Crítica el imperio de los lobos (2005), por albert graells

Sinopsis: Anna Heymes tiene unos 30 años y es la esposa de uno de los más altos funcionarios del Ministerio del Interior. Hace más de un mes que sufre alucinaciones terroríficas y crisis de amnesia de forma regular, hasta el punto de que no reconoce el rostro de su propio marido e incluso duda de su honradez.
Mientras tanto, en el décimo distrito, un capitán de policía obstinado, Paul Nertheaux, recibe el encargo de la investigación relacionada con la muerte de tres mujeres de origen turco, que trabajaban en unos talleres clandestinos y cuyos cuerpos han sido hallados horriblemente mutilados. Para poder filtrarse en la población turca del barrio, Nertheaux no tiene otra solución que recurrir a Jean-Louis Schiffer, uno de sus antiguos colegas conocido por su reputación de poli implacable.
“El imperio de los lobos”, thriller policíaco de producción francesa, resulta una película interesante. Antes de verla quien escribe pensaba que era un tipo de “Ríos de color púrpura 3” o algo parecido, pero no tiene nada que ver. Aunque sí es verdad que “El imperio de los lobos” comparte una atmosfera muy similar, casi idéntica, a la atmósfera de las películas de “Los ríos de color púrpura”. Y no es extraño, porque tanto “El imperio de los lobos” como las películas de “Los ríos de color púrpura” están basadas en respectivas novelas escritas por el mismo autor, Jean-Christophe Grangé.
“El imperio de los lobos” es una muestra más del mejor cine francés en general y del thriller policíaco en particular. La dirección de Chris Nahon es bastante notable. Es curioso porque Nahon saltó a la dirección cinematográfica empezando directamente, sin experiencia previa, con un largometraje, “El beso del dragón”, una ópera prima muy ambiciosa, con un presupuesto de 25 millones de $, y con Jet Li y Tchéky Karyo como protagonistas. Hizo un buen trabajo de dirección, desde luego mucho mejor de lo que demostró con su tercera película, “Blood: The last vampire”, dónde su hacer resultaba decepcionante. Pero en “El imperio de los lobos” la dirección de Nahon es muy buena, y desde luego muy detallista.

Los actores destacan bastante. Jean Reno es un magnífico actor, eso nadie lo puede cuestionar, y menos al verle en esta película. Los demás actores, aunque actúan bien, no están a la altura de Reno, porque Reno es un actor que está al nivel de Daniel Auteuil, Gerard Depardieu o Michael Lonsdale, es un actor de los más grandes en la cinematografía francesa, de los mejores, y es muy difícil estar a su nivel.
Pero en “El imperio de los lobos” hay un actor que sí está a la altura de Jean Reno, el actor protagonista, Jocelyn Quivrin (“Syriana”), que murió hace seis años muy joven, a la temprana edad de treinta años, en un accidente de tráfico. Es una lástima, porque en “El imperio de los lobos” Quivrin hizo un muy buen trabajo interpretativo, compite directamente con Reno. Ya no podremos disfrutar de su talento interpretativo en más películas, con la cantidad de magistrales y extraordinarias interpretaciones que hubiera hecho y de las que podríamos haber disfrutado. Una auténtica lástima.
La fotografía de “El imperio de los lobos”, obra de Michel Abramowicz, es maravillosa. Abramowicz realiza para “El imperio de los lobos” una fotografía extraordinaria. No sólo resulta impresionante por el tratamiento de la luz, que también, sino por la manera en que trabaja los encuadres y la profunidad de imagen, que hace que “El imperio de los lobos” luciría espectacular en 3D, sería una experiencia visual apoteósica.
El diseño artístico, tanto de decorados como de vestuario, resulta tan importante para “El imperio de los lobos” como la fotografía, y se aprecia con el mismo excelente nivel. Teniendo la película un presupuesto de 24 millones de € (32 millones de $), no se ha escatimado en gastos a la hora de dotar a “El imperio de los lobos” de la atmósfera que la caracteriza, y no sólo con la fotografía, sino también con todo el diseño de producción, que construyen el universo de la película de una forma muy detallada pero también de una forma muy bien realizada y diseñada. Eso es algo que no se puede negar cuando los responsables han trabajado en películas como “El pacto de los lobos” y “Seraphine”, y realizan en “El imperio de los lobos” un trabajo impresionante.

El vestuario está bien pensado y define muy bien a los personajes de Jocelyn Quivrin y Jean Reno. Y la atmósfera que los escenarios, los decorados, junto con la fotografía, dan a la película luce impresionante. Pocas veces se ha retratado París de esta manera. París, la ciudad del romanticismo, del arte, de la gastronomía, de la bohemia. En “El imperío de los lobos” luce de una manera drásticamente diferente, lúgubre, oscura, crepusuclar, sucia, deprimente, muy humedecida.
En el resto de aspectos la película también puede presumir de un muy notable resultado. Sonido, montaje, efectos especiales... No sólo artísticamente, sino también técnicamente “El imperio de los lobos” es merecedora de reconocimiento.
En conclusión. “El imperio de los lobos” es muy disfrutable, no sólo por su acabado técnico, sino también por todo su resultado artísitco. Una historia intrigante, unas actuaciones notables, una ambientación espectacular, y una atmósfera sorprendente. A quien le guste “Los ríos de color púrpura”, esta película le encantará.
Mi calificación es: