*SPOILERS*
Es muy difícil no quererle, ¿verdad?
Después del escándalo político en el que se vio envuelta la temporada pasada, Alicia anda con la mosca detrás de la oreja cuando las circunstancias se lo piden. Tras representar a uno de los clientes más difíciles que jamás ha tenido, un agente del FBI encubierto que va detrás del juez en cuestión, y que la esté tendiendo una trampa, Alicia decide cortar por lo sano con Lucca, en cuanto al caso se refiere, y que vayan por derroteros diferentes, teniendo un desenlace inesperado para el cliente, quien creía que su Señoría iba a picar y a aceptar un soborno. Menos mal que luego con un simple gesto, Quinn le perdona y vuelven a ser amigas, o compañeras en el frente de batalla – es demasiado pronto para denominarlas amigas, ¿no? –. Aunque me haya dolido ver a estas dos desconectar por un segundo cuando, por el momento, funcionan tan bien, es cierto que no todo puede ser arcoíris y nubes de gominola porque no vende; un poco de conflicto laboral tampoco está tan mal. Pero lo que más nos interesa de la Florrick es su ayuda para la campaña de Peter. Eli sigue con su propia vendetta, incluyendo también la que ha orquestado para Alicia, y accede a que esta y su madre aparezcan en un programa de cocina. Con lo que no contaba Ruth es que Eli, en su hijoputismo que me encanta y me fascina, decide dejar por libre a ambas mujeres y que se conozca la verdadera relación que tienen entre ellas. Esto es lo que pasa, Ruth, cuando le das una mierda de despacho a Gold, que se encabrona y nos puede dar momentos tan geniales como el “ojalá tuviéramos una silla más, así podríamos hacer un corro de oración”. Genialísimo, por favor. Si la temporada pasada nos quedamos con ganas de Eli Gold, señores, esta es la nuestra, y se está luciendo de una forma estupenda. Pero ya lo que me termina de dejar patidifusa es esa escena final donde, jugando sus cartas de una manera magistral, conocemos que le ha dado el chivatazo al juez para que así este le deba un favor: ayudarle a encargarse de Frank Landau. ¡Una ovación para este señor, por favor! Gracias, Alan Cumming, este año sí que te mereces la nominación al Emmy. ¡Qué manera de hacerme reír y de pasármelo tan bien!Bitch
Relacionado con Alicia viene el asunto de Diane. Después de ver que su deseo de traerla de vuelta ha quedado simplemente en eso por R.D. – este señor tiene que volver, eso está claro –, ha consultado con los socios la posibilidad de llevarle algunos casos menores que son prescindibles. Tras darle la luz verde por parte de estos, Diane, como toda la diosa que es ella, se planta en casa de la Florrick para traerle la buena nueva, no sin antes mostrase de lo más comprensiva y amable con ella. Sin embargo, no todo va a ser un camino de rosas y menos teniendo en cuenta el bagaje que comparten estas dos. Otra vez por un malentendido o una falta de toda la información – no se les ocurre otro motivo. ¿Dónde estará Kalinda cuando se la necesita? –, el que Alicia ha medio aconsejado a Howard Lyman sobre su posible despido y cómo intentar solucionarlo, Diane va echa una furia al apartamento de su ¿examiga, expupila? para declararle una guerra abierta. ¡Oyoyoyoyoyoy! De verdad, que Kalinda vuelva otra vez para poner paz entre estas dos porque cuando Diane se entere de la verdad, que a lo mejor es nunca, va a querer que la tierra la trague. De todas formas, la culpa es de David Lee, que no sabe más que meter mierda de por medio y se entera de las cosas de oídas, nunca mejor dicho, y la caga totalmente, y más si tiene motivos más que suficientes para seguir en contra de nuestra protagonista. Decir que Howard Lyman decide poner punto y final a su demanda y prefiere hacerle caso a Alicia, ponerse a trabajar más. Por cierto, ¿desde cuándo Diane ha sido la mentora de Alicia, me lo podéis contar?Vale que le ofreció su apoyo en la primera temporada, pero Lockhart era #TeamCary desde el minuto uno, tanto que no quería que la Florrick se quedase con el puesto. O los guionistas han visto otra serie o no se acuerdan ni siquiera de lo que ellos han escrito, o se han quedado con los momentos entre estas dos de los últimos años y se han montado su propia película, qué sé yo. No sé qué me ha gustado más, si ese “bitch” de David Lee donde me he partido la caja a gusto o que Howard Lyman se haya puesto las pilas de una forma que es para quedarse flipando. Ojalá se quede así un tiempo y no se lo lleve calentito, aunque si le echan mejor que mejor, para qué negarlo. Siguiendo con Howard, parece que el hombre liga más que yo y esto no es gracioso en absoluto. ¿Y a quién se ha llevado casi al huerto? ¡A Jackie Florrick! Mira, que esa zorra consiga novio antes que yo es inaudito. ¡¿Pero qué te he hecho yo, universo?! Arrg. Bueno, dejemos mi escasa vida sentimental; eso irá para mis memorias. Que estos dos se hayan juntado es una de las cosas más LOL que me podía esperar de esta serie. ¡Qué ligón está hecho Lyman y qué caballero es cuando le sale de ahí! Prefiero que se vaya con una mujer de su edad a que vaya acosando a las asociadas. Volviendo al inútil de Howard, desde el punto de vista de Cary, es una pequeña derrota porque todo lo que había hecho ha quedado en balde y, por otra parte, tengo la sensación de que Diane y David le van a tomar menos en serio. Sigo interesada en lo que tienen preparado para él, por lo que tengo paciencia y algo de fe. ¡Ah! Y ese “a alguien le ha sentado bien una buena siesta” ha sido estupendo. Para que vea la gente que el pobre Cary no está amargado todo el día, que tiene su sentido del humor.¡Cuidado, que chorrea botox!
Comentar de manera breve que, al parecer, Grace no está en el instituto porque es verano en la serie – el comentario sobre el periodo de prácticas que hay en Lockhart/Agos lo ha dejado claro –, por lo que ya me cuadra más que esta muchacha esté haciendo de secretaria de su madre. También resaltar que la pequeña de los Florrick le da al coco y no es tan tonta como parecía. Si es que le pones una Biblia enfrente y se idiotiza, pero luego se la quitas y hasta piensa y todo. Será que está en una postura más normal y la sangre le llega mejor al cerebro. Por otra parte, simplemente comentar que Stockard Channing no se puede reír porque el botox no le deja. Pobrecilla, da miedo cuando intenta descojonarse. A lo mejor para Halloween la contratan en la Casa del Terror.En general, ha sido un buen tercer episodio con ese ritmo frenético que está caracterizando a esta séptima temporada, el cual se lo achaco a la trama de Alicia con lo del colegio de abogados, que hace que todo sea puro nervio. Me he quedado con ganas de ver a Jason en acción pero no creo que esperemos mucho para observarle en esa tesitura, y también me he quedado con más ganas de Diane, pero este primer bocado lo he saboreado de veras. Seguimos sin saber por dónde van a ir los tiros con esta mujer, pero si es con una rivalidad/enemistad con Alicia compro. Hay que decir que se echa de menos tanto a Lockhart como a Agos en los juzgados, ¡tienen que volver! La historia lo está pidiendo y nosotros también.
Por mi parte nada más excepto recordaros que podéis dejar vuestros pensamientos, sentimientos o cualquier cosa que se os haya pasado por la cabeza al ver el episodio. Siempre es un placer intercambiar unas palabras con vosotros y que entréis a formar parte de esta pequeña familia de fans que hemos creado. ¡Es un lujo teneros!
¡Hasta la semana que viene!
P.D: Hoy mismo os dejaré en esta misma review el link al primer capítulo de mi fanfic, que sois unos pocos los que queríais leerlo. Por cuestiones del sitio al que lo voy a subir, las nuevas cuentas tienen una restricción de tiempo antes de publicar nuevas historias así que, cuando termine, lo tendréis a vuestra disposición. Pasaos a lo largo de la tarde para ir viendo si está, aunque os avisaré por Twitter muy seguramente. Espero vuestros comentarios sobre ello.
Irene (@MissSkarsgard)