Revista Comunicación
Crítica del 7x11 "Hostiles and Calamities" de The Walking Dead: ¿Yo soy Negan?
Publicado el 28 febrero 2017 por Dro @DrolopeThe Walking Dead regresa una semana más con un nuevo episodio que, como de costumbre, no ha estado exento de polémica. Recuperando el discutidísimo formato de "trama por episodio", los guionistas nos trasladan al mundo de Negan; pero, si en el 7x07 "Sing me a Song" nos lo mostraron a través de los ojos de Carl, en esta ocasión es Eugene, aparentemente mucho más cobarde que el pequeño Grimes, quien impone su punto de vista. ¿Y ha sido, pues, de interés lo que nos han contado? ¿Ha sabido soportar bien un personaje como Eugene el peso de la trama?
¡Spoilers a partir de aquí!
Debo decir, antes de empezar, que no me ha sorprendido leer a muchos fans quejarse de que el episodio ha sido "lento". Me parece una forma odiosa de describir algo, pero siempre sucede lo mismo cuando un episodio no tiene grandes dosis de acción. Pero yo me pregunto, y os pregunto... ¿qué es "lento"? ¿Si no hay hordas de zombis en un capítulo ya debe ser necesariamente calificado como "lento"? ¿Y por qué la palabra tiene ese deje peyorativo?
El 7x09 "Rock on the Road", incluso con su escena cañera mutilanzo zombis en la autopista, me pareció mucho menos interesante que "Hostiles and Calamities". Porque este capítulo, ciertamente retorcido y ambiguo, nos habla de la oscuridad humana, del egoísmo, pero también de las intenciones ocultas -¿nobles?- que se traen entre manos dos personajes que nunca esperé que terminaran siendo tan atractivos: Eugene y Dwight.
Sí: soy muy pro-Dwight. The Walking Dead tiene un largo historial de personajes insulsos, pero con Dwight han logrado algo memorable. Es, quizá, uno de los secundarios más complejos y elaborados de toda la serie. Es complicado definirle, y quizá lo más complicado es pararte a pensar si te gusta o no. Porque Dwight es un Daryl reducido a escombros, un hombre a quien Negan ha convertido en alguien que Sherry ya no puede amar. Pero lo genial del asunto es que incluso tras haber sido apaleado de nuevo es capaz de mentir por ella, por darle una oportunidad de escapar y sobrevivir, e inculpar a un doctor inocente del fregao, convirtiéndole en médico a la barbacoa (¡y encima le roba los chupa chups!). ¿Y cómo sentirte después de eso? Él miente por Sherry, desafía al poder de Negan silenciosamente, pero le importa bien poco causar la muerte de un hombre inocente de quien, irónicamente, siguió su consejo... "para permanecer aquí, no debemos tener corazón".
Los paralelismos entre Dwight y Eugene son claros. Dwight trata con indiferencia al médico, y vemos algo parecido en la frialdad con que Eugene trató a las esposas de Negan -en quien me parece interesantísimo que la serie siga ahondando-, cuando se negó a darles el veneno. "Hostiles and Calamities" juega de forma ambigua con el personaje de Eugene, que se ha encontrado con un nuevo hogar mucho más cómodo de lo que esperaba. ¿Drama? ¡Drama ninguno! Eugene se ha pasado el episodio entero comiendo pepinillos y jugando a videojuegos. Y sus amigos preocupándose por él...
Ciertamente, podríamos hacer una lectura de lo sucedido con Eugene de dos formas: por un lado, podríamos interpretar que el lujo, la sed de poder y control, están corrompiendo a Eugene. Que no estamos más que ante el nacimiento de otro de los soldados prepotentes de Negan; esto se deduce de la escena en que abusa de su posición para conseguir los productos en el mercado. Pero, por otra parte, podríamos entender que todo esto -ese miedo exagerado, esa apariencia de hombre débil-, forma parte de un juego, de una actuación, y que Eugene recuerda a sus amigos y no es tan cobarde como nos están dando a entender.
Ante él se abre, en cualquier caso, una dicotomía, dos opciones: podría acabar convirtiéndose en Dwight, con quien el episodio lo pone en relación -sucumbir a los instintos, a la comodidad, al poder, y asentarse en un sistema corrupto que él mira desde lo alto- o, por el contrario, podría terminar siendo Sherry, que representa la pureza, la honestidad, la compasión. El ser fiel a uno mismo.
¡Y no hemos hablado de lo mejor! Negan ha vuelto -sin barba, pero en fin, le perdono-. Honestamente, creo que le ha sentado muy bien a The Walking Dead mantenernos un par de episodios sin saber de él, porque así le hemos recibido con más ganas ahora. No negaré, como ya criticaron muchos fans, que en ciertos momentos han podido abusar de sus "chistes", de su fanfarronería, pero en este episodio ha sido un gusto reencontrarnos con este viejo cabrón guasón, quizá por este "descanso" que nos hemos tomado de él. Sigo pensando que sería interesante ahondar en sus orígenes, mostrar otras facetas de él, pero no hay duda de que es un villano tan carismático (gracias, Jeffrey Dean Morgan), que anima cada escena en que sale.
¿Ha sido este capítulo, por tanto, un "alto en el camino" a la guerra? Sí que lo ha sido, claro, pero... ¿a quién le importa? Lo que cuenta es que ha sido una parada interesante, que ha "recuperado" al personaje de Eugene y lo ha puesto en unas circunstancias muy jugosas (y bastante cómicas a ratos) que nos han recordado el listillo brillante que es. Además, reconozco que a mí las historias sobre la corrupción moral y del alma me han perdido desde siempre... Entre eso, Dwight, y que las mujeres de Negan han tenido protagonismo, ha bastado para que el episodio me haya interesado desde el principio. ¿Habría un final más hermoso y poético para Negan que ver a estas mujeres y a Maggie pateándole las pelotas? Soñar es gratis.
Rick, Michonne y compañía vuelven la semana que viene. Hasta entonces, como siempre, sentiros libres de comentar por aquí lo que se os pase por la cabeza, que siempre es un gusto leeros. ¡Hasta la próxima!
PD: ¿Recordáis cuando Eugene le mordió el pene a Dwight?
Isidro López (@Drolope)