Siempre feliz es una de las películas más normalitas, en cuanto a calidad, que podemos encontrar en el festival. Sigve, Elisabeth y su hijo se mudan a un lugar alejado de la ciudad y traban amistad con otra familia, formada por Kaja y Eirik. Los enredos amorosos no tardan en salir a colación, Sigve y Kaja mantienen una relación adúltera, y ambos guardan sus propias razones para ser infieles con sus respectivas parejas. A Sigve le engañó su mujer, justamente por eso decidieron mudarse, y a Kaja su marido parece odiarla. Para liar aún más la situación, descubrimos que Eirik es homosexual cuando intenta besar a Sigve.
¿Huele un poco a Woody Allen verdad? Desde luego no llega a la genialidad del director neoyorquino, ni es un claro calco de su filmografía, pero sí que tiene ciertas reminiscencias que nos recuerdan a este maravilloso director. Una comedia de enredos divertida, no pasa de eso, con algunos golpes realmente graciosos y momentos insoportables, como por ejemplo cuando sale es estúpido cuarteto bocal canturreando, para enfatizar ciertos momentos de la película. Eso es estúpido, te saca de la película y a mí personalmente me toca muchísimo las narices.
No obstante el balance no es del todo negativo, no es una mala película, está bien llevada y es simpática, pero desde luego tampoco es una película muy buena, entretenida y rápidamente olvidable.