que, claro, sólo puede soltarlo mientras se reencuentra carnalmente con Kalinda… Vamos, que para mí esto es un dolor. Muchos ya sabéis lo que opino sobre la relación de estos dos – ¡ERROR! – y creo que tengo un poco de razón por lo que se ha visto en el episodio. Kalinda es una de cal y otra de arena para Cary ya que, por casi, el pobre termina otra vez en prisión dado que Kalinda habló con el testigo que llevaba el micrófono, Trey, y este decidió ahuecar el ala por las posibles represalias por parte de Bishop. Pero, por otro lado, la investigadora termina arreglando la situación sacando a relucir que la esposa de Trey tiene un amante. Pero mi sufrimiento no se queda ahí. Finalmente, el juez se encuentra en una encrucijada, así que decide “jugarse” su dictamen a lo que diga el agente de servicios. Cary no puede reprimir un “Estoy jodido” – ven aquí que te doy amor –, pero, a pesar de eso, la agente dictamina que no hay riesgo de fuga porque ha visto a “un hombre asustado por volver a la cárcel y luchando por su bufete”. ¡Y por fin he podido respirar tranquila! Eso sí, las cosas no se van a quedar aquí ya que queda el juicio. Cary tendrá que seguir sufriendo y frustrándose, y yo con él, como una buena esposa – toma guiño – haría.Aunque el 80% del capítulo ha sido una dosis de Cary Agos, también ha habido cabida para el resto de personajes. Alicia sigue sufriendo el acoso y derribo de la prensa, Eli y cualquier tocapelotas que se ponga con su campaña para presentarse a fiscal del Estado. La pobre está tan harta de decir que no se presenta que debería tatuárselo en la frente. Sin embargo, la seguridad de la Florrick en su decisión de no seguirle el juego a Eli va a ir desmoronándose por los acontecimientos. El pulso que mantiene con Castro se vuelve cada vez más tenso y turbio. El actual fiscal del Estado – tocapelotas nº 1 debería ser un buen sobrenombre – ya no duda ni siquiera en amenazarla con que todo lo que está haciendo con el caso de Cary es para dejarla mal a ella y así restarle votos. El problema es que este todavía no se ha dado cuenta de que la Florrick es mucha Florrick y que tiene a medio estado en el bote. Pero la amenaza final es la de Eli al contarle que Peter va a apoyar a Castro a no ser que se le ocurra otro nombre. Alicia las pilla al vuelo y se da cuenta de la estrategia de Gold enseguida. Ains, Eli, que ya te conocemos como si te hubiésemos parido. Eso sí, si es en serio, yo a Peter lo mato. Su actitud ya tendría poca lógica después de lo cabrón – no hay otra palabra para describirlo – que está siendo Castro con su mujer – ese golpe bajo nombrando a Will ha dolido –. Quien ha traído muy buenos momentos ha sido la aparición de Gloria Steinem, activista feminista y todo un icono en Estados Unidos. Las ensoñaciones de Florrick me han parecido muy grandes y también son un punto de vista cómico, para soltar un poco la tensión que tanto el tema de Cary como el caso de esta semana han traído. Que Gloria Steinem le diga a Alicia que se tenga que presentar puede ser otro factor de que el episodio se cierre con ese “Si en un supuesto caso me presento, ¿cuál sería el plan?”. Buena frase para mantenernos sin uñas hasta la semana que viene, ¿verdad?
Por 25 pesetas...
Pero, cómo no, no me puedo olvidar del caso. Las semillas modificadas genéticamente traen de cabeza a Florrick, Agos & Lockhart – ¡¿pero cuándo han cambiado la plaquita con el nombre?! ¡¿Y cuándo han terminado las reformas?! Eso en España no pasa – y al hermano de Bill Masters, más conocido aquí como el señor Schmidt. La alternativa para solucionar el problema me ha parecido muy grande: hacer una mediación entre las dos partes con los abogados delante y un cura de por medio. ¡Ha vuelto Wilson de House! No he podido sorprenderme ni alegrarme más al verle. Wow, un placer ver a Robert Sean Leonard por la pequeña pantalla. La mediación cristiana no tiene desperdicio: no se objeta nada, es simplemente una charla en la que la verdad está por delante, de forma natural. El uso tan conveniente que Alicia y Dean hacen de la Biblia me ha parecido genial, muy acertado. Eso sí, no hay quien se crea que Grace haga los deberes o estudie en esa postura. ¿Dónde está la comodidad, for God’s sake? Y sí, todo el mundo se ha sorprendido que digas algo inteligente y dejes de pasear tu palmito. Ver a la Florrick con esas gafas como si fuese una azafata del Un, dos, tres me ha encantado. La resolución del conflicto me ha parecido muy significativa: a veces, cuando entre dos personas que se llevan bien surge un desacuerdo, se puede llegar a una solución simplemente hablando, aceptando la culpa y llegando a un acuerdo. Así, de forma natural, amistosa, mientras que los abogados no prestaban atención a sus clientes – excepto Cary, que se ha dado cuenta de todo – y seguían peleando, estos han cerrado el tema.In my opinion, un CAPITULAZO. El nivel sigue subiendo como nunca, la serie siendo fresca, atractiva, buscando nuevos caminos y dejándonos cada semana con un mono tremendo. La droga a la que estamos acostumbrados con The Good Wife es blue methde la buena y todas las semanas se nos queda demasiado corta. Por eso, siempre verse el capítulo un par de veces hace que nuestra ansiedad disminuya, aunque no desaparezca nunca. La tensión se palpa en el ambiente y eso hace que nos enganchemos aún más. ¡Menudas ganas tengo de ver qué pasa! ¿Podemos estar ante otra temporada épica? ¿Muy pronto para decirlo? Lo iremos viendo.
Por ahora nada más por mi parte. Os recuerdo que podéis opinar sobre el capítulo mediante los comentarios, los cuales son agradecidos y muy bien recibidos.
¡Hasta la semana que viene!
Irene (@MissSkarsgard)