Crítica del 8x24 "The secret in the siege" de Bones

Tras una temporada que ha tenido tales altibajos que parecía que estuvieras montado en la montaña rusa, Bones termina con un capítulo que, digamos, está bajo tierra. Después de todos estos años, capitulazos con escenas inolvidables y season finales que te dejaban comiéndote las uñas, este fin de temporada ha sido lo que podría considerarse una birria.
A pesar de que los mejores capítulos de esta temporada han sido en los que ha aparecido el perverso hacker Pelant, este último deja mucho que desear. No es que los casos, y  el “encontrar al malo” hayan empeorado (aunque en algunas ocasiones sí, e incluso crean casos aburridos), sino que cada vez degeneran más a los personajes, hasta el punto de hacerlos poco creíbles y con una personalidad que se mueve más que los precios.

Brennan ha pasado de ser la persona más racional del mundo, a dejarse llevar por sus sentimientos, y no digo que no le dé su encanto a la historia que Booth y ella estén juntos y se quieran, ya que es lo que todo el mundo esperaba desde los inicios de la serie, pero creo que los guionistas deberían echar el freno y pararse a pensar si de verdad esos son los personajes que crearon en un principio porque yo hay veces que ya no los reconozco. Que estén enamorados, no significa que tengan que volverse idiotas.
En este capítulo, cuando se suponía que ya iban a ser felices, que por fin habían decidido casarse, Booth se echa para atrás porque Pelant lo amenaza. ¿En serio? ¿Tanto tiempo esperando para que Brennan dé el paso para que ahora la rechaces? Increíble. No parece Booth desde el momento en que no se rebela y se enfrenta a las amenazas. Y por otro lado, que el malo más malo de todos los habidos y por haber en Bones tenga como objetivo evitar una boda, es un hecho un tanto patético.
Creo que de este capítulo, me quedo con la imagen final de Christine, que es de lo más cuca.


Habrá que tener la esperanza de que la novena (que yo votaría porque fuera la última) temporada de la serie, dé la subida suficiente para darle un final digno a una historia que llevo siguiendo tantos años. Aunque, según parece, van a seguir dándole vueltas a lo mismo, como en un bucle sin final, y dejando la emoción de lado.
Doralicia (@doralais)
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