Revista Cine

Crítica: "En la mente del asesino"; entretenimiento sin definición

Publicado el 14 noviembre 2012 por Banacafalata
EN LA MENTE DEL ASESINO


Título Original: Alex Cross Director: Rob Cohen Guión: Marc Moss, Kerry Williamson Música: John Debney Fotografía: Ricardo Della Rosa Interpretes: Tyler Perry, Matthew Fox, Jean Reno, Rachel Nichols, Edward Burns, John C. McGinley, Giancarlo Esposito Distribuidora: DeaPlaneta Fecha de Estreno: 16/11/2012
BIEN vs MAL (Otro capítulo más)
El detective Alex Cross ya había pegado su salto al cine a finales de los 90 cuando Morgan Freeman le interpretó en dos ocasiones en las ya de por sí bastante endebles El Coleccionsta de Amantes y La Hora de la Araña. Años después y con una legión de fans a las espaldas que siguen las peripecias del detective psicólogo en las 17 novelas publicadas por James Patterson, se tomó la lógica decisión de reiniciar la franquicia. La apuesta fue arriesgada, y es que para interpretar al detective pasaron de la experiencia de Freeman a uno de los ídolos afroamericanos al otro lado del charco, Tyler Perry. Conocido por su interpretación de la abuela Madea, el actor tenía ante sí el reto de salir del universo que él mismo había creado por primera vez y enfrentarse a un personaje serio. Lo mejor de todo es que esto se ve resuelto con solvencia, el Cross de Perry no tiene la profundidad y los dilemas personales con los que tenía luchar Freeman en aquella y la construcción del personaje es bastante más plana, pero el actor, sin lugar a dudas resulta un más que interesante descubrimiento.
Pero lo cierto es que este reinicio de las peripecias del detective, titulado en su original simplemente Alex Cross, tiene una idea original que la ayuda a hacer menos visibles sus defectos. Al contrario de lo que sucede con thrillers de este tipo, el espectador conoce siempre la identidad del asesino, incluso antes que los propios protagonistas. No hay lugar para crear un misterio y que el espectador vaya resolviendo las pistas al mismo tiempo que lo hacen en la película. Esta forma de no jugar con la carta del misterio es sin duda beneficiosa, y es que ante un guión que hace aguas por todos lados, resulta de lo más entretenido ese enfrentamiento entre dos grandes mentes, entregada una a la protección de la seguridad y la otra como cara de la pura maldad. Ayuda mucha la desquiciada y desequilibrada actuación de un Matthew Fox pasado de rosca, con una implicación física brutal que le llevo a perder más de 15 kilos para el rodaje de la película.

Y es que es cierto que el guión de En La Mente del Asesino hace aguas por todos lados. Primero por sus personajes parcamente dibujados, no hay apenas nada en Alex Cross que nos lleve a saber el porqué de su nobleza, más allá de una minúscula trama, muy mal definida, que al menos nos regala la breve presencia de un siempre fantástico Giancarlo Esposito. Pero tampoco tenemos un motivo real para entrar en la mente de ese asesino, ni sabemos por qué Cross puede entrar tan rápidamente en él, es inteligente, lo sabe todo casi como si fuera El Mentalista, pero sin haber una explicación real al porqué de esos poderes casi sobrenaturales. Algo que si acaso puede funcionar a la hora de no saber nada sobre la amenaza que se cierne, aunque no sea difícil descubrir la sorpresa final cuando desde el principio además sabemos que hay alguien detrás de él manejando los hilos. Pero que se siente realmente débil en su conjunto. Un guión que consigue algún momento aún más sonrojante cuando a mitad de la película dos de los personajes principales son asesinados, y mientras a uno de ellos le lloran todos, el otro parece no preocupar lo más mínimo ni a los más cercanos.
Pero pese a todo esto la película funciona y aparece como un divertido entretenimiento, sobre todo gracias a la solvencia de Rob Cohen y su buen quehacer a la hora de dirigir escenas de acción a plena luz del día. Y aunque ciertamente los efectos especiales en alguna ocasión parezcan bastante parcos, algo en cierto modo lógico teniendo en cuenta los escasos 35 millones de presupuesto de la película, la diversión está más que garantizada para todo aquel que vaya a verla sin más pretensión que pasar un rato divertido. En la mente del asesino cae estrepitosamente cuando pretende más que una simplona película de acción, pero funciona a la perfección como película de consumo rápido.

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